Espa?a sigue chata
Una selecci¨®n de laboratorio de Luis Enrique, vistosa al inicio pero otra vez sin pegada, sella un empate con los Pa¨ªses Bajos tras un duelo equilibrado
No da Espa?a con un f¨²tbol terminal. Por m¨¢s que Luis Enrique haga mudanzas, a esta selecci¨®n le faltan futbolistas con croch¨¦. En ?msterdam, con un equipo puzle, con Koke como primer pretoriano, Espa?a se qued¨® a medias. Vistosa al principio, no tuvo mazo ante la porter¨ªa neerlandesa y tampoco fue de m¨¢rmol en su ¨¢rea. Como el equipo de Pa¨ªses Bajos tampoco tiene gancho a la mand¨ªbula, el duelo se cerr¨® en tablas entre dos selecciones con m¨¢s aire recreativo que pegada.
Orden¨® Luis Enrique un equipo de ensayo, con futbolistas de nueve equipos y tres ligas. Es probable que algunos solo se reconocieran de forma cat¨®dica. O como coleccionistas de cromos. En el observatorio inicial del asturiano, solo un representante del Madrid y ni rastro del Bar?a, m¨¢s representado en los Pa¨ªses Bajos (De Jong, Frenkie). Pese al aparentemente bab¨¦lico equipo, de entrada sintoniz¨® bien Espa?a. Al menos hasta pisar el ¨¢rea local.
Con un 4-5-1 en el repliegue que variaba a un 4-3-3 en ataque, la Roja fue geom¨¦trica para articular el juego desde los pies del debutante Unai Sim¨®n. Con el auxilio de Rodri a los centrales, Espa?a saltaba con soltura la cuarteada trinchera de los muchachos de Frank de Boer. A partir del primer envite irrump¨ªa Morata, sobre el que gravitaba el grupo para lanzar el ataque desde el embudo hacia las orillas.
No hubo neerland¨¦s que atornillara al ariete del Juventus. Morata amortiguaba la pelota, giraba como una peonza y articulaba la ofensiva. Flu¨ªa Espa?a cuando a un tiro del afanoso Gerard Moreno le sucedi¨® una de esas rotaciones de Morata. El 7 puso en ¨®rbita a Canales, al que no abrocharon Hateboer y Veltman. Por el pasillo entre el lateral y el central avanz¨® el b¨¦tico hasta cruzar el bal¨®n y dejar fuera de escena a Bizot, tan becario en la porter¨ªa naranja como Sim¨®n en la roja.
El gol fue una derivada de una Espa?a m¨¢s expansiva. Pa¨ªses Bajos, de acuerdo con su hist¨®rico archivo del tesoro, no siente la pelota como un artefacto. La mima, flirtea con ella. Pero, como a Espa?a, le falta estoque. Lo subrayan en Nervi¨®n con De Jong, Luuk. Dos equipos estilistas con poco pu?o.
Un tremendo choque de cabezas entre Hateboer y Gay¨¢ dej¨® grogui al valencianista, relevado de emergencia por Reguil¨®n, y con la coronilla grapada al neerland¨¦s. Hasta entonces, nada m¨¢s peligroso hab¨ªa sufrido Espa?a. Pa¨ªses Bajos se fund¨ªa en el per¨ªmetro de Unai Sim¨®n, mientras los de Luis Enrique no perd¨ªan el enchufe de Morata y los descuelgues de Canales. Ocurre que el mejor Morata de la noche rond¨® el ¨¢rea. Una vez dentro, lo mismo que el tibio Asensio y alg¨²n otro, no tuvo forro de ariete. Se lo recrimin¨® en alguna ocasi¨®n el seleccionador. Este equipo no tiene mala uva ante el gol. Tal para cual los oranje.
De vuelta del par¨¦ntesis del descanso, De Boer hizo cuatro cambios y alter¨® el sistema ¡ªpas¨® a un 4-2-3-1¡ª. El impacto fue inmediato por un desajuste espa?ol. Asensio no socorri¨® a Reguil¨®n en el cierre a Van de Beek y lleg¨® el empate del volante del Manchester United. Un rel¨¢mpago en un partido con pocas huellas luminosas en zonas calientes.
Advirti¨® Luis Enrique una ligera crecida del rival y, tras una gran ocasi¨®n de Koke, borr¨® de un plumazo a toda la delantera. Ferran, otra vez ariete postizo, Traor¨¦ y Dani Olmo pusieron la mascarilla a Morata, Asensio y Gerard. Un ataque m¨¢s veloz, pero tampoco con gente con colmillo. Qued¨® por examinar al supers¨®nico Traor¨¦ junto a Morata. Nadie desborda como el extremo del Wolves y, aunque sea de forma racheada, nadie en esta selecci¨®n tiene m¨¢s gatillo que Morata.
Si Espa?a es chata ante el gol, Pa¨ªses Bajos tiene el mismo espejo. Como prueba dos acciones de Depay. El futbolista por el que suspira Koeman para el Bar?a se plant¨® dos veces ante Unai y en las dos cerr¨® la jugada con pies de plastilina. Tampoco atin¨® De Jong, Luuk, que se sinti¨® forastero en una jugada en la que se vio tan pancho frente al meta del Athletic. Tras debatir consigo mismo se hizo un nudo.
La entrada de un segundo debutante, Marcos Llorente, otro internacional de la interminable estirpe f¨²tbol-baloncest¨ªstica Llorente-Gento, dio un respiro a Canales, el espa?ol m¨¢s ilustrado de la noche. No daba Espa?a hilo con la delantera y se evaporaban los locales ante Unai cuando Luis Enrique decret¨® el ¨²ltimo cambio y acab¨® con un trecho de partido sin equipaje del Bar?a y el Madrid. El asturiano ha convenido con su capit¨¢n lanzarle a un r¨¦cord mundial. Sergio Ramos cumpli¨® en el Johan Cruyff Arena su 176? partido internacional. El plusmarquista mundial, el egipcio Ahmed Hassan, ya est¨¢ a solo ocho encuentros. Apuntes individuales para cerrar un duelo que evidenci¨® que la Roja no chuta. Sirvi¨® para que Ramos haga cuentas y para que quiz¨¢ lo rebobinen Unai y Llorente.
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