El ¡°infierno¡± en la sala de la l¨¢mpara
Visto para sentencia el juicio a un exentrenador de gimnasia art¨ªstica por presuntos abusos sexuales
¡°?Est¨¢is locos? ?No creer¨¦is que le he tocado las tetas a las ni?as!¡±. Es lo que les dijo Carlos Franch a los padres de tres menores del Club Gymn¨¤stic de Betx¨ª (municipio de 5.700 habitantes de la provincia de Castell¨®n) cuando el 25 de mayo de 2017 le preguntaron qu¨¦ estaba pasando y le advirtieron de que o se apartaba de las ni?as (era su entrenador) o le iban a denunciar. Finalmente, le denunciaron por presuntos abusos sexuales y el 15 de junio de ese a?o ingres¨® en la c¨¢rcel (en la que estuvo hasta mayo pasado, con una salida de dos meses en 2018).
Son delitos por los que la fiscal ha pedido 22 a?os y seis meses de prisi¨®n y la acusaci¨®n particular 25 (a?ade penas por vejaciones injustas). El juicio se ha celebrado desde el martes de la semana pasada hasta este mi¨¦rcoles en la secci¨®n 1 de la Audiencia Provincial de Castell¨®n y ha quedado visto para sentencia. Franch tiene 63 a?os. Apenas se le vio levantar la cabeza los d¨ªas del juicio. Durante 31 a?os (hasta su detenci¨®n en junio de 2017) fue entrenador de gimnasia art¨ªstica del club Gymn¨¤stic, para ni?as de entre 6 y 17 a?os y, a la vez, conserje de las instalaciones del polideportivo municipal de Betx¨ª.
Cinco de esas gimnastas (alguna en el radar de la selecci¨®n espa?ola y preseleccionada en su d¨ªa por Luc¨ªa Guisado para entrar en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid) han denunciado al entrenador por abusos sexuales cuando eran menores de edad. Hay siete m¨¢s que denuncian haber sufrido los mismos abusos pero en ¨¦pocas anteriores, por lo que los hechos ya han prescrito. Sus testimonios, sin embargo, permitieron tirar del hilo. Seg¨²n el escrito de la fiscal, Carolina Lluch, el acusado, ¡°vali¨¦ndose del prestigio profesional por su condici¨®n de entrenador habilitado y de su condici¨®n de conserje de las instalaciones deportivas municipales y conforme a un plan preconcebido, someti¨® a las menores a un tipo de masajes para satisfacer su instinto sexual y sus deseos libidinosos¡±. Esos masajes se daban en una camilla, en una colchoneta de la pista de entrenamiento y en el sill¨®n de su casa.
¡°No son masajes aislados, son masajes de tipo sexual. Sin intimidaci¨®n ni violencia; pero prolongados en el tiempo y con total impunidad¡±, describe Lluch, que denuncia la relaci¨®n de superioridad entre el t¨¦cnico y las gimnastas, una relaci¨®n de miedo-respeto en la que se confunden esos sentimientos con la admiraci¨®n. Califica el acusado como ¡°el sheriff del polideportivo¡±, porque all¨ª se hac¨ªa lo que ¨¦l dec¨ªa y si alguna le llevaba la contraria ¡°ten¨ªa todas las papeletas de pasarse la tarde subiendo y bajando las gradas¡±.
En algunas ocasiones las insultaba y ridiculizaba delante de las compa?eras (¡°eres una gorda, una gilipollas, una in¨²til, sin m¨ª no vas a poder competir, somos una caca de vaca¡±), impon¨ªa castigos f¨ªsicos individuales y de grupo y se generaba una extra?a relaci¨®n de dependencia por la que las deportistas no quieren fallar a su entrenador. Por miedo a ser apartadas o excluidas, se pliegan y se callan. Han llegado a testificar que aquello ¡°era un infierno¡±. Seg¨²n la fiscal, les anul¨® la capacidad de decisi¨®n: ¡°Si ¨¦l decid¨ªa que hab¨ªa masajes, pues hab¨ªa¡±. Uno de los padres relat¨® que su hija sal¨ªa llorando del polideportivo todos los d¨ªas. ?Por qu¨¦ no lo dijo antes? Era la cultura del silencio que el entrenador inculc¨®: ¡°Lo que pasa en el gimnasio, se queda en el gimnasio¡±.
