Tuchel contra Nagelsmann, duelo de profetas
El choque de semifinales entre el PSG y el Leipzig enfrenta al maestro con su exayudante, los dos t¨¦cnicos m¨¢s vanguardistas de la nueva escuela alemana
Andreas Rettig, exdirector deportivo del Augsburgo, recuerda que Thomas Tuchel, entrenador del filial all¨¢ por 2008, ganaba un sueldo ¡°¨ªnfimo¡± pero no ten¨ªa complejos. Era un hombre ensimismado y resuelto por dem¨¢s. Su inclinaci¨®n a pasarse los partidos dando ¨®rdenes a todo el mundo, tambi¨¦n a los ¨¢rbitros, le vali¨® un chorreo de sanciones que la federaci¨®n de Baviera tradujo en multas al club. El Augsburgo le amenaz¨® con descont¨¢rselas de su salario. Su situaci¨®n era tan precaria que un d¨ªa, necesitado de asistentes a los que no pod¨ªa pagar, pens¨® en uno de sus jugadores. Se llamaba Julian Nagelsmann, era defensa central, y hab¨ªa sufrido una lesi¨®n de rodilla invalidante. Colaboraron durante meses antes de separarse. Ahora el destino les reserva un extra?o reencuentro. Esta noche en el Estadio da Luz, Tuchel dirigir¨¢ al PSG y Nagelsmann dirigir¨¢ al Leipzig en la primera semifinal de la Champions del a?o de la pandemia.
¡°Julian era mi jugador, ten¨ªa 20 a?os y estaba siempre lesionado¡±, record¨® ayer Tuchel ante un micr¨®fono en una sala vac¨ªa del estadio. ¡°Como no ten¨ªamos equipo t¨¦cnico le propusimos que observara a los adversarios para nosotros. Sus informes eran muy detallados. Despu¨¦s de eso decidi¨® empezar a entrenar a los j¨®venes del M¨²nich 1860¡±.
¡°Jam¨¢s pens¨¦ que nos encontrar¨ªamos as¨ª en el futuro¡±, dijo el t¨¦cnico. ¡°No quiero vivir la vida pensando qu¨¦ har¨¦ despu¨¦s. Quiero estar aqu¨ª y ahora; aprovechar este momento. En Augsburgo, en Mainz, en las canteras, con los profesionales... Quiero poner toda mi energ¨ªa en el ahora. Y ahora es Par¨ªs. Un club excepcional, un gran regalo para m¨ª¡±.
Analistas de los grandes clubes europeos siguen el duelo de los banquillos con atenci¨®n redoblada. Despu¨¦s de J¨¹rgen Klopp, aseguran, Tuchel y Nagelsmann son los exponentes m¨¢s aventajados de la nueva escuela alemana de t¨¦cnicos, todos inspirados en el trabajo de Guardiola en el Bar?a y el Bayern (2008-2016), de donde tomaron y redefinieron ideas como la presi¨®n tras p¨¦rdida. Germanizada como gegenpressing, la presi¨®n alta es la clave de las transiciones masivas que llevaron al Dortmund de Tuchel a agotar las posibilidades f¨ªsicas de sus jugadores, lo mismo que a este Leipzig de Nagelsmann a liquidar al Atl¨¦tico con ataques que invad¨ªan el ¨¢rea de Oblak con hasta siete hombres por andanada.
¡°Hay equipos, como el Bayern, que presionan regulando el ritmo¡±, observ¨® Fabio Capello en el S¨¹ddeutsche Zeitung. ¡°A veces al sprint, a veces al trote. El Leipzig presion¨® al sprint durante una hora al Atl¨¦tico, y despu¨¦s par¨®. Hacerlo 90 minutos es imposible¡±.
Nadie en Europa logra movimientos m¨¢s perfectos de presi¨®n que el Leipzig. Seg¨²n los expertos, Nagelsmann lo ha conseguido gracias al efecto magn¨¦tico de su discurso sobre la juventud de una plantilla plagada de jugadores hambrientos por hacerse una reputaci¨®n.
Frank Wormuth, maestro de Nagelsmann en la escuela de entrenadores de la federaci¨®n alemana, le recuerda con respeto. ¡°Cuando vino a examinarse ya ten¨ªa fama de ser el nuevo Tuchel¡±, dice Wormuth. ¡°En el f¨²tbol no hay falso o correcto. Todo es posible siempre que se sepa argumentar. Eso ¨¦l lo hace muy bien. Es muy dif¨ªcil pillarlo en un renuncio. Domina el arte de la ret¨®rica. Buscamos t¨¦cnicos que sepan explicar el f¨²tbol. Es fundamental. Ya no vale con decirle a tus jugadores que se tienen que comer la hierba. El mundo ha cambiado¡±.
Tuchel, m¨¢s modesto
Algunos de los analistas consultados dudan de que Nagelsmann pueda obtener el mismo rendimiento con jugadores consagrados. Nagelsmann, dicen, posee un af¨¢n de protagonismo que puede crearle problemas en un gran club. ¡°Los jugadores de hoy rechazan cada vez m¨¢s a los t¨¦cnicos que quieren demostrar que son el indomable Will Hunting¡±, se?ala un ojeador.
Frente al exhibicionismo mesi¨¢nico de su contraparte en el Leipzig, dicen quienes le han tratado en el PSG que Tuchel es un perfeccionista obsesivo y una persona sensible y generosa que sabe colocarse en un segundo plano. Ha comprendido que no puede mandar a Mbapp¨¦ y a Neymar a hacer el gegenpressing como anta?o hizo con Demb¨¦l¨¦ y Aubameyang. Las estrellas administran la energ¨ªa con usura. Capello lo confirma: ¡°Yo he tenido grandes figuras en todos los equipos y debes saber manejar sus caprichos. Ellos deben ser respetados, pero tambi¨¦n tienen que mostrar respeto por el equipo y por el club¡±.
Tuchel ha rebajado el ritmo de sus exigencias. Sabe que su posici¨®n es d¨¦bil. Necesita alcanzar la final porque la victoria contra el Atalanta en el descuento de los cuartos (2-1) no le proporciona suficiente cr¨¦dito ante los propietarios catar¨ªes del PSG, que han hecho de la conquista de la Champions pr¨¢cticamente el ¨²nico elemento de juicio para respaldar a sus entrenadores. Frente al Leipzig, explic¨®, procurar¨¢ darle un giro al juego del equipo para salir de la previsible presi¨®n asfixiante que ordenar¨¢ Nagelsmann. Contra las grandes maniobras colectivas de su rival, en las que cada uno de los 11 hombres se mueven en sincron¨ªa, el PSG intentar¨¢ poner en marcha transiciones que descubran espacios para que Neymar y Mbapp¨¦ hagan sufrir a la l¨ªnea que gobierna Upamecano.
Tuchel y Nagelsmann pertenecen a generaciones distintas pero su origen y su meta son comunes. Ambos proceden de aldeas b¨¢varas. Cada uno a su manera, se pronuncia con la excitaci¨®n febril de los profetas. Llevan a?os so?ando con cambiar el f¨²tbol. La Champions les sit¨²a frente a frente.
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