La pasi¨®n de Merckx
El libro 'Merckx, mitad hombre, mitad m¨¢quina' dibuja el final de una ¨¦poca del ciclista belga

Hay momentos que definen toda una carrera. Aunque a simple vista parezca que no tienen ninguna importancia. Pueden durar, por ejemplo, dos segundos. Y pueden suceder en el ¨²ltimo kil¨®metro de una etapa del Tour de Francia con meta en Avoriaz. En 1975. Con la cara hinchada y amoratada fruto de una ca¨ªda que le ha provocado una fractura de mand¨ªbula, un ciclista lanza tres ataques y logra el tercer puesto, ara?¨¢ndole dos segundos al l¨ªder de la clasificaci¨®n general. No parece un gran bot¨ªn, teniendo en cuenta que su ventaja total se acerca a los tres minutos. Pero en ese ataque intrascendente, que ten¨ªa un punto de inmolaci¨®n, se concentraba la esencia de su protagonista. Los que lo vieron dicen que fue un momento glorioso. Se trataba de Eddy Merckx.
William Fotheringham, periodista brit¨¢nico, exciclista y especialista en la materia, public¨® en 2012 un libro sobre el ciclista belga. Siete a?os despu¨¦s, Merckx, mitad hombre, mitad m¨¢quina (Libros de ruta), se publica en espa?ol. Aquella etapa con final en Avoiraz dibujaba el final de una ¨¦poca ¡ªser¨ªa la primera vez en ocho a?os en la que Merckx terminaba una gran vuelta en una posici¨®n que no era la primera¡ª y, sin embargo, sirvi¨® para convertirlo en un icono a¨²n m¨¢s global. En los seis d¨ªas que siguieron a aquella etapa ¡ªcon la confirmaci¨®n de una doble fractura y sin apenas opciones de victoria¡ª el cinco veces ganador del Tour y del Giro continu¨® recortando segundos al l¨ªder. Pele¨® hasta el final, engrandeciendo la victoria de Th¨¦venet, que declar¨®: ¡°Hasta que no quedaron dos vueltas para terminar en los Campos El¨ªseos, no pude creer que fuera a ganar el Tour¡±.
Fotheringham ofrece una visi¨®n completa y abierta de la carrera de Merckx, y descubre el motor que daba ritmo a aquel pedaleo: la pasi¨®n. ¡°Cuando estaba en el colegio me preguntaban que a qu¨¦ me quer¨ªa dedicar, y yo respond¨ªa 'quiero ser ciclista'. Y entonces me dec¨ªan: 'pero eso no es un oficio'. No conozco el motivo. En mi familia no hab¨ªa ning¨²n ciclista. Lo cierto es que era eso, pasi¨®n. No s¨¦ c¨®mo explicarlo¡±.
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