¡±Era como un padre¡±
A una de las menores, de una familia desestructurada, el acusado le pag¨® las cuotas del club, la llevaba y tra¨ªa de los entrenamientos e incluso le compr¨® billetes de avi¨®n para viajar a ver a su familia. La dependencia, adem¨¢s de emocional, era econ¨®mica. ¡°Si no llega a ser por Carlos, yo no hubiese podido practicar la gimnasia. Era como un padre para m¨ª, era la ¨²nica persona que se interesaba por m¨ª¡±, declar¨® la gimnasta. Seg¨²n el escrito de la acusaci¨®n particular, el entrenador ¡ªque carece de t¨ªtulo de fisioterapeuta, por lo que no est¨¢ habilitado a dar masajes¡ª se llevaba a las menores (de forma individual) a un cuarto conocido como ¡°la sala de la l¨¢mpara¡± con la excusa de darles masajes en los gemelos y en los s¨®leos.
En ocasiones cerraba la sala con llave (las ten¨ªa por ser el conserje y pod¨ªa acceder a las instalaciones tambi¨¦n fuera de los horarios de entrenamiento). A cada chica le hac¨ªa descalzarse y ponerse un calcet¨ªn especial que ¨¦l le daba y, tumbada o sentada en la camilla, se llevaba el pie de la menor a sus genitales y se frotaba ¡°hasta obtener su satisfacci¨®n sexual¡±. El calcet¨ªn, seg¨²n el testimonio de las menores, ¡°en la mayor¨ªa de las ocasiones terminaba mojado¡±. Algunos de esos masajes se realizaron, seg¨²n las denuncias de las menores a la Guardia Civil, en el domicilio del acusado y en presencia de las dem¨¢s. No era raro que el entrenador, con el permiso de los padres que, ajenos a todo confiaban en ¨¦l, las premiara en vacaciones con sesiones de cine en su casa.
Cuando se produjeron los hechos, las gimnastas ten¨ªan ocho a?os la m¨¢s peque?a y 19 la mayor. De las cinco, tres estaban todav¨ªa en el club cuando denunciaron los hechos en junio de 2017. En agosto las echaron. La primera menor que denunci¨® lo hizo despu¨¦s de contarles a sus padres que estaba recibiendo masajes raros por parte del entrenador. Unos d¨ªas despu¨¦s, recibieron la visita de una exgimnasta del mismo club, que por entonces ten¨ªa ya m¨¢s de 30 a?os y que hab¨ªa o¨ªdo que alguien hab¨ªa puesto una denuncia por abusos contra Carlos. Les cont¨® que ella tambi¨¦n los hab¨ªa sufrido cuando era menor. Les cont¨® que hab¨ªa estado en la Guardia Civil y tambi¨¦n hab¨ªa denunciado. Con la dificultad que supone denunciar hechos como estos.
En su caso, hubo m¨¢s que masajes: ¡°relaciones sexuales¡± durante tres a?os (de los 14 a 17), hasta que abandon¨® el club. Al ser menor, no se trata de relaciones sexuales sino de agresi¨®n sexual. Con esta segunda denuncia, la Guardia Civil rastre¨® si hab¨ªa m¨¢s v¨ªctimas. Se encontraron con 12 y en dos generaciones diferentes, sin que las unas tuviesen contacto con las otras. El magistrado ponente que dicta la sentencia no quiso escuchar el testimonio de ninguna de las siete mayores en el juicio oral porque consider¨® que los delitos hab¨ªan prescrito (s¨ª declararon durante la instrucci¨®n).
En el caso de Miguel ?ngel Mill¨¢n, el entrenador de atletismo condenado a 15 a?os por abusos sexuales, s¨ª se escuch¨® tambi¨¦n a los atletas cuyos delitos hab¨ªan prescrito. En la ¨²ltima jornada del juicio se cit¨® esa sentencia y la fiscal lleg¨® a calificar esos hechos como ¡°similares, an¨¢logos y cuasi id¨¦nticos¡± a los que han sufrido las ni?as de Betx¨ª. No es la primera vez en Espa?a que gimnastas menores de edad sufren abusos sexuales: en 2013 Gloria Viseras denunci¨® al entonces seleccionador Jes¨²s Carballo por abusar de ella cuando era menor.
