¡°?Dame la pelota siempre a m¨ª!¡±
Stielike, Sch?fer y Bonhof evocan al Borussia M?nchengladbach de los 70, uno de los equipos m¨¢s revolucionarios del siglo XX, liderado por Netzer y malogrado en la Copa de Europa
El 30 de abril se cumplieron 50 a?os del primer t¨ªtulo de Bundesliga del Borussia M?nchengladbach. Fue la se?al definitiva de la ascensi¨®n de uno de los equipos m¨¢s excitantes y revolucionarios de la historia del f¨²tbol. Reclutado y adiestrado por Hennes Weisweiler, constituy¨® el inicio de una saga que, de Netzer a Matth?us, durante una d¨¦cada transform¨® el paisaje del f¨²tbol mundial. Si no se inscribe en la memoria del gran p¨²blico fue porque la Copa de Europa le dio la espalda en cruces dram¨¢ticos como el que le elimin¨® ante el Real Madrid en 1976. Este martes, la visita del Madrid al Borussia Park en la segunda jornada de la Champions agita viejos fantasmas. Uli Stielike (1954), Rainer Bonhof (1952) y Winfried Sch?fer (1950), tres centrocampistas que hicieron ¨¦poca en M?nchengladbach, reflexionan sobre una aventura casi olvidada.
Uli Stielike: ?C¨®mo olvidar la eliminatoria de cuartos de 1976 contra el Madrid? Quedamos 2-2 en D¨¹sseldorf, fuimos al Bernab¨¦u, marcamos tres goles y Van der Kroft, el ¨¢rbitro¡ [el partido acab¨® 1-1 y solo el gol de Heynckes subi¨® al marcador de los visitantes]. Nadie se ha olvidado de ese nombre: Van der Kroft. Cuando en 1978 fich¨¦ por el Madrid hubo mucho cachondeo entre mis colegas. Porque todo el mundo sab¨ªa que este partido estuvo trucado. El ¨¢rbitro estaba nominado para la olimpiada y no le convocaron por eso. Fue un robo. Viendo el partido hoy no se entiende por qu¨¦ anulan los goles: el primero es un gol de Jensen que el ¨¢rbitro decreta fuera de juego sin que el l¨ªnea diga nada. El otro gol es un pase largo desde el mediocampo que Wittkamp controla a 70 metros del juez de l¨ªnea, que se?ala mano. Y el gol del Madrid sale de un golpe franco o un c¨®rner que no es. Ese d¨ªa nos mataron. Perdi¨® el mejor equipo.
Reiner Bonhof: ?Mi coraz¨®n lloraba! Hicimos un partidazo y nos robaron dos goles. Fue como caer en un pozo. Ese a?o nos consolamos con la Bundesliga.
U.S.: Fuimos el ¨²nico equipo que pod¨ªa hacer frente al Bayern en los 70. Ganamos cinco Bundesligas con un f¨²tbol entusiasta. Weisweiler nos dec¨ªa que prefer¨ªa ganar 5-4 que 1-0. Hoy se juega un f¨²tbol m¨¢s t¨¢ctico, m¨¢s asentado; en esa ¨¦poca jug¨¢bamos con furia. Por eso nos bautizaron como Los Potros.
Weisweiler nos reun¨ªa y nos insist¨ªa: ¡°Por favor! ?Driblad, driblad, driblad¡!¡±. No era f¨²tbol a un toque, como el de Guardiola. No, no, no...Winfried Sch?fer
R.B.: Weisweiler ten¨ªa una red en toda Europa central. Lo llamaban, le avisaban de la aparici¨®n de un talento, y ¨¦l mandaba sus asistentes a estudiar a los chicos. Su sistema le proporcion¨® una ventaja sobre todos los clubes: ten¨ªa una agenda en la que no dejaba de anotar nombres. As¨ª fich¨® a Simonsen, extremo derecho; a Wimmer un extremo que se volvi¨® mediocampista; a Heynckes, otro extremo que transform¨® en delantero centro, muy r¨¢pido y habilidoso; a Vogts, un l¨ªder de la lucha... En los 70 hab¨ªa m¨¢s l¨ªderes. Yo empec¨¦ como delantero centro y acab¨¦ como central. Esa es una ventaja de Weisweiler: quer¨ªa jugadores con esp¨ªritu atacante en todas las posiciones.
