Terapia de choque en el Bar?a
Koeman apuesta por un f¨²tbol revolucionado a partir del doble pivote, una f¨®rmula contracultural en el Barcelona y que de momento no funciona con Busquets-De Jong
Ronald Koeman renunci¨® en verano a la selecci¨®n holandesa para entrenar al Bar?a. Un reto tan calculado como arriesgado porque, a pesar de ser dos mundos muy interrelacionados desde los tiempos de Rinus Michels y Johan Cruyff, supon¨ªa intentar cambiar en muy poco tiempo a un equipo conocido y ahora extraviado con la misma receta que aplic¨® en la selecci¨®n de su vida despu¨¦s de que hubiera quedado fuera de la ¨²ltima Eurocopa y Mundial.
El ¨¦xito oranje se resumi¨® en el marcador ¡ª3-0 a Alemania en la Liga de las Naciones¡ª y se expres¨® en la jubilaci¨®n del Big Four (Van der Vaart, Sneijder, Van Persie y Robben) y la apuesta por una camada de j¨®venes liderada por Van Dijk, De Ligt y De Jong. ¡°Aunque puede que no tengamos a los mejores jugadores de la historia, armaremos un buen equipo¡±, anunci¨® Koeman despu¨¦s de sustituir a Dick Advocaat. La apuesta por rejuvenecer a la plantilla se repite en el Bar?a. La diferencia es que Koeman solo ha podido fichar a Dest y que el club es un polvor¨ªn m¨¢s dif¨ªcil de gobernar que Holanda. Koeman sabe que tendr¨¢ un presidente nuevo a m¨¢s tardar en marzo y que no ser¨¢ Josep Maria Bartomeu.
El t¨¦cnico tiene tanta prisa que viaja a una velocidad de v¨¦rtigo, dif¨ªcil de ser asumida por una organizaci¨®n sin cintura y a la que cuesta mover, y tambi¨¦n por una plantilla atomizada y que cuenta con jugadores emblem¨¢ticos educados en una cultura diferente, la de pensar r¨¢pido m¨¢s que la de correr sin parar, simbolizada en Busquets. La figura del medio centro, tan cl¨¢sico en el Bar?a, ha sido sustituida por el doble pivote, y al equipo le cuesta funcionar y, por tanto, defender y presionar de forma sincronizada, partido por la mitad en un 4-2-4, vulnerable cuando el contrario le defiende junto y dispuesto a las transiciones como el Madrid.
Aunque Koeman aspira a tener el mismo efecto que Luis Enrique en 2015, t¨¦cnicos muy revitalizadores en momentos de abatimiento, la situaci¨®n actual evoca a la que afront¨® Frank Rijkaard en 2003. Rijkaard tambi¨¦n apost¨® por un doble volante, preferentemente Xavi y Cocu, hasta que en invierno incorpor¨® a Davids y liber¨® a Ronaldinho. El 4-3-3 sustituy¨® al 4-2-3-1 que ahora recupera Koeman con De Jong y Busquets.
Aunque el catal¨¢n form¨® con Xabi Alonso en la selecci¨®n, la presencia de Xavi como tercer volante provoc¨® que no jugaran en paralelo con Del Bosque. Busquets mezcla mal con De Jong. El holand¨¦s es un jugador intrascendente que se siente mal acompa?ado y el espa?ol resulta indefenso y fr¨¢gil cuando era determinante en el 4-3-3. A Busquets le viene mejor jugar con extremos y volantes y tambi¨¦n con tres delanteros que presionen y marquen como pasaba con Guardiola y Luis Enrique.
Falta de control
A la espera de Pjanic, Busquets y De Jong no se compenetran ni combinan bien con defensas y delanteros, de manera que el equipo se divide en dos, concede ocasiones por sus desajustes, falto de control y, por otra parte, no se garantiza una buena salida de bal¨®n. El s¨¢bado tampoco ayud¨® que despu¨¦s de prescindir de Griezmann, Koeman sacara de su sitio natural a Coutinho y Pedri, ambos situados en los costados cuando han sobresalido como enganches, para activar a Messi por detr¨¢s de Ansu Fati. A¨²n sin extremos y limitada la profundidad a los laterales, el 10 jug¨® muy bien una hora mientras pasaban m¨¢s desapercibidos Pedri y Coutinho.
El problema es que Messi revent¨® sin poder marcar un partido m¨¢s y Koeman cambi¨® tarde y mal: en lugar de desequilibrar el partido, desequilibr¨® a su equipo cuando vaci¨® el medio campo y facilit¨® las contras y el 1-3. El t¨¦cnico necesita tiempo y jugadores para compactar al equipo despu¨¦s de no poder incorporar a Depay y Wijnaldum y tener que contar con futbolistas a los que invit¨® a salir (Ale?¨¢ y Riqui Puig).
Koeman tiene un equipo para atacar y defender m¨¢s que para jugar, todav¨ªa tierno y blando y con deficiencias estructurales, necesitado tambi¨¦n de un 9 si insiste en el 4-2-3-1. La propuesta exige un despliegue f¨ªsico may¨²sculo porque quiere un ritmo muy alto y continuo, desacostumbrado para el equipo, un puzzle falto por otra parte de liderazgo y personalidad, pendiente del futuro de Messi. El Bar?a, un equipo fino y preciso en sus mejores tiempos, no se parece al Liverpool ni al Bayern y jugar revolucionado provoca que pierda a menudo el cuero y ceda ante la adversidad. Koeman se la juega al todo o nada, terapia de choque en el Camp Nou.
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