F¨²tbol alienante (o no)
Desde la decadencia del imperio a la Revoluci¨®n de 1917 y la instauraci¨®n de un estado socialista, la percepci¨®n del f¨²tbol fue evolucionando con los acontecimientos
El f¨²tbol puede ser una cosa y la contraria. Pocas actividades l¨²dicas humanas han dado tanto juego a lo largo de la historia m¨¢s all¨¢ de las l¨ªneas que limitan la cancha. El balompi¨¦ pudo ser, en sus inicios, un elemento modernizador de sociedades y, al mismo tiempo, una pr¨¢ctica alienadora. Depend¨ªa del cristal a trav¨¦s del cual se mirara. Luego, eso s¨ª, todos los prismas converg¨ªan: la fuerza de este deporte es tan global y transversal que resulta dif¨ªcil escapar de la tentaci¨®n de utilizarlo para otros fines.
En las ¨²ltimas d¨¦cadas de la Rusia zarista se anhelaba el progreso econ¨®mico, social y cultural. Para lograrlo, se favoreci¨® la llegada de extranjeros, muchos de ellos brit¨¢nicos. Con ellos, lleg¨® el f¨²tbol. Y el auge del deporte: el atletismo, el boxeo, el ajedrez o el ciclismo eran algunas de las disciplinas con m¨¢s seguidores. Los primeros clubes, sin embargo, estaban formados por las clases acomodadas. Los trabajadores no dispon¨ªan de tiempo para practicar deporte. Bastante ten¨ªan con sobrevivir.
?C¨®mo se convirti¨® en un fen¨®meno de masas ligado a las clases populares? ?Qu¨¦ llev¨® a aquellos que lo reprobaban a utilizarlo en su propio beneficio? En F¨²tbol en el pa¨ªs de los soviets (Txalaparta), el historiador Carles Vi?as ofrece respuestas para estas y otras muchas cuestiones relacionadas con la instrumentalizaci¨®n del f¨²tbol en Rusia. Desde la decadencia del imperio a la Revoluci¨®n de 1917 y la instauraci¨®n de un estado socialista, la percepci¨®n del f¨²tbol fue evolucionando con los acontecimientos. De ser ideol¨®gicamente incompatible con la sociedad socialista -la competitividad es parte de la esencia del capitalismo- a plataforma para transmitir ¡°los valores ¨¦ticos, morales y patri¨®ticos inherentes al nuevo hombre sovi¨¦tico, que pretend¨ªa ser un modelo referencial que visibilizara la supremac¨ªa del socialismo en relaci¨®n con el capitalismo¡±.
Eso s¨ª, por mucho que las autoridades prefirieran al Dinamo, los hinchas se inclinaban hacia el Spartak. Da igual lo que dijeran los ¨®rganos de gobierno comunistas, Al final, f¨²tbol es f¨²tbol.
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