Franch, al que la Federaci¨®n de gimnasia valenciana retir¨® la licencia cuando fue detenido (pero no abri¨® ninguna investigaci¨®n cuando se enter¨® de la denuncia de las menores, como tampoco hizo la federaci¨®n espa?ola pese a que s¨ª lo obliga, desde 2013, el protocolo de prevenci¨®n, detecci¨®n y actuaci¨®n frente al acoso y al abuso sexual), niega los hechos. ¡°Soy totalmente inocente; los masajes nunca se han dado clandestinamente¡±, dijo en el ¨²ltimo d¨ªa del juicio.
Reconoci¨® al psic¨®logo Julio Bronchal, seg¨²n consta en el informe pericial de la defensa, que efectuaba ¡°distintos tipos de masajes a las menores¡±, pero le parece ¡°perversa y retorcida¡± la idea de asociarlo a cualquier actividad sexual. El entrenador se considera, seg¨²n ese informe, ¡°v¨ªctima de no sabe si un malentendido por culpa de una ni?a que quer¨ªa justificar no seguir con la gimnasia y no sab¨ªa c¨®mo enfrentarse a sus padres, o una maledicencia que se ha compartido en un entorno social muy sensibilizado hacia estos temas¡±. Habla de ¡°mentiras y falsedades¡±, y confiesa que ¡°lo ¨²nico cierto¡± es que sujetaba entre sus piernas el pie de la gimnasta. ¡°Como tambi¨¦n es cierto que tengo una hernia inguinal y que, puestos a imaginar y a compartir versiones, cualquier objeto ¡ªllaves, el borde del banco¡ª bien podr¨ªan confundirse, desde la mala intenci¨®n, con mis ¨®rganos sexuales¡±.
La conclusi¨®n del psic¨®logo es que en la evaluaci¨®n que realiz¨® a petici¨®n del acusado ¡°no existen rasgos de comportamiento de violencia sexual ni conductas propias de un abusador¡±. A?ade, adem¨¢s, que la ¡°base acusatoria se fundamenta en sensaciones percibidas por las denunciantes circunscritas a la percepci¨®n, con un pie, de un objeto duro, atribuido a la supuesta erecci¨®n del pene del entrenador [...] sin la consideraci¨®n de hip¨®tesis alternativas: otro objeto, la hernia inguinal escrotal acreditada, etc¡±. El perito forense explic¨® que una hernia es ¡°una masa sin vida que no puede cambiar de consistencia¡±.
En el otro informe pericial de la defensa, suscrito por un m¨¦dico generalista, el doctor Miguel Serrano, figura como prueba de que los masajes se realizaban de forma correcta un manual de preparaci¨®n f¨ªsica de 1980 (descatalogado) de la Universidad de Guayaquil y un v¨ªdeo de YouTube titulado C¨®mo dar un masaje relajante de piernas a tu chico/a.
De la c¨¢rcel a ir a dos torneos y de nuevo a la c¨¢rcel
Carlos Franch estuvo en prisi¨®n provisional del 15 de junio de 2017 al 23 de marzo de 2018. El juez le dej¨® en libertad con la condici¨®n de no poder entrar en Castell¨®n y firmar todos los lunes en el juzgado del domicilio que eligiera (Sagunto fue el que eligi¨®). Un mes despu¨¦s de salir se present¨® a un torneo de gimnasia art¨ªstica en Pamplona junto a Luc¨ªa Guisado (seleccionadora nacional) y baj¨® a la pista con las menores. La Guardia Civil abri¨® una instrucci¨®n y avis¨® al juez de que un investigado por presuntos abusos sexuales a menores segu¨ªa acudiendo a torneos deportivos. Por eso y por ir a otro campeonato el fin de semana siguiente y firmar en un d¨ªa y en un juzgado que no correspond¨ªa, volvi¨® a entrar en prisi¨®n provisional.
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