Winfried Sh?fer: ?l nos reun¨ªa y nos insist¨ªa: ¡°Por favor! ?Driblad, driblad, driblad¡!¡±. No era f¨²tbol a un toque como el de Guardiola. No, no, no... Entonces ten¨ªamos muchos jugadores a derecha e izquierda, K?ppel, Heynckes¡ eran dribladores normales, y ¨¦l quer¨ªa que tiraran m¨¢s paredes. Si te equivocabas o si perd¨ªas el duelo no se enfadaba. Insist¨ªa: ¡°?Otra vez! ?Otra vez!¡±. Te llamaba para provocarte. Te propon¨ªa problemas: ¡°?Por qu¨¦ no encaras m¨¢s a tus oponentes? ?Por qu¨¦?¡±. Recuerdo que despu¨¦s de varios meses en el banquillo un d¨ªa me llam¨®: ¡°Winfried, por favor, ven aqu¨ª¡±. Me pas¨® la pelota y se la devolv¨ª con el interior. ¡°?Usa el empeine!¡±, me dijo. Habl¨® con Laumen: ¡°Ven, Winfried tiene que aprender de ti a usar las herramientas del empeine¡±. Weisweilar amaba el f¨²tbol.
R.B.: Si hab¨ªa que jugar a un toque sab¨ªamos hacerlo muy bien. Nuestra ventaja era que pens¨¢bamos antes de recibir la pelota. Ya sab¨ªamos c¨®mo ¨ªbamos a dar el pase antes de tenerla: busc¨¢bamos el perfil adecuado del compa?ero que recib¨ªa el pase. Weisweiler nos met¨ªa en el mediocampo a todos. Y hablaba mucho explicando las posiciones interiores. Entrenaba una semana y verificaba los riesgos de cambiar a los jugadores a puestos a las que no estaban habituados. Al principio los jugadores estaban confundidos pero poco a poco se adaptaban.
No hab¨ªa la especificidad de hoy. Por eso surg¨ªan muchos centrocampistas: porque el f¨²tbol era distinto. Defend¨ªamos y atac¨¢bamos de igual manera. No hab¨ªa un robabalones. El que robaba ten¨ªa que atacarUli Stielike
U.S.: Netzer era el ¨²nico jugador al que el entrenador permit¨ªa excepciones en defensa. Todos los dem¨¢s ten¨ªamos que ser completos. No hab¨ªa la especificidad de hoy. Por eso surg¨ªan muchos centrocampistas: porque el f¨²tbol era distinto. Defend¨ªamos y atac¨¢bamos de igual manera. No hab¨ªa un robabalones. El que robaba ten¨ªa que atacar. El primer planteamiento siempre fue jugar hombre a hombre: eliminar al adversario y robar m¨¢s balones. No nos interesaba la posesi¨®n. Desde el momento en que ten¨ªamos el bal¨®n en los pies, nuestro af¨¢n era terminar la jugada. Pero jugar r¨¢pido no significaba regalar la pelota. Jug¨¢bamos con mucha conciencia porque sab¨ªamos el esfuerzo que supon¨ªa recuperar el bal¨®n despu¨¦s.
W.S.: Hay entrenadores motivadores y entrenadores que son maestros del juego. Weisweiler ha sido el mejor entrenador del siglo XX en Alemania. Jam¨¢s iba y compraba seis jugadores como hace el Bayern. Los formaba ¨¦l mismo: Wimmer, Vogts, Laumen, Le Fevre, Jansen, Simonsen¡ Ninguno estaba en el m¨¢ximo nivel cuando lleg¨® y cuando se fueron eran grandes.
U.S.: Todos tra¨ªamos una t¨¦cnica pr¨¢ctica de la calle. Porque en aquella ¨¦poca los ni?os invent¨¢bamos juegos. Yo ten¨ªa un hermano mayor y much¨ªsimas veces jug¨¢bamos 1x1 con peque?as porter¨ªas. Eran pr¨¢cticas que te ayudaban a resolver problemas en el campo. Ahora muchos ni?os tienen una t¨¦cnica m¨¢s fina, mantienen el bal¨®n en el aire durante m¨¢s tiempo, pero si tienen que entrar en contacto con otro y driblarlo se encuentran con problemas que no han enfrentado. Estos juegos de calle te daban m¨¢s personalidad. Ten¨ªas que tomar decisiones. Hoy muchas cosas resultan del adiestramiento y de las ¨®rdenes de los entrenadores. Por eso la t¨¢ctica del equipo es mucho m¨¢s importante ahora, y antes predominaba la t¨¢ctica individual.
