Nadal descompone a Rublev
El mallorqu¨ªn, ayudado por los nervios del debutante ruso, firma un arranque sobresaliente en el Masters y encabeza su grupo: 6-3 y 6-4, en 1h 17m. El martes se medir¨¢ a Thiem, superior a Tsitsipas
A la que huele el miedo, a la que el pelirrojo Andrey Rublev titubea, vacila y va encogi¨¦ndose, ?tierra tr¨¢game!, reclama el ruso, Rafael Nadal no tiene la m¨¢s m¨ªnima duda y desenfunda, enca?ona y acribilla a su primer adversario en la Copa de Maestros: 6-3 y 6-4, en 1h 17m. Puestos a pedir, el mallorqu¨ªn hubiera firmado con los ojos cerrados un arranque as¨ª. Todo funciona, todo le sale. Y enfrente, adem¨¢s, se ha topado con un debutante al que le saltan las costuras en menos de media hora de partido, desbordado por ti...
A la que huele el miedo, a la que el pelirrojo Andrey Rublev titubea, vacila y va encogi¨¦ndose, ?tierra tr¨¢game!, reclama el ruso, Rafael Nadal no tiene la m¨¢s m¨ªnima duda y desenfunda, enca?ona y acribilla a su primer adversario en la Copa de Maestros: 6-3 y 6-4, en 1h 17m. Puestos a pedir, el mallorqu¨ªn hubiera firmado con los ojos cerrados un arranque as¨ª. Todo funciona, todo le sale. Y enfrente, adem¨¢s, se ha topado con un debutante al que le saltan las costuras en menos de media hora de partido, desbordado por tierra, mar y aire. Insiste el subconsciente de Rublev: ?Tierra, tr¨¢game! Le impone el escenario, pese a la aridez del grader¨ªo, y le abruma todav¨ªa m¨¢s Nadal, el ¨ªdolo con el que se retrataba a la que pod¨ªa cuando era un ni?o.
El balear lo tiene claro: ni un paso atr¨¢s. Aprendida la lecci¨®n reciente de Par¨ªs-Bercy, donde le falt¨® colmillo, Nadal aplica a rajatabla la pizarra desde que el juez, Mohamed Lahyani, ordena el comienzo del duelo. No especula, no espera, no duda. Ataca en tromba y de repente Rublev, un tenista que juega como los ¨¢ngeles y ha ganado m¨¢s trofeos que nadie esta temporada ¡ªeso s¨ª, con asterisco porque ninguno de los cinco premios que ha sumado superan la categor¨ªa de un 500¡ª, siente que se le viene encima un tren, que la pista de Londres es inmensa y que la red est¨¢ un palmo por encima de lo normal, as¨ª que va derriti¨¦ndose y menguando mientras Nadal viene con todo, pulgar abajo desde que asoma por la bocana del vestuario.
El campe¨®n de 20 grandes cierra el primer parcial en tan solo 36 minutos, perdiendo ¨²nicamente cinco puntos al servicio. Los porcentajes se disparan hasta un 80% y un 83% con los primeros y los segundos saques, respectivamente. Rublev sufre y su preparador, el castellonense Fernando Vicente, padece con ¨¦l. ?Qu¨¦ demonios est¨¢ pasando? ?Por qu¨¦ mi jugador, el que m¨¢s victorias (40) ha conseguido este a?o, ni siquiera huele la bola ni pone en un solo aprieto a Nadal? Tal vez, el bueno del moscovita ha visto antes de saltar a la pista c¨®mo calentaba dos horas antes el de Manacor, dale que dale sobre la cinta, como si fuera un Miura a punto de enfilar la Cuesta de Santo Domingo.
El ruso lo ve todo completamente negro. Cuando Nadal se hace con el primer break, al sexto juego, el chico (23 a?os, ocho del mundo) estrella la raqueta contra el pavimento y se pierde en un laberinto de negatividad que se traduce en constantes patadas al aire, aspavientos y una descompresi¨®n en toda regla. Si en alg¨²n momento amaga con la intenci¨®n de regresar al pulso, su rival le responde con un portazo y cercena de golpe la posibilidad del reenganche. Por momentos, Rublev se siente rid¨ªculo.
El segundo set nace con otra rotura y la continuaci¨®n se convierte en un excelente rodaje para Nadal, que se exig¨ªa una mejora con el servicio y la consigue, vaya que s¨ª la consigue. Carbura tambi¨¦n el rev¨¦s, el otro debe de Bercy, e impone que la acci¨®n transcurra sin ning¨²n tipo de ritmo, porque esta vez le interesa que todo se resuelva r¨¢pido y Rublev no pueda activar su drive desde el fondo. Esto no es la tierra, de modo que el camale¨®n cambia de traje. Propuesta de m¨ªnimos y decidida, a aguijonazos, la que exige la combinaci¨®n de r¨¢pida e indoor. Amante de la reinvenci¨®n, el balear resuelve con nota su puesta de largo en el torneo, sin ceder una sola opci¨®n de break, y logra una victoria que le permite encabezar el grupo.
Desde las butacas asienten sus t¨¦cnicos, Carlos Moy¨¤ y Francis Roig, su preparador f¨ªsico, Rafael Maym¨°, y tambi¨¦n su esposa Mery. Al final, Rublev se marcha cabizbajo y endemoniado, sin nada bueno que llevarse a la boca, y Nadal enfoca ya el duelo del martes contra Dominic Thiem, quien previamente se ha impuesto renqueante, tocado de una rodilla, al defensor del t¨ªtulo, el griego Stefanos Tsitsipas: 7-6(5), 4-6 y 6-3 (en 2h 18m).
¡°HA SALIDO LO QUE HAB?AMOS PREPARADO¡±
Antes de regresar al hotel en el que se hospedan los jugadores, a solo 200 metros del O2 Arena, Nadal atendi¨® a los periodistas y corrobor¨® la interpretaci¨®n general: hab¨ªa un plan, se ejecut¨® al dedillo y sali¨® de maravilla.
¡°?Perfecto? No ha sido un partido perfecto. Rublev ha cometido m¨¢s errores de lo habitual, y creo que yo he sacado muy bien. Dentro de lo que cabe, he jugado un partido m¨¢s o menos inteligente y es para estar muy contento porque era un rival dif¨ªcil. T¨¢cticamente he jugado bien y gracias al servicio he podido estar m¨¢s relajado en los restos, que es lo que hab¨ªamos preparado¡±.
¡°He intentado que no entr¨¢ramos en el combate desde el fondo de la pista, que no hubiera mucho ritmo¡±, prosigui¨®, ¡°porque cre¨ªa que as¨ª iba bien para m¨ª. Ha funcionado y estoy feliz, conf¨ªo en que esta victoria me ayude. Despu¨¦s de una victoria uno se siente mejor, con m¨¢s confianza, y ahora viene un partido complicado¡±.
Sobre si mantendr¨¢ el mismo patr¨®n de juego, matiz¨®: ¡°Hoy ten¨ªamos una idea y el resultado me ha ayudado a poder desarrollarla; despu¨¦s, uno tiene que ir adapt¨¢ndose a c¨®mo van sucediendo las cosas¡±. Y cerr¨®: ¡°?Lo que tendr¨¦ que hacer contra Thiem? Lo que me dejen¡ y lo que nosotros intentemos proponer. En cualquier caso, tendr¨¦ que estar a mi m¨¢ximo nivel¡±, dijo en referencia al duelo con el austriaco.