Un Real Madrid camale¨®nico rinde al Panathinaikos
El conjunto de Laso, liderado de nuevo por Campazzo y Tavares, supera las bajas y los contratiempos con implicaci¨®n colectiva y quintetos asim¨¦tricos (96-78)
El Real Madrid rindi¨® con abnegaci¨®n a un Panathinaikos correoso, alcanz¨® su 20? triunfo en 26 jornadas de la Euroliga, se consolid¨® en la parte alta de la tabla y estir¨® a seis las victorias de ventaja respecto al sexto clasificado a falta de ocho citas para la conclusi¨®n de la fase regular. En un ejercicio de aplicaci¨®n y compromiso corporativo liderado de nuevo por Campazzo y Tavares (26 y 30 de valoraci¨®n respectivamente), con Deck y Laprovittola en la intendencia y con cinco jugadores en dobles figuras, los de Laso se reinventaron con solvencia para superar las bajas y resolver la misi¨®n. Con quintetos asim¨¦tricos, a veces con tres p¨ªvots, otras con dos bases; explorando nuevas conexiones, experimentando mecanismos alternativos; reconstruy¨¦ndose sobre la marcha para superar las contingencias, los blancos acabaron goleando a un rival que explor¨® sus opciones de remontada, del 68-65 del minuto 29 al 96-78 final. ¡°Ten¨ªamos muchos jugadores que no pod¨ªan jugar, pero desde el banquillo siempre sale alguien que nos ayuda. Esto es una cuesti¨®n de equipo, defensa e implicaci¨®n colectiva¡±, resumi¨® Laso tras el duelo con el que su equipo deja encarrilada su presencia en el top 8 de la competici¨®n.
Lleg¨® el d¨¦cimo triunfo consecutivo de los blancos ante un rival al que tomaron la medida hace tiempo, rumbo a la D¨¦cima en Belgrado, en una noche larga, de brega indispensable en la pista, y con denuncia de apertura. La terna arbitral del encuentro, formada por Lottermoser, Boltauzer y Hordov, aprovech¨® los instantes previos al salto inicial para solidarizarse con Luigi Lamonica y su equipo, agredidos la semana pasada a la salida del OAKA tras el Panathinaikos-Bar?a. Mostrando unos sencillos folios en los que se le¨ªa ¡®Stop violencia¡¯, los colegiados denunciaron el ataque sufrido por sus compa?eros en Atenas, cuando dos radicales rompieron una de las ventanillas del taxi que les conduc¨ªa al hotel. ¡°El ataque no tiene precedentes en la historia en las veinte temporadas disputadas. Si ocurriera otra acci¨®n similar, significar¨ªa que no se puede garantizar un entorno seguro (¡) y se evaluar¨ªa inmediatamente la reubicaci¨®n de todos los partidos, bajo su organizaci¨®n, fuera de Grecia¡±, apunt¨® la Euroliga en su comunicado de?recriminaci¨®n del incidente y aviso a la problem¨¢tica hinchada griega. Realizada la protesta conjunta el Madrid se lanz¨® a por el partido sin otorgar minutos de tanteo a su rival.
Siguiendo el guion habitual, aceler¨® Campazzo y cogi¨® carrerilla el Madrid para marcar territorio. Con dos triples, dos rebotes y tres asistencias (dio seis en sus nueve primeros minutos en pista), el Facu hizo una hucha de 10 puntos en un santiam¨¦n (15-5, m. 4). Ocho puntos de Deck y nueve de Tavares consolidaron despu¨¦s la renta de los blancos en un primer cuarto en el que Garuba se llev¨® la ovaci¨®n de los parroquianos del WiZink, por su demostraci¨®n de car¨¢cter de hace unos d¨ªas en Estambul y por sus buenos minutos iniciales ante Panathinaikos. El primer contratiempo para Laso no lleg¨® de las filas enemigas sino en forma de esguince de tobillo en las propias. Mickey pis¨® el pie de Papagiannis en un mal aterrizaje tras un intento de alleyoop y se march¨® al vestuario con el tobillo izquierdo lastimado. No regres¨® al partido.
Su baja se sumaba a las ya conocidas de Randolph, Llull y Taylor, y a la de ¨²ltima hora de Causeur con molestias musculares, pero el Madrid no se descentr¨® contabilizando penurias y afil¨® su demarraje para intentar pasaportar al Panathinaikos. Con los rebotes y la intimidaci¨®n de Tavares y un buen relevo de Laprovittola en la direcci¨®n, la renta madridista creci¨® hasta el 42-28 del minuto 16. Sin embargo, cuando parec¨ªa que los verdes perd¨ªan el paso, fue el Madrid el que patin¨®. Los de Laso concedieron un 0-10 de parcial, con dos triples de Deshaun Thomas y Calathes, en un mal momento. El Panathinaikos situ¨® su centro de operaciones en el per¨ªmetro y, con un 7 de 10 en triples, salv¨® los muebles en la primera mitad (48-41, m. 20). Justo la faceta que los blancos se llevaron como deberes a la caseta (6 de 18). Para entonces, sin la participaci¨®n de Felipe, Mejri y Nakic y con la lesi¨®n de Mickey, la rotaci¨®n local hab¨ªa quedado reducida a ocho piezas.
Recuper¨® Laso el quinteto inicial para volver a percutir en la reanudaci¨®n, pero tard¨® en carburar el Madrid. Papagianis hab¨ªa encontrado las cosquillas a Tavares y Deshaun Thomas estaba haciendo caja a base de penalizar la inexperiencia de Garuba. El canterano cometi¨® su tercera falta, concediendo un dos m¨¢s uno precisamente a Thomas, y Felipe fue reclutado para solventar la papeleta. Hab¨ªa cambiado el aire de la noche y las estrecheces del marcador jugaban psicol¨®gicamente a favor del Panathinaikos a pesar de estar siempre en el papel de perseguidor. Con el yo-y¨® de Calathes y el martillo de Thomas, los de Pitino fueron ara?ando puntos. Primero con el 51-48, m¨¢s tarde con un 58-55 mediado el tercer cuarto. Resisti¨® el Madrid el empuje rival con la cosecha de puntos de Felipe desde el tiro libre y la productiva aparici¨®n de Thompkins. Pero el propio Felipe cometi¨® su tercera falta en apenas cuatro minutos en pista y Rice comenz¨® a disfrazarse de amenaza para complicar el panorama a los blancos. Aun as¨ª, entr¨® fuera de tiempo el triple de Thomas que cerr¨® el tercer acto y los locales entraron con una valiosa ventaja en la recta de meta (73-65, m. 30).
Estir¨® el sobreesfuerzo Tavares casi hasta la media hora de juego y Laso le acompa?¨® durante unos instantes con Felipe y Thompkins a un tiempo pero, antes de la resoluci¨®n, tuvo que salir Mejri a remendar el juego interior y Campazzo a reforzar la direcci¨®n con Laprovittola ejerciendo de dos. A Laso le funcion¨® a la perfecci¨®n la f¨®rmula de los quintetos asim¨¦tricos y, con dos triples estrat¨¦gicos, uno de Campazzo y otro de Thompkins, el Panathinaikos qued¨® de definitivamente retratado y a contrapi¨¦, sin esp¨ªritu para volver a remar (83-69, m. 33). La inconsistencia del cuadro griego pes¨® m¨¢s que los contratiempos del Madrid. Un Madrid camale¨®nico para sobrevivir a los achaques de entreguerras sin dejar de sumar.
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