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El Madrid aprieta pero no ahoga
El Celta, con dos asistencias exquisitas de Aspas y Denis, logra un punto en el Bernab¨¦u y frustra a un Real, liderado por el reaparecido Hazard, al que no le bast¨® con su empe?o
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Se qued¨® corta la remontada del Real Madrid y brind¨® por todo lo alto el Celta. Un partido con varias sacudidas dej¨® a los gallegos con un punto de esperanza y a los madridistas con un solo punto de ventaja sobre el Bar?a. Compiti¨® bien el cuadro de ?scar Garc¨ªa, que reaccion¨® con tino desde el banquillo cuando se le iba el choque. Y apret¨® bien el Madrid, sobre todo en el segundo acto, con el regresado Hazard a la cabeza, pero a los celti?as no les falta talento. Lo evidenci¨® Rafinha, lo gote¨® Aspas y fue Denis Su¨¢rez quien dio la puntilla final al Real con un emboque de Mina.
No hubo un solo Celta en Chamart¨ªn. Dos relatos opuestos. Uno, el de un equipo encapotado, abatido por la presi¨®n del Madrid, con grilletes en las piernas para articular el juego. Y en el horizonte, otro Celta: el de Rafinha. De un equipo resistente, pero aparatoso, a un equipo pinturero y desafiante. Muy pronto, tras un estupendo pase de Iago Aspas, Smolov maniobr¨® con un control refinado y un remate cl¨ªnico para obligar al Real a una remontada.
Tras el primer gol de Smolov como celti?a, salvo que el ruso se citara con Aspas y Rafinha, el partido fue un atosigamiento casi constante del Madrid. A ello no fue ajeno un buen Hazard, reaparecido tras 82 d¨ªas de baja. Con el belga mediante, pese a la intranscendencia de Bale ¡ªsalvo por una cuchillada a Rafinha ya con 2-1 que mereci¨® m¨¢s que una amarilla¡ª, flu¨ªa el grupo de Zidane... Hasta rondar el ¨¢rea de Rub¨¦n.
Al Real Madrid le corr¨ªa la pelota. Ten¨ªa marcha y con H¨¦rcules Casemiro se bastaba para enclaustrar a los de ?scar Garc¨ªa, pero se volv¨ªa ordinario en el ¨²ltimo trance. Dale que dale, desde cualquier posici¨®n y sin miramientos, los blancos insistieron con una in¨²til bater¨ªa de centros al vuelo al rancho de Rub¨¦n. No hubo blanco que cazara alg¨²n pelotazo sin techo. Tan mal observatorio de los de Zidane que ni una parada exigieron a Rub¨¦n en el primer acto. Una suerte para sus tres centrales, encantados con las disputas a¨¦reas. Trenzaban Hazard y Benzema, ventilaban Marcelo y Carvajal, tutelaba Kroos y apabullaba Casemiro, pero la deriva siempre era una jugada ca¨ªda del cielo. Puro barbecho para los locales, equipo con buenos cabeceadores para el juego a bal¨®n parado, cuando se junta el regimiento de Casemiro, Ramos, Varane...
Obligado a ser un equipo machote, el Celta encontraba alivio si daba con el hilo de Rafinha, un gigante en Chamart¨ªn. Jugador con ingenio y, sobre todo, con capacidad para apechugar con la pelota. El gran consuelo del Celta, aunque muy limitado por la fraternidad blanca a la hora de ir al quite. Gane o pierda, este Madrid no afloja.
En un primer tiempo sin apenas focos sobre las porter¨ªas, a un suspiro del descanso, Courtois se estir¨® al l¨ªmite para desviar un cabezazo con mala uva de Aidoo que le bot¨® al belga en los morros. Sin bal¨®n, casi golpea dos veces el conjunto gallego. Con la pelota cosida, apenas fue amenazante el Madrid.
Equipo con muchas horas de vuelo, el Madrid interpret¨® bien cu¨¢l hab¨ªa sido su lacra del primer tiempo. Tras el intermedio, la pelota discurri¨® con la misma gracia pero con otro objetivo. Ya sin el planear constante sobre la porter¨ªa de Rub¨¦n. El nuevo empe?o madridista dio frutos muy pronto. En una acci¨®n terrenal, Benzema esper¨® el desdoblamiento de Marcelo que lleg¨® puntual y asisti¨® al raso a Kroos, que ajust¨® de maravilla el disparo.
La lesi¨®n de Kevin hizo que ?scar Garc¨ªa hiciera una mudanza defensiva: de cinco zagueros a cuatro, con Aidoo de lateral derecho. Para entonces, el Madrid ya ten¨ªa en vilo a Rub¨¦n. Los ataques ten¨ªan un punto final. Incluso los que parecieron superficiales. Caso de la jugada que origin¨® el 2-1. Hazard le puso fe a una pelota que, s¨ª o s¨ª, se iba al limbo por la l¨ªnea de puerta. Rub¨¦n, m¨¢s atemorizado de lo que requer¨ªa la situaci¨®n, hizo trompicar al belga. Ramos ajust¨® el lanzamiento de penalti y conden¨® la falta de c¨¢lculo de Rub¨¦n. Poco despu¨¦s, la gente de Chamart¨ªn despidi¨® a Hazard con el agradecimiento que mereci¨® su reaparici¨®n. No mucho despu¨¦s, el t¨¦cnico del Celta retir¨® al ariete ¡ªSmolov¡ª para dar carrete a un volante ¡ªDenis Su¨¢rez¡ª. Tambi¨¦n pareci¨® conservador el relevo de Mendy por el trivial Bale. Ocurri¨® que el Celta sac¨® provecho de un filtrador de pases tan cort¨¦s con Denis. El chico tir¨® de periscopio y puso a Santi Mina en la sala de espera del gol. No fall¨® el delantero gallego. Al partido le faltaban diez minutos, pero con Marcelo de extremo y Sergio Ramos al frente del convoy ofensivo, el Madrid ya no encontr¨® remedio.
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