El muro del Lyon resiste ante Cristiano Ronaldo
La Juve, eliminada tras un duelo con dos penaltis raros que el VAR no corrige
La Juventus de Cristiano Ronaldo no estar¨¢ en Lisboa. Por segundo a?o consecutivo, el proyecto del campe¨®n italiano se queda sin el t¨ªtulo que provoc¨® el fichaje del astro portugu¨¦s. Gan¨® el equipo del cuestionado Sarri, pero de fondo, y por encima de la pol¨¦mica arbitral que condicion¨® el duelo, se vio a un equipo sin arte para el ataque y darle la vuelta al 1-0 de la ida.
El VAR tambi¨¦n ha tra¨ªdo el ruido y el desconcierto a la Liga de Campeones. Esta vez en forma de dos penaltis, uno para cada equipo, de dif¨ªcil comprensi¨®n. En el primero, a favor del Lyon, las im¨¢genes mostraron que Bentancur toc¨® bal¨®n en un cruce ante Aouar. El VAR revis¨® la jugada y no cambi¨® la decisi¨®n del colegiado alem¨¢n Zwayer. Un ligero contacto previo de Bernardeschi pudo ser el motivo para no corregir el lance. Si esa pena m¨¢xima que Depay convirti¨® con una frialdad supina pon¨ªa franca la eliminatoria al Lyon con solo ocho minutos de juego, el penalti se?alado a favor del campe¨®n italiano tambi¨¦n dej¨® muchas dudas. Al borde del descanso Pjanic ejecut¨® un libre directo que toc¨® en el brazo de Depay, que ten¨ªa su extremidad encogida y pegada al cuerpo. Dos decisiones tan controvertidas merecen una explicaci¨®n por los responsables del arbitraje de UEFA. No hacerlo supondr¨¢ aumentar el caos, la desaz¨®n y la desorientaci¨®n ante el videoarbitraje que empiezan a padecer jugadores, entrenadores y aficionados.
Los dos penaltis marcaron el devenir del encuentro. Para el Lyon, el tanto de Depay le dio el poso necesario para aguantar las embestidas planas de la Juve. Sin la imaginaci¨®n ratonera del renqueante Dybala de inicio, el conjunto de Sarri apenas encontr¨® rendijas en la defensa de tres centrales que mont¨® Rudi Garc¨ªa. Es curioso. Sarri, fichado para darle un mayor reportorio de recursos al juego de su equipo en ataques est¨¢ticos, s¨®lo ha encontrado cierta fluidez ofensiva jugando a la carrera. Solo una genialidad de Bernardeschi sentando defensas en la l¨ªnea de fondo amenaz¨® a Lopes en la primera media hora de juego. Con todo a favor para dar un pase atr¨¢s, el volante italiano quiso meterse en la porter¨ªa con el bal¨®n, pero la punta de la bota de un defensor se lo impidi¨®. Al poco, Cristiano oblig¨® a Lopes a un vuelo y a una mano firme en un libre directo. Luego lleg¨® ese penalti que el luso no desaprovech¨®.
Dos goles necesitaba la Juve y ten¨ªa todo el segundo tiempo para ello. El partido adquiri¨® esos tintes en los que todo es Cristiano o Cristiano. Y no defraud¨®. Cosi¨® una bicicleta y un zurdazo seco desde la frontal del ¨¢rea que revent¨® la manopla de Lopes, que apenas pudo desviar la pelota contra el palo. El golazo, con media hora por delante, vaticinaba otra gran noche europea del voraz goleador luso. Y pudo serla si hubiera dirigido mejor un cabezazo libre de marca.
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