Quo vadis, Bar?a?
Estamos ante un equipo crepuscular que se agota por la incapacidad del club para dotar del acompa?amiento adecuado a una soberbia generaci¨®n de jugadores
Varios de los numerosos problemas del Bar?a se resumieron en Bala¨ªdos, donde manifest¨® el abismo generacional en el equipo, la precariedad de la plantilla, el reiterado fracaso en los fichajes y la decepcionante pol¨ªtica de cantera del club. Atr¨¢s, muy atr¨¢s, quedan los a?os donde el Bar?a se configuraba alrededor de media docena de futbolistas de cosecha propia. Desde hace 10 a?os, el papel de la cantera ha sido residual.
El Bar?a es el primer club que ha superado los 1.000 millones de presupuesto, frontera hist¨®rica que no describe la preocupante realidad de la plantilla, escasa en jugadores y en alternativas a su c¨¦lebre vieja guardia. La vertiginosa conclusi¨®n del campeonato ha acentuado a¨²n m¨¢s los defectos. Desde 2015, a?o que el Bar?a coron¨® con su ¨²ltima victoria en la Copa de Europa, ning¨²n fichaje ha funcionado. El fracaso ha sido general. Y el gasto, escandaloso.
Hace cinco a?os, Messi y Luis Su¨¢rez ten¨ªan 28 a?os. Busquets y Piqu¨¦ estaban en el apogeo de sus carreras. Neymar era sucesor natural de Messi. Jordi Alba, Ter Stegen y Rakitic estaban hechos a la medida del Bar?a. Desde entonces, un vac¨ªo insondable, profundizado por la ruidosa marcha de Neymar. Impresiona el derroche en el cap¨ªtulo de fichajes: Andr¨¦ Gomes, Arda Turan, Digne, Alc¨¢cer, Yerry Mina, Semedo, Coutinho, Demb¨¦l¨¦, Arthur, Junior Firpo, Arturo Vidal, De Jong, Griezmann y Martin Braithwaite. No son todos, pero son los m¨¢s relevantes del grupo de jugadores destinados a acompa?ar y suceder a la generaci¨®n de Messi.
La mayor¨ªa ya no pertenecen al Bar?a, o est¨¢n a punto de salir. Se han sumido en un inexplicable proceso de evaporaci¨®n (Coutinho), figuran como promesas inevitablemente incumplidas (Demb¨¦l¨¦), son tan veteranos (Arturo Vidal) como Messi y Luis Su¨¢rez, flaquearon desde el primer momento (Andr¨¦ Gomes y Griezmann) o no les alcanza de ninguna manera para jugar en el Bar?a, caso de Braithwaite y Junior Firpo. Los que parec¨ªan m¨¢s homologables ¡ªUmtiti y Semedo¡ª no rinden como se supon¨ªa. A uno le fallan las rodillas y, por lo que parece, Semedo figura en la lista de transferibles.
Los incuestionables, como De Jong, merecen ser cuestionados. Ha pasado casi tan de puntillas como Griezmann. Arthur es otro caso curioso. Hace muchos meses que se convirti¨® en un jugador intrascendente, m¨¢s significativo por el fatigoso aire de su juego que por otra cosa. Compararle con Xavi fue una aberraci¨®n, pero el anuncio de su canje por Pjanic en la recta final de la temporada, con LaLiga y la Copa de Europa en perspectiva, es un desprop¨®sito colosal. Uno menos en una plantilla que est¨¢ en los huesos.
Sometido a graves problemas econ¨®micos, al fe¨ªsimo caso de la contrataci¨®n de una web que criticaba a barcelonistas de tron¨ªo, a las pa?oladas en el Camp Nou antes de este retorno al f¨²tbol vac¨ªo, a la dimisi¨®n de varios directivos durante el confinamiento y a las divergencias que produjeron entre la plantilla y el club por el ERTE, al Bar?a s¨®lo le quedaba agarrarse al equipo que gan¨® ocho Ligas en las ¨²ltimas 12 temporadas, tres Copas de Europa y un granizado de Copas del Rey.
Con orgullo, ese equipo intenta mantener el pabell¨®n, pero la realidad es terca: estamos ante un Bar?a crepuscular que se agota por la incapacidad del club para dotar del acompa?amiento adecuado a una soberbia generaci¨®n de jugadores. El f¨²tbol, que tiene una facilidad pasmosa para las instant¨¢neas simb¨®licas, lo dej¨® bien claro en Bala¨ªdos. El Bar?a fue algo con Luis Su¨¢rez y dos j¨®venes ¨¢giles, din¨¢micos y hambrientos: Ansu Fati y Riqui Puig. Ninguno acab¨® el partido. Lo terminaron Junior, Arthur, Griezmann y Braithwaite, fichajes recientes. Volvieron a estrellarse.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.