Benzema y el madridismo de rompe y rasga
El franc¨¦s es la prueba definitiva de que le concedemos a la intensidad m¨¢s prestigio que a la clase
C¨®mo ser Monchi
Un buen director deportivo debe encontrar el mejor talento posible dentro de sus posibilidades presupuestarias, y Monchi ha hecho un arte de este encaje. Compra a un jugador, tiempo despu¨¦s logra venderlo con una plusval¨ªa notable y recomienza el juego. Como aquel chiste de los argentinos, el negocio parece consistir en comprar jugadores por lo que valen y venderlos por lo que Monchi cree que valen. Pero no es tan f¨¢cil. Adem¨¢s de la visi¨®n, hay otra raz¨®n important¨ªsima de la que se habla menos. Monchi y su equipo logran que el jugador comprado se identifique con el Sevilla. Esto es, que se sienta importante y hasta agradecido porque le cuidan, le protegen y le exigen. Ah¨ª est¨¢ el secreto de la mejora en el rendimiento y la valoraci¨®n. Ver la potencialidad del jugador comprado es importante, pero educarlo para que se involucre emocionalmente en el proyecto es lo que completa el recurrente milagro.
M¨ªster Pellegrini
Hay entrenadores que aspiran a la gloria y otros que aspiran a la felicidad, que es la verdadera gloria. Pongo en el segundo grupo a Manuel Pellegrini, un entrenador magn¨ªfico que ha regresado a Espa?a de puntillas. Es su estilo. Un hombre que ama su profesi¨®n y la ejerce con la misma dedicaci¨®n, templanza y honestidad en China, en Inglaterra, en el Real Madrid o en el M¨¢laga. Su sola presencia en el Betis mejorar¨¢ el paisaje de todo el f¨²tbol espa?ol por su calidad profesional y humana. Los aficionados de los equipos a los que entren¨® saben que jam¨¢s rapi?ar¨¢ el f¨²tbol, que su discurso dignificar¨¢ los valores del club y que los futbolistas se entregar¨¢n a la causa porque disfrutar¨¢n jugando. Pellegrini ha acumulado una experiencia riqu¨ªsima, pero siempre estuvo m¨¢s interesado en buscar conocimiento que en exhibirlo. Y a m¨ª la discreci¨®n, que est¨¢ perdiendo la batalla contra el ruido, me sigue pareciendo admirable.
El despertar de Karim
Conoc¨ª a Benzema cuando lleg¨® al club siendo un ¡°gatito¡± de 20 a?os que divid¨ªa al madridismo, y lo reencontr¨¦ esta semana para hacerle una entrevista, ya hombre maduro y jugador indiscutible. Benzema es la prueba definitiva de que le concedemos a la intensidad m¨¢s prestigio que a la clase. Esa est¨¦tica de jugador que parece haber dormido mal la siesta le gener¨® una inc¨®moda desconfianza entre el madridismo de rompe y rasga. No sab¨ªan ver que ese sabio jugaba para Ronaldo porque, en esos tiempos, jugar para Ronaldo era jugar para el equipo. Desde que se qued¨® solo, agrand¨® su repertorio hasta convertirse en un manual de f¨²tbol que, en tres cuartos de campo, aclara la jugada como un cl¨¢sico 10, y en el ¨¢rea remata como un implacable 9. Tanta clase que jam¨¢s necesit¨® poner cara de velocidad para convencernos a todos de que es un crack.
De abajo para Arribas
Se llama Sergio Arribas, fue figura con Ra¨²l en la Youth League y esta semana particip¨® del amistoso que el Madrid jug¨® contra el Getafe. Marc¨® un gol y jug¨® como los ¨¢ngeles. A¨²n tiene 18 a?os y ha crecido en el club, donde lleg¨® con 12 desde Legan¨¦s. No impone por su f¨ªsico, pero juega al f¨²tbol divinamente. Maneja las tres velocidades imprescindibles para desequilibrar: la f¨ªsica, la mental y la t¨¦cnica. Su zurda delicada toma siempre buenas decisiones. Tiene capacidad de s¨ªntesis para aumentarle peligro a los balones que toca y una muy buena relaci¨®n con el gol. Adem¨¢s, tiene esp¨ªritu de futbolista, lo que significa que le apasiona lo que hace, sabe lo que no se aprende y quiere aprender lo que a¨²n no sabe. Si fuera brasile?o, habr¨ªan pagado mucho dinero por ¨¦l. Aunque no lo sea, estoy deseando verlo jugar con el primer equipo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.