De Nastase a mi ¨²ltimo partido con Rafael

La Copa Masters de Tenis, o Nitto ATP Finals como se llama en la actualidad, cumple con la que se disputa esta semana en Londres su quincuag¨¦sima edici¨®n. La ocasi¨®n bien merecer¨ªa un festejo, si no fuera por esta maldita pandemia que nos impide hacer las cosas como es debido.

El primer recuerdo que guardo de este magn¨ªfico torneo que se celebra al final de cada temporada con el insuperable atractivo de reunir a los ocho mejores jugadores individuales masculinos se remonta al 2 de diciembre de 1972, cuando vi por la televisi¨®n y en compa?¨ªa de mi padre la final de lo que entonces se llamaba The Masters Grand Prix, y que enfrent¨® a Ilie Nastase y a Stan Smith en el Palau Blaugrana de Barcelona.

Yo ten¨ªa solo 12 a?os, pero la fuerte emoci¨®n que me produjo ver ese encuentro despert¨® en m¨ª no solo una admiraci¨®n inmensa por el jugador rumano, que se impuso en aquella edici¨®n, sino tambi¨¦n una pasi¨®n por este deporte que no me ha abandonado jam¨¢s. Se puede decir, pues, que ese torneo inaugur¨® mi andadura en el mundo del tenis, por mucho que en aquel momento yo no lo pudiera ni vislumbrar. Solo unos meses despu¨¦s empec¨¦ a jugar en el nuevo Club de Tenis de mi pueblo, Manacor, el mismo sitio donde a?os m¨¢s tarde le ense?¨¦ a mi sobrino a jugar con tan solo tres a?os.

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El siguiente recuerdo que muy claramente guardo de dicho torneo fue la precoz clasificaci¨®n de mi sobrino para disputarlo en 2005. Ese a?o, as¨ª como los tres venideros, se celebr¨® en Shangh¨¢i, adonde volamos con tanta ilusi¨®n como consciencia del privilegio de poder competir entre los mejores del mundo. Sin embargo, a los pocos d¨ªas de llegar, y antes de que se iniciaran los partidos, la lesi¨®n del pie de Rafael, que ya hab¨ªa empezado a manifestarse, trunc¨® su debut y tuvimos que regresar a Espa?a con la normal decepci¨®n ante esa oportunidad perdida.

Desde 2009, la Copa Masters de Tenis se ha celebrado en un marco que me parece dif¨ªcilmente igualable, el magn¨ªfico O2 Arena de Londres, al que los tenistas acceden por el r¨ªo T¨¢mesis en esas t¨ªpicas embarcaciones desde las que se disfruta de unas impresionantes vistas del Parlamento, el Big Ben, la Torre de Londres y el Tower Bridge. Y fue all¨ª, precisamente, en el marco de aquel mismo torneo que me enamor¨® del tenis en mi ni?ez, donde en 2017 acompa?¨¦ a mi sobrino en mi ¨²ltima semana siendo su entrenador.

En esa edici¨®n, Rafael no logr¨® pasar del primer partido de la fase de grupos. Empez¨® su partido contra el belga David Goffin con la rodilla bastante perjudicada y, aunque yo manten¨ªa la fe en su capacidad de aguante, en el inicio del tercer set de aquel duelo vi que el dolor no le era soportable y que aquel era mi ¨²ltimo partido a su lado.

Esta semana, otro a?o m¨¢s, voy a disfrutar desde casa de las ATP Finals, con la seguridad de que veremos partidos de m¨¢ximo nivel e intensidad entre los mejores del mundo. Y un a?o m¨¢s, tambi¨¦n, y a pesar de que Rafael no ha logrado jam¨¢s levantar la Copa de Maestros, mantengo la fe en que puede que sea este el a?o en que finalmente ocurra y yo pueda cerrar as¨ª mi idilio particular con este torneo tan especial.

V?DEO: Nastase y Smith, en la final de 1972 en Barcelona.