La repetici¨®n es la ruta hacia el ¨¦xito
Los m¨¦todos de ense?anza modernos nos llevan por derroteros en los que la memorizaci¨®n goza de cierta desconsideraci¨®n, como tambi¨¦n que los procedimientos no sean divertidos
Cada vez que llega un torneo importante, como lo son todos los Grand Slams, me siento delante del televisor con la curiosidad de ver si los tenistas ser¨¢n capaces de sorprendernos, de aportar innovaciones como ha ido ocurriendo siempre en los ¨¢mbitos donde la competici¨®n es lo que marca la raz¨®n de ser.
Las nuevas tendencias se suelen ir perfilando poco a poco, aunque de vez en cuando y por mucho que el ejemplo no sea de mi gusto, llega un tenista como Nick Kyrgios que sorprende a sus rivales con ciertas originalidades, como su ya famoso saque de cuchara, o con bolas muertas que no llevan velocidad ni intenci¨®n para pillar desprevenidos a sus contrincantes. Y como todo ello est¨¢ dentro de lo permitido, mi ¨²nica objeci¨®n es que en su caso vaya acompa?ado de su comportamiento tan poco ejemplar.
Luego me surgen las preguntas que llevan casi toda una vida motiv¨¢ndome. ?Qu¨¦ es lo que hace diferentes a todos los jugadores que se han ganado un lugar destacado en el ranking de la ATP? ?Por qu¨¦, a pesar de que hay j¨®venes que a priori parece que tienen un gran talento son adelantados por otros que lo tienen mucho menos evidente? ?Por qu¨¦ hay gente que progresa y gente que no? Para m¨ª est¨¢ claro que el talento principal, en el nuestro como en cualquier otro ¨¢mbito ajeno al azar, es la capacidad de aprender.
El ¨¦xito en el tenis no es tanto un tema de hacer cosas extraordinarias como de tener una capacidad de repetici¨®n extraordinaria. Y ?c¨®mo se logra esto? ?C¨®mo son capaces dos tenistas de intercambiarse la bola, punto tras punto, hasta el fondo de la pista sin mandarla fuera, con el p¨²blico en vilo esperando el golpe ganador del m¨¢s avezado? ?C¨®mo es posible que sean capaces de tener el ojo acostumbrado a tan alta velocidad, el brazo y las piernas capaces de medir al mil¨ªmetro el gesto exacto para otra devoluci¨®n precisa o, incluso, ganadora?
Mi deducci¨®n y, quiz¨¢s, una de las letan¨ªas que m¨¢s repito a los j¨®venes que se preparan en la Rafa Nadal Academy, es algo que percibo denostado en las tendencias educativas actuales: la repetici¨®n. Mi discurso exacto es: reflexi¨®n y repetici¨®n. Los m¨¦todos de ense?anza m¨¢s modernos nos llevan por otros derroteros en los que la memorizaci¨®n goza de cierta desconsideraci¨®n, como tambi¨¦n que los procedimientos no sean divertidos o variados.
Hoy he congelado im¨¢genes de las caras de algunos de los tenistas que pasan a la segunda y definitiva semana de Roland Garros durante sus partidos para ense?¨¢rselas ma?ana a nuestros j¨®venes jugadores: Rafael, por supuesto, pero tambi¨¦n Dominic Thiem o Novak Djokovic, e igualmente de los eliminados Roberto Bautista y Garbi?e Muguruza. Los rostros de todos ellos muestran una capacidad de atenci¨®n y concentraci¨®n m¨¢ximas. Nada les distrae porque han repetido, memorizado, reflexionado e interiorizado cada gesto en sus miles de horas ensayando c¨®mo meter aquella bola en aquel exacto punto de la pista.
Y, aunque haya otros factores importantes que no se pueden desgranar aqu¨ª, esta pr¨¢ctica com¨²n que los han conducido al ¨¦xito es sin duda la inspiraci¨®n y ejemplo a seguir para tantos chavales que estos d¨ªas siguen Roland Garros y persiguen su sue?o de un d¨ªa jugar all¨ª. Repetici¨®n y reflexi¨®n, aunque el jugador australiano sea un excepcional ejemplo de lo contrario.
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