Aqu¨ª manda Djokovic
El n¨²mero uno se impone en un duelo plagado de giros a Bautista (4-6, 6-4 y 7-6(0) y se cita con Raonic (7-6(5) y 6-3 a Tsitsipas) en la final del torneo de Cincinnati. Osaka-Azarenka, el cruce femenino
El juego al gato y al rat¨®n se resolvi¨® como suele resolverse ten¨ªsticamente hablando: venci¨® Novak Djokovic por 4-6, 6-4 y 7-6(0) a Roberto Bautista y alcanz¨® la final del torneo de Cincinnati que se disputa en la burbuja de Nueva York, donde la nueva realidad revela el mismo panorama de siempre. Djokovic es inmenso, y pese a que el espa?ol le tute¨® durante buena parte del duelo, suele salirse con la suya el de Belgrado, que resume su temporada de una forma simple y rotunda: 22 intervenciones, 22 triunfos. Hoy (19.00, Movistar Deportes) se medir¨¢ por el t¨ªtulo al renacido Milos Raonic (7-6(5)...
El juego al gato y al rat¨®n se resolvi¨® como suele resolverse ten¨ªsticamente hablando: venci¨® Novak Djokovic por 4-6, 6-4 y 7-6(0) a Roberto Bautista y alcanz¨® la final del torneo de Cincinnati que se disputa en la burbuja de Nueva York, donde la nueva realidad revela el mismo panorama de siempre. Djokovic es inmenso, y pese a que el espa?ol le tute¨® durante buena parte del duelo, suele salirse con la suya el de Belgrado, que resume su temporada de una forma simple y rotunda: 22 intervenciones, 22 triunfos. Hoy (19.00, Movistar Deportes) se medir¨¢ por el t¨ªtulo al renacido Milos Raonic (7-6(5) y 6-3 a Stefanos Tsitsipas), inclinado las 10 veces que se han cruzado ambos.
Fue y vino como el Guadiana el serbio, como siempre un enigma. Aspavientos y malas caras, atenci¨®n m¨¦dica porque el cuello le ha hecho diabluras a lo largo de toda la semana, pero aun as¨ª, todo el rato ah¨ª, todo el rato encima, compitiendo de una u otra manera. Djokovic es Djokovic. Nada nuevo, ni tampoco en el caso de Bautista, el hombre de hielo que pelotea como una m¨¢quina programada y no cede ni a tiros, sin bajar pr¨¢cticamente el pist¨®n. Cada vez que lo tiene enfrente, a Nole le sale urticaria. Le dobleg¨® dos veces el curso pasado (Doha y Miami, y en Shangh¨¢i en 2016) y le plantea siempre un ejercicio de paciencia que suele terminar sac¨¢ndole de sus casillas.
Cada vez que chocan, los intercambios se traducen en una delicia. Intensidad, constantes cambios de alturas y alternancia de golpes, a cada cual m¨¢s profundo y meditado, seg¨²n la circunstancia. Pis¨® firme Bautista en el primer parcial y firm¨® el primer break, porque fue hilando fino y a Nole le cost¨® coger el pulso. 11 errores no forzados cometi¨® en los cuatro primeros juegos, lo que no impidi¨® que replicase de inmediato; sin embargo, la cabezoner¨ªa y el buen hacer del castellonense le permitieron dar un segundo golpe y despu¨¦s de ese nudo con tres roturas consecutivas encauz¨® con temple el set.
Pintaba mal la historia para Djokovic, dolorido del cuello y agarrotado en el servicio. Pero si hay alguien que sabe manejar los tiempos del partido es ¨¦l, el Maquiavelo de la raqueta. Ritmo arriba, ritmo abajo. Acelera cuando le conviene y pisa el freno si al otro le da por intentar llevar la iniciativa. Domin¨® Bautista en varias fases e hizo una exhibici¨®n de piernas, poderoso en las carreras y clarividente para sellar el punto cada vez que el rival le tiraba una de esas dejadas cortadas; mosqueado, tambi¨¦n, porque el juez de silla orden¨® el cierre del techo cuando todav¨ªa no hab¨ªa comenzado a llover en Nueva York y cuando el duelo estaba parejo a m¨¢s no poder, el factor indoor revitaliz¨® a Nole para equilibrar el marcador.
Comenz¨® a pesar el desgaste f¨ªsico y emocional del pulso, de rallie en rallie, dirimido cada punto en una partida de ajedrez. El kilometraje del ir y venir (al final fueron tres horas exactas de reloj) le hizo perder lucidez a Bautista y el rey del circuito, necesitado de acci¨®n, comenz¨® a revolotear por la Louis Armstrong y a abrir ¨¢ngulos con su rev¨¦s arquitect¨®nico. Abri¨® brecha ¨Ccompens¨® la rotura para 2-1 del espa?ol con dos respuestas, para 2-2 y 4-2¨C y se situ¨® a un juego de la victoria, pero repentinamente desconect¨® y su adversario entr¨® con todo: del 2-5 al 6-5 favorable a Bautista. Sin embargo, solo fue una ilusi¨®n. Nole le abras¨® en la muerte s¨²bita.
Previamente, Naomi Osaka dej¨® la imagen del d¨ªa al acceder a la pista con una camiseta reivindicativa: pu?o cerrado sobre un fondo negro, y el internacionalizado lema de Black Lives Matter. La japonesa, de 22 a?os, hab¨ªa sido la protagonista dos d¨ªas antes con su renuncia a disputar la semifinal contra Elise Mertens, plante que no lleg¨® materializar porque los estamentos y el torneo decidieron unificar la protesta y se suspendi¨® la jornada. Agradecido el respaldo, Osaka abord¨® finalmente a la belga y se impuso (6-2 y 7-6(5) para acceder a la final.
Trata la nipona de reencontrar el buen rumbo despu¨¦s de un despegue explosivo, enlazando los triunfos en Nueva York (2018) y el Open de Australia (2019), y un descenso igual de pronunciado. Desde hace tiempo Osaka no es noticia, o al menos no por su rendimiento en la pista, lo que no impide su tremendo impacto econ¨®mico; seg¨²n la revista Forbes, la tenista es la deportista que m¨¢s ingresa del planeta (34,2 millones durante el ¨²ltimo a?o) y de la mano del t¨¦cnico Wim Fissette intenta disparar de nuevo su juego.
En la final (17.00, Movistar Deportes) se enfrentar¨¢ a Victoria Azarenka, que remueve el pasado en busca de sus mejores herramientas y reaparece en el primer plano (4-6, 6-4 y 6-1 a Johanna Konta) cuando hace no mucho se plateaba colgar la raqueta. A sus 31 a?os, la bielorrusa est¨¢ empe?ada en regresar a la zona noble del circuito despu¨¦s de un largu¨ªsimo periodo a la sombra. Despu¨¦s de tocar el cielo ¨Calcanz¨® el n¨²mero uno y conquist¨® el Open de Australia en dos ocasiones (2012 y 2013)¨C, entr¨® en barrena por las lesiones y hace dos a?os volvi¨® a las pistas tras ser madre. No gana un t¨ªtulo desde 2016 (Miami), pero la calidad no caduca.