El Bar?a desciende al Espanyol
Un gol de Luis Su¨¢rez resuelve un partido muy sufrido por los azulgrana y presidido por las expulsiones de Ansu Fati y Pol Lozano
El Bar?a empuj¨® al Espanyol a Segunda. Una noticia que no hace mucho habr¨ªa sido un acontecimiento se convirti¨® en un acto puramente funcionarial, casi sin querer, oficiado por Luis Su¨¢rez despu¨¦s de la err¨¢tica trayectoria del club de Mister Chen. El descenso blanquiazul, el quinto despu¨¦s de 27 a?os, estaba cantado despu¨¦s de pasarse el verano en el columpio de la Liga Europa. Aunque mudo, por jugarse a puerta cerrada, el derbi no dej¨® de ser un resumen del a?o: la desdicha no abandona al Espanyol y la angustia aprisiona al Barcelona.
El Espanyol es un plantel despersonalizado, extraviado y condenado desde que se perdi¨® de vista a Abelardo. Nadie sabe qu¨¦ pas¨® con el Pitu. Los secretos del curso se esconden en la calada gorra de Rufete. El d¨ªa que se la quite explotar¨¢ el Espanyol. Ha habido mucha compresi¨®n en un equipo desnaturalizado y desfigurado, sin jugadores con la grandeza suficiente para sostener al equipo, ni h¨¦roes capaces de fastidiar al Bar?a como en los tiempos de Tamudo o Lo Pelat, el ¨²ltimo que cant¨® victoria en el estadio en 2009.
Los blanquiazules se han ca¨ªdo sin remedio, confundidos por Europa, muy desafortunados en LaLiga. No tienen punter¨ªa cuando la defensa de ayudas aguanta, como pas¨® en el Camp Nou. El equipo se sinti¨® muy c¨®modo con una l¨ªnea de tres centrales y cinco chicos de la cantera, uno muy interesante: Pol Lozano. El Bar?a no repar¨® en la precariedad del Espanyol sino que Seti¨¦n dispuso la formaci¨®n de Villarreal. ?nicamente hab¨ªa un cambio: Rakitic entr¨® por Vidal. Griezmann y Messi, mientras, se alternaban en la punta del rombo; 4-4-2.
La mec¨¢nica del tridente ha mejorado desde que los delanteros se escalonan, un plan que se adivin¨® contra el Atl¨¦tico y consagr¨® en La Cer¨¢mica. Los azulgrana embisten mucho y a cambio repliegan poco y mal, demasiado lentos y permisivos con las transiciones, vulnerables a su espalda, igual Alba que Semedo. El Espanyol atac¨® muy bien los espacios y si no marc¨® nada m¨¢s empezar la contienda fue porque Ter Stegen le sac¨® un remate de gol a Embarba. El Bar?a se asust¨® y ralentiz¨® el juego para suerte del Espanyol
A falta de profundidad, muy poco agresivos, los barcelonistas se pasaban la pelota al pie, sin que los laterales tampoco entraran en juego en terreno blanquiazul y los volantes conectaran con Luis Su¨¢rez. Al Bar?a le cuesta enfrentar a una zaga de cinco, no sabe dar amplitud al campo y se estrangula en el balc¨®n del ¨¢rea, pendiente de Messi. Volv¨ªan los tiempos de la paciencia y de desgaste anunciados por Seti¨¦n. El ¨²nico despierto era Griezmann.
Ter Stegen, decisivo
El franc¨¦s revoloteaba en un encuentro poco intenso, empe?ado el Bar?a en filtrar pases siempre rechazados por el dispositivo de contenci¨®n del Espanyol. Los blanquiazules eran los ¨²nicos que tiraban a porter¨ªa: Didac Vil¨¤ dispar¨® al palo despu¨¦s que Ter Stegen sacara un rechace de Lenglet. Diego L¨®pez en cambio viv¨ªa feliz porque Messi estaba alejado del arco, encimado por hasta cuatro adversarios, tan participativo como poco fino, reflejo del Bar?a.
El partido exig¨ªa un cambio de marcha y Seti¨¦n vari¨® el plan de manera muy atrevida con un cuarto delantero: quit¨® a Semedo y puso a Ansu Fati. El atacante no dur¨® ni tres minutos porque el ¨¢rbitro le expuls¨® por una entrada en plancha a Calero. Acto seguido el que vio la tarjeta roja fue Pol Lozano por una entrada a Piqu¨¦. La doble intervenci¨®n del VAR dej¨® el derbi 10 contra 10. Las expulsiones han sido la condena del Espanyol, vencido por un taconazo de Griezmann en una acci¨®n a la que dio continuidad Messi y remach¨® Su¨¢rez, que ya cuenta un gol m¨¢s que Kubala: 195.
Al Bar?a le hab¨ªa valido con un remate entre los tres palos para marcar, una suerte si se atiende a su f¨²tbol impreciso, reiterativo en las p¨¦rdidas, taquic¨¢rdico incluso en el ¨¢rea de Ter Stegen. A los azulgrana les cost¨® congelar el partido y mantener la bola ante un Espanyol rebelde y decoroso, animado por Diego L¨®pez despu¨¦s de un parad¨®n en un chut de Messi. La valent¨ªa blanquiazul contrast¨® con la inseguridad azulgrana, sorprendente despu¨¦s de su buen partido en Villarreal.
Al Bar?a le falta continuidad, incapaz de encadenar dos buenos partidos, alejado del Madrid. No tom¨® el empate por Ter Stegen y porque no atin¨® en el ¨²ltimo ataque Bernardo. No hay manera de que los blanquiazules den con la porter¨ªa, ni siquiera en la de un Bar?a fr¨¢gil y sin autoridad en el Camp Nou. Al equipo que aspira a¨²n a ganar laLiga le espant¨® un rival descendido a Segunda
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