El Madrid est¨¢ en los huesos
Un Shakhtar descarado, pese a sus numerosas bajas, azota a un Real sin f¨²tbol ni coraz¨®n al inicio, y al que no le alcanz¨® para la remontada con un par de r¨¢fagas tras el descanso
El Madrid anda indigente. De entrada, tan p¨¢nfilo ante un novato en Primera como el C¨¢diz como ante un Shakhtar de reservistas, juvenil, tan azotado por el virus que no le dio para hacer cambios hasta el minuto 85. En el primer tiempo arras¨® al Real, un Madrid sin f¨²tbol ni coraz¨®n. Una r¨¢faga en el segundo tramo le acerc¨® a la remontada, pero este Real no est¨¢ para la ¨¦pica. Por lo visto estos d¨ªas, est¨¢ en los huesos.
Por Valdebebas, exiliado el p¨²blico, el madridismo sufri¨® alucinaciones cat¨®dicas. No fue una serie de ciencia ficci¨®n. Un conjunto ucraniano, terrenal, no llegado de Marte, y con un pelot¨®n de jugadores en cuarentena, desfigur¨® al Real Madrid. El equipo m¨¢s tot¨¦mico de la historia de la Copa de Europa convertido en cenizas por un rival que no forma parte de las grandes canciller¨ªas del f¨²tbol europeo. Encima, obligado a tirar de una tropa de suplentes y algunos cadetes brasile?os. Donetsk es un tr¨¢nsito juvenil para los brasile?os que buscan grandes escaparates en Europa. El Shakhtar alista hasta 13. Algunos prometen.
Un creciente desasosiego retrat¨® a un Real Madrid tieso, turbado como pocas veces en tiempos recientes. El Madrid parec¨ªa un equipo cualquiera frente al Shakhtar, que no es precisamente miembro del sal¨®n de la fama del f¨²tbol mundial. Y menos con 10 bajas, la mayor¨ªa por el maldito bicho. Los que quedaban sanos se sublevaron. De la necesidad, virtud. Un modesto transgresor dispuesto a improvisar la gloria.
Enfrente, un Real sin Ramos ni Juanitos. Un Real sin abrigo popular, sin ese Bernab¨¦u pavoroso para los rivales y para los propios si hacen el gandul. En el Di St¨¦fano, 11 soledades retratadas por un adversario inopinadamente convertido en una pesadilla para el Madrid en su copa fetiche. Un equipo, el de Zidane, destartalado, sin do de pecho hasta un rato de ventolera tras el descanso. Un Madrid pasivo y quebradizo como cualquier conjunto del cami¨®n escoba.
De repente, Kornienko, un lateral zurdo, era un torpedo. Marlos, un ilustrado, lo mismo que Tete, Marcos Antonio, Dentinho y otros m¨¢s. El Madrid puso mucho de su parte para que el Shakhtar del primer acto pareciera una veta del Brasil del 70. Alguno presionaba al tiempo que unos cuantos silbaban y el resto hac¨ªa la estatua. Con bal¨®n o sin bal¨®n no rimaba el Madrid, un espanto. Una ganga para los visitantes.
Como en el patio particular, Marlos se plant¨® un par de veces ante Courtois. Primero se aturdi¨® y luego remat¨® con pies de plastilina ante la salida del belga. A Zidane no le result¨® Mendy, zurdo cerrado, como lateral derecho. Tampoco remaba Marcelo. Rodrygo era un cuerpo extra?o y Asensio a¨²n no tiene carrete. En el ¨¢rea anidaba Jovic, a la espera de un cabezazo. Tuvo uno, pero rasc¨® la pelota con las muelas.
El Madrid era un pase¨ªllo. Kornienko puso en ¨®rbita a Tete, que sell¨® el 0-1. Varane, como si la Champions le hubiera hecho rebobinar los desvelos frente al Manchester City, remat¨® en direcci¨®n contraria (0-2). Y Solomon, tras un maravilloso taquito de Tete, acentu¨® el abismo madridista (0-3). Ver para creer. El Real era puro garraf¨®n.
Gol anulado por el VAR
Ante el C¨¢diz, al descanso, ZZ maniobr¨® sin monsergas. Tajante, orden¨® cuatro cambios. Esta vez solo ech¨® el lazo a Benzema. Modric, con un latigazo, pareci¨® servir de toque de corneta. Irrumpi¨® Vinicius y en un parpadeo certific¨® el 2-3. Otro Madrid, otro volumen. Pero nunca se arrug¨® el descarado y tuneado Shakhtar, que a punto estuvo de cazar de nuevo al Real con algunas contras diab¨®licas. Al tiempo que no tiritaba el conjunto ucraniano, incluso sabedor de que en el banquillo apenas ten¨ªa recursos, el Madrid no mantuvo la fogata.
Poco a poco se qued¨® sin combusti¨®n. Valverde emboc¨® un disparo terminal ya en el tiempo a?adido, pero el ¨¢rbitro consult¨® el v¨ªdeo y pill¨® a Vinicius como una estalactita en los morros del portero. Ni en el VAR encontr¨® socorro un Madrid camino del Camp Nou rumiando dos inesperadas y consecutivas derrotas. Ambas tienen tiempo para el remedio. Pero la de este mi¨¦rcoles le deja poco margen para otro traspi¨¦. Y una sacudida en Barcelona...
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