Carlsen remonta una semifinal ¨¦pica

¡°Pocas veces hab¨ªa sufrido tanto¡±, reconoci¨® Magnus Carlsen unos minutos despu¨¦s de pasar a la final del torneo r¨¢pido por internet que lleva su nombre. Liren Ding le noque¨® en el 2? de los cuatro asaltos previstos, pero el campe¨®n remont¨® en el 3?. En una posici¨®n tensa al m¨¢ximo, el chino rechaz¨® el empate en el 4?, pero fue impreciso, y ser¨¢ el noruego (2,5-1,5) quien se enfrente este domingo al estadounidense Hikaru Nakamura.

¡°Los aficionados disfrutan mucho con esta modalidad, y eso es fant¨¢stico, pero los jugadores sufrimos much¨ªsimo. La situaci¨®n m¨¢s equiparable que recuerdo en cuanto a la tensi¨®n nerviosa fue el duelo por el Mundial contra Fabiano Caruana en Londres, 2018, tras la d¨¦cima partida, en la que ambos estuvimos perdidos antes del empate¡±, reconoci¨® Carlsen, todav¨ªa muy excitado, a los comentaristas de Chess24, el club virtual organizador del torneo.

Y, sin necesidad de que se lo preguntasen, a?adi¨®: ¡°Ha sido un duelo magn¨ªfico, y gran parte del m¨¦rito es de Ding, quien adem¨¢s me ha felicitado muy deportivamente poco despu¨¦s de rendirse en la cuarta partida. Hoy ha confirmado que es un jugador tremendo, y conf¨ªo en que tengamos otros encuentros tan apasionantes como el de hoy¡±.

Ciertamente, Ding estuvo a la altura de lo que exige poner contra las cuerdas a uno de los mejores ajedrecistas de la historia. Y, tal como ocurrieron los hechos, su victoria no hubiera sido sorprendente porque estuvo muy cerca de lograrla. Tras su recital defensivo en el asalto inaugural, el segundo lleg¨® a una posici¨®n en que Carlsen pod¨ªa enfriar la tensi¨®n, provocando un final de empate casi seguro. Decidi¨® mantenerla, pero con una jugada perdedora, porque omiti¨® un bello golpe mortal de Ding. El gesto de rabia y frustraci¨®n del campe¨®n, levantando los brazos en se?al de incredulidad, parec¨ªa augurar lo peor para ¨¦l.

Pero, una vez m¨¢s, Carlsen demostr¨® entonces que es una bestia de la competici¨®n, a la altura de otros gladiadores a quienes hab¨ªa que matar varias veces, como Fischer, K¨¢rpov o Kasp¨¢rov. Tras solo cinco minutos de descanso, el guerrero vikingo busc¨® una posici¨®n de doble filo, regal¨® un pe¨®n en el ala de dama para montar un ataque a vida o muerte en el otro flanco y aprovecho la inexactitud defensiva de Ding para tumbarlo en la lona.

Pero la mayor emoci¨®n estaba a¨²n por llegar. Tras un intercambio de golpes tan violentos como bellos, en una posici¨®n donde los tres resultados hubieran sido l¨®gicos, y con aproximadamente un minuto por bando, Ding pod¨ªa repetir