Cuando el padre de Reinier jugaba en un equipo de polic¨ªas en Ceuta
Siete a?os despu¨¦s de proclamarse campe¨®n del mundo de f¨²tbol sala con Brasil, Mauro Bras¨ªlia milit¨® en un club formado por agentes locales de la ciudad aut¨®noma
Cuando, en lugar de Reinier, fue su padre quien fich¨® por un equipo en Espa?a, la escena de la llegada bien podr¨ªa haber sido la de su detenci¨®n. Era octubre de 1992, plena resaca del verano de los excesos, y en el puerto de Ceuta atrac¨® un ferry del que descendi¨® el jefe de la Polic¨ªa Local, ?ngel G¨®mez, con polo, gafas oscuras y un bols¨®n negro al hombro. Detr¨¢s caminaba Mauro Lucius Gra?a Parente Carvalho, apodado Mauro Brasilia (naci¨® all¨ª en 1960): perilla, jersey Gucci remangado del que asomaban los amplios cuellos de una camisa estampada, breve equipaje de mano. No hab¨ªa tenido tiempo de saltarse un stop, y ya era la captura m¨¢s lustrosa del agente G¨®mez: un campe¨®n del mundo de f¨²tbol sala.
Por entonces, el jefe de la Polic¨ªa Local mandaba a sus hombres en las calles y en la cancha. Adem¨¢s de vigilar la ciudad, le procuraba entretenimiento: ejerc¨ªa como presidente del club de f¨²tbol sala Polic¨ªa Local Reebok, de la Primera A (el tercer pelda?o), y acababa de fichar a un tipo que hab¨ªa marcado en la final de un Mundial. Siete a?os antes, en el viejo Palacio de los Deportes de Madrid, Mauro Brasilia hab¨ªa anotado el tercer gol de Brasil en la victoria ante Espa?a (3-1) con la que se llevaron el t¨ªtulo de 1985. ¡°En aquella ¨¦poca, el f¨²tbol sala estaba en auge y no era raro ver uno o dos brasile?os, tambi¨¦n en equipos de clase media¡±, recuerda Juanma L¨®pez, el entrenador de aquel cuadro, hoy t¨¦cnico del CD H¨¦rcules a los 66 a?os, despu¨¦s de m¨¢s de tres d¨¦cadas de banquillos.
A trav¨¦s de un intermediario que conoc¨ªa en Madrid, Juanma fue tambi¨¦n uno de los mu?idores de la operaci¨®n que acab¨® con Mauro en Ceuta, en un equipo compuesto principalmente por polic¨ªas locales. Unos a?os antes, el jefe G¨®mez hab¨ªa montado un club con varios agentes que fue escalando categor¨ªas desde el nivel provincial. ¡°A este hombre le gustaba mucho el deporte. Estaba a diario en los entrenamientos, ven¨ªa a los viajes¡±, cuenta Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, polic¨ªa entonces, cuando adem¨¢s estudiaba para sacarse la plaza fija.
Otro compa?ero, Paco Castillo, recuerda el impacto de la llegada de Mauro: ¡°Flip¨¦ con ¨¦l. Flipamos todos¡±. Castillo hab¨ªa estado jugando hasta la temporada anterior, la del ascenso a Primera A: ¡°El nivel subi¨® y pas¨¦ a ejercer como preparador f¨ªsico y segundo entrenador¡±, dice. El fichaje del brasile?o termin¨® de convencerle para aceptar el empleo: ¡°Pens¨¦: ¡®Trabajar con uno as¨ª tiene que ser la ca?a'. Era un tipo magn¨ªfico que nos ayudaba en todo. Tanto en el aspecto t¨¦cnico como en el t¨¢ctico estaba a a?os luz de muchos que estaban ah¨ª. ??ramos polic¨ªas locales!¡±, insiste.
¡°Era un cierre de lujo¡±, recuerda con a?oranza Juanma, que tambi¨¦n destaca sus m¨¢s de 20 goles. En la admiraci¨®n coincide Rodr¨ªguez: ¡°Era muy profesional. La experiencia se le notaba en la serenidad. ?l era el que llevaba el equipo¡±. ¡°Un superclase. Y corr¨ªa como el que m¨¢s. Pod¨ªa haber venido aqu¨ª a pasar el rato, pero era el que tiraba del carro. No todos los brasile?os que han venido han salido as¨ª¡±, recuerda Castillo.
En aquella primera temporada, Mauro Bras¨ªlia dej¨® ya en Ceuta el recuerdo de un tipo ¡°trabajador¡±, ¡°humilde¡±, ¡°muy buena persona¡±, que llevaba una vida tranquila con su primera esposa y sus hijos de 9 y 12 a?os, y se mezclaba con naturalidad con unos compa?eros que antes de llegar al entrenamiento hab¨ªan estado patrullando, atendiendo llamadas al 092, regulando el tr¨¢fico y poniendo multas.
Con Mauro, aquel grupo de agentes ascendi¨® a la Divisi¨®n de Plata, el segundo escal¨®n del f¨²tbol sala nacional. Y ¨¦l no solo se qued¨® en Ceuta, sino que convenci¨® a su compatriota Neto para unirse a los polic¨ªas. En el segundo curso, rozaron la haza?a: jugaron el playoff de ascenso a Divisi¨®n de Honor, el equivalente a Primera. Pero se quedaron a un paso y Mauro Brasilia sigui¨® su camino en equipos de Zaragoza y Salamanca.
Aunque no se ha olvidado de ellos. Cuando Juanma se dio cuenta de que hab¨ªa tenido bajo su mando al padre de la ¨²ltima apuesta del Real Madrid, Reinier, le llam¨® por tel¨¦fono. Se acordaba hasta de lo que le hab¨ªa hecho correr Castillo en los entrenamientos. ¡°Y me dijo que cuando est¨¦ en Espa?a vendr¨¢ a Ceuta¡±, cuenta Juanma.
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