R.B.: No hab¨ªa t¨¢ctica. Era hombre a hombre. Antes del partido el entrenador te dec¨ªa: ¡°T¨² sigue a ¨¦l, t¨² a ¨¦l¡ ?y s¨ªguelo hasta la muerte!¡±. Jug¨¢bamos m¨¢s o menos con un 4-4-2. Pero con una funci¨®n totalmente distinta a la actual. Solo Sieloff, el l¨ªbero, y Netzer, ten¨ªan libertad. Los dem¨¢s ten¨ªan la obligaci¨®n de seguir a un rival.
Weisweiler quer¨ªa atacar 90 mintuos y Netzer siempre defend¨ªa que no pod¨ªamos atacar 90 minutos: quer¨ªa descansar con el bal¨®n. Se provocaban mutuamente. Pero se necesitabanReiner Bonhof
U.S.: Weisweiler entrenaba much¨ªsimo ataque contra defensa. Exig¨ªa a los atacantes tener la misma agresividad que los defensas. Si t¨² como atacante te encuentras con un defensa que por s¨ª mismo te supera en agresividad, nunca podr¨¢s ganar tu duelo. Esa agresividad es muy importante para un delantero. Por eso Heynckes, Jensen y Simonsen fueron jugadores tremendos para terminar las jugadas. Porque el marcaje al hombre no imped¨ªa ser creativo: no era una persecuci¨®n ciega. Te pod¨ªas intercambiar con el l¨ªbero.
W.S.: Weisweiler ten¨ªa una t¨¢ctica pero las soluciones las ten¨ªas que encontrar t¨². En eso Netzer fue un genio. En el campo mandaba ¨¦l. ?l ordenaba cu¨¢ndo subir a presionar, cuando replegarse¡ Si corr¨ªas para Netzer, Netzer te ganaba el partido. Era como Messi en Barcelona. En 1969 le dijo a Weisweiler: ¡°Jefe, necesitamos mejor defensa¡±. Y Weisweiler trajo a M¨¹ller y Sieloff. Y mejoramos much¨ªsimo.
R.B.: Netzer y Weisweiler se necesitaban. Weisweiler ten¨ªa sus ideas y G¨¹nter lo provocaba. Discut¨ªan mucho. Se picaban. Cada vez que uno ped¨ªa una cosa el otro le pon¨ªa un pero. Luego prob¨¢bamos y muchas veces los dos ten¨ªan raz¨®n. G¨¹nter siempre defend¨ªa la idea de que no pod¨ªamos atacar 90 minutos y Weisweiler quer¨ªa atacar 90 mintuos. G¨¹nter propon¨ªa descansar controlando el bal¨®n. Y gan¨¢bamos de las dos maneras. Weisweiler permit¨ªa a G¨¹ner m¨¢s licencias, le dejaba controlar un poco el sistema. G¨¹nter sab¨ªa que hay muchos partidos en una temporada y ahorraba fuerzas. Fue un rebelde porque desarroll¨® un juego m¨¢s pausado.
U.S.: Por ese af¨¢n de atacar 90 minutos de Weisweiler, hac¨ªamos muchos entrenamientos f¨ªsicos. Nuestro preparador ven¨ªa del decatl¨®n. Los entrenamientos eran bestiales: trabajo de fuerza, colinas y escalones. Sufrimos mucho pero en los partidos siempre fuimos f¨ªsicamente superiores.
W.S.: Netzer nunca se cans¨® del f¨²tbol. Pero tal vez se cans¨® de los entrenamientos. Recuerdo los lunes: cuando ven¨ªa al primer entrenamiento de la semana, a las 15:00. ?l llegaba a las 14:50 y dec¨ªa: ¡°?Ah¡! ?Estoy molido!¡±.
U.S.: En principio Netzer no era el tipo de jugador que le gustaba a Weisweiler. Weisweiler quer¨ªa un jugador de mucho recorrido, de lucha, de agresividad. Y Netzer era lo contrario. Corr¨ªa poco. Luchaba con el bal¨®n en los pies, y cuando lo perd¨ªa ten¨ªan que trabajar los dem¨¢s para recuperarlo. Pero Weisweiler se dio cuenta de que sin Netzer el equipo ten¨ªa trabajadores pero le faltaba brillo. Netzer con sus pases, con su inteligencia, con su imaginaci¨®n, pod¨ªa ganar un partido con una asistencia o un golpe franco.
