Humanismo hasta la cima
Pablo Batalla construye un interesante ensayo en el que defiende un alpinismo ¡°lento, ilustrado y anticapitalista¡± y la importancia del aprendizaje
El humanismo va perdiendo la batalla en el deporte. Tambi¨¦n en el aficionado. En tiempos de prisas y necesidad de reconocimiento inmediato parece que el debate sobre si es mejor el camino o la morada se va inclinando poco a poco hacia la segunda. Importan las cifras, los tiempos y cualquier par¨¢metro que pueda aportar una ¨¦pica cuantificable a la victoria o logro en cuesti¨®n. Todo lo que hay entre el inicio y el fin de la actividad quedar¨¢ eclipsado por el resultado.
La rapidez vence a la paciencia, llev¨¢ndose consigo el aprendizaje que implica cada camino recorrido. Seg¨²n Pablo Batalla Cueto, autor de La virtud en la monta?a (Trea), existen hoy en d¨ªa dos tipos de monta?ismo: ¡°uno sigue buscando el desmayo maravilloso de los s¨ªndromes de Stendhal; (...) disintiendo de la troika del reloj, la velocidad y el consumo. El otro, muy en cambio, es un monta?ismo anhed¨®nico de espantosos hombres ¨²tiles, eficientes, competitivos, militarizados, s¨²bditos sumisos del reino de la cantidad que ya no escriben cr¨®nicas sobre el fulgor tr¨¦mulo del sol derritiendo la ¨²ltima nieve...¡±. El primero responder¨ªa a un monta?ismo cuyo objetivo es conocer; para el segundo, lo principal es ser conocido.
Batalla construye un interesante ensayo en el que defiende un alpinismo ¡°lento, ilustrado y anticapitalista¡±, y en el que va entrelanzando la situaci¨®n del deporte en particular con la de la sociedad en general. Un vistazo a las provisiones de la expedici¨®n que coron¨® el mont Blanc en 1851 bastar¨¢ para que el lector tome posici¨®n con respecto al debate: 60 botellas de vino corriente, seis de burdeos, quince de St. Jean, ocho de co?ac, una de sirope de frambuesa y dos de champ¨¢n. En la parte s¨®lida, cuatro paletillas de cordero, entre otras muchas viandas.
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