El Bayern pasa el rodillo en Londres y deja sentenciado al Chelsea
El campe¨®n alem¨¢n sacude Stamford Bridge con tres goles en una exhibici¨®n de sus hombres de ataque
El Bayern sac¨® el rodillo en Londres (0-3) para dejar la eliminatoria contra el Chelsea virtualmente sentenciada. En evidencia qued¨® un equipo que debe renovarse si quiere competir al m¨¢ximo nivel europeo. Mientras maduran sus j¨®venes y vuelve a sacar la chequera, ya sin sanciones, para reforzarse en posiciones clave como el centro de la zaga o la delantera, el Chelsea est¨¢ lejos de locomotoras como el Bayern. Los b¨¢varos parecen haber dejado atr¨¢s las dudas con las que iniciaron la temporada y ya son, como dicta su acostumbrado canon, un rodillo.
Todo lo que hizo el Bayern rezum¨® un aroma de a?eja superioridad, tambi¨¦n la exhibici¨®n de un cl¨¢sico entre cl¨¢sicos. Thomas M¨¹ller pareci¨® durante un tiempo que estaba en retirada. Pero apenas tiene 30 a?os. Es uno de esos tipos que parecen perpetuos, como si llevasen toda la vida girando con la rueda del f¨²tbol. Nunca fue el m¨¢s talentoso de su equipo, pero entiende el juego como pocos. Por eso, seguramente, ha hecho la carrera propia de un ganador. Ahora, tras alzar todos los trofeos que podr¨ªa levantar, despu¨¦s de que muchos ya no contasen con verle otra vez bajo los focos, regresa a ellos para exhibir una de sus mejores cualidades: siempre fue un jugador complicado de detectar, indescifrable. Desde la mediapunta es un dolor de cabeza para cualquier rival.
Lo fue para el Chelsea, que se repleg¨® con orden, pero empez¨® a alterarse con los fogonazos de M¨¹ller, que nunca le da un toque de m¨¢s a la pelota. Por ah¨ª encontr¨® espacios para sacar una rosca que olfate¨® el palo izquierdo de la meta defendida por Caballero (Kepa sigue condenado a galeras) o para rematar al larguero con la testa, m¨¢s bien con la coronilla, con tanta intenci¨®n como heterodoxia. Se defini¨® M¨¹ller.
Aplicado en resta?ar esa v¨ªa que tanto le da?aba, el Chelsea se acostumbr¨® a jugar sin la pelota. No pareci¨® inocuo, pero despreci¨® la elaboraci¨®n. Marcos Alonso, siempre incisivo y con recorrido, pudo marcar al filo del descanso. Respondi¨® Neuer, que poco antes hab¨ªa originado un peque?o incendio en la salida de la pelota, otro aviso de que el Chelsea no solo miraba el retrovisor.
El Bayern mandaba por jerarqu¨ªa, el Chelsea se tapaba con oficio. Al descanso flotaba la sensaci¨®n de que un gol le iba a dar un revolc¨®n al partido, a abrirlo, a sacarlo del carril. Ocurri¨® a los cinco minutos, cuando Gnabry traz¨® una conexi¨®n maravillosa con Lewandowski, que mostr¨® que su repertorio no se limita a dejar el bal¨®n en la red. El Chelsea se fue arriba a presionar la salida del rival, pero no midi¨® su fuerza y Gnabry le golpe¨® tras buscar otra sociedad con Lewandowski, que se march¨® de Londres tras ofrecer dos pases decisivos.
A partir de ah¨ª, con casi medio partido por jugar, el Chelsea sufri¨® un calvario. Un penalti por mano de Christensen se qued¨® en alg¨²n limbo entre el c¨¦sped y el VAR. Sali¨® al campo Coutinho, por lesi¨®n de Coman, y casi anota en su primera carrera. Lampard no se descabalg¨® de la zaga de tres centrales hasta el ¨²ltimo cuarto de hora. Y ah¨ª se llev¨® otro sopapo con una galopada del joven y excelente lateral Davis, que le dio el tercer gol a Lewandowski, el und¨¦cimo para el m¨¢ximo realizador de la Champions: 39 en total lleva el polaco en 33 partidos esta campa?a.
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