Netzer mont¨® su discoteca. Se llamaba Lover¡¯s Lane. Fue donde Weisweiler y le dijo: ¡°Jefe, antes de que lo leas en los diarios quiero decirte que he abierto una discoteca¡±. Weisweiler lo mir¨® con cara de: ¡°?Dios m¨ªo! ?Se acab¨®!¡±.Winfried Sch?fer
W.S.: Muchas veces los veteranos hablaban con G¨¹nter. ¡°G¨¹nter, por favor, ?vamos!¡±. Nunca he vuelto a ver a un mediocampista dejar tantas veces solo al delantero con el portero mano a mano como hizo G¨¹nter en 1970. Necesitaba un entrenador muy cerca de ¨¦l para decirle: ¡°?Vamos, G¨¹nter, vamos, vamos!¡±. Era un gran hombre y estoy orgulloso de haber jugado con ¨¦l. Nunca ten¨ªa miedo.
U.S.: Era grande y pesado: era dif¨ªcil quitarle el bal¨®n. Ten¨ªa una buena arrancada. No era un sprinter, pero lanzado 30 metros con el bal¨®n controlado era casi imposible de frenar. Pienso que antes de recibir el bal¨®n ya ten¨ªa una idea de lo que iba a hacer, y si el plan A no le sal¨ªa tambi¨¦n hab¨ªa imaginado un plan B. Era muy dif¨ªcil de marcar. Jugar con ¨¦l era dif¨ªcil hasta para sus compa?eros porque daba pases geniales que sus propios atacantes no se esperaban.
W.S.: Era el jefe: como Cruyff o Beckenbauer. Pero su posici¨®n era complicada. Cada vez que jug¨¢bamos ven¨ªa un rival a matarlo. Yo era el seis y Weisweiler, que quer¨ªa que los dem¨¢s asumieran m¨¢s responsabilidad, vino en un entrenamiento y me dijo: ¡°Winnie ven aqu¨ª; no juegues siempre con Netzer. Vete arriba, dribla, ?da un buen pase t¨² mismo!¡±. En aquel tiempo no ten¨ªamos ciudad deportiva. ?bamos en coche, cada d¨ªa en un lugar diferente. G¨¹nter ten¨ªa un Jaguar fant¨¢stico. Y despu¨¦s de ese entrenamiento me dijo: ¡°?Winnie ven vamos en mi coche al estadio a ducharnos. Winnie, t¨² sabes, por favor: ?dame la pelota siempre a mi!¡±. No s¨¦ c¨®mo lo supo. Ol¨ªa lo que Weisweiler quer¨ªa. Pero estaba en lo cierto. Me dijo: ¡°Me pondr¨¢n un marcador que solo sabr¨¢ hacer faltas; a la segunda le mostrar¨¢n amarilla y a partir de ah¨ª iremos m¨¢s r¨¢pido¡±. ?Correcto!
U.S.: Netzer en su forma de ser y actuar, fuera y dentro del campo, estaba lejos de los dem¨¢s jugadores: ten¨ªa un bar, un restaurante, un Ferrari¡
W.S.: Netzer vino un d¨ªa y me dijo: ¡°Hey, Winnie, ?donde est¨¢ tu coche? T¨² necesitas un coche. Yo puedo comprarte uno: 9.000 marcos. Se los pedir¨¦ a Panini¡±. Panini daba a todos los clubes 9.000 marcos. As¨ª es que ¨¦l fue a Panini y les dijo: ¡°Quiero m¨¢s dinero o no habr¨¢ cromos¡±. ?Y el dinero lleg¨®! ?Asi era G¨¹nter!
R.B.: La discoteca de Netzer funcionaba muy bien. Ten¨ªa ideas muy brillantes para hacer negocios. Tambi¨¦n fund¨® una empresa de seguridad. Pens¨® cosas que nadie hab¨ªa pensado antes.
W.S.: La discoteca se llamaba Lover¡¯s Lane. Fue donde Weisweiler y le dijo: ¡°Jefe, antes de que lo leas en los diarios quiero decirte que he abierto una discoteca¡±. Weisweiler lo mir¨® con cara de: ¡°?Dios m¨ªo! ?Se acab¨®!¡±. G¨¹nter estaba de 7 a 8 en la discoteca. Luego se iba y dejaba el Ferrari en la puerta: as¨ª la gente pensaba que Gunter segu¨ªa ah¨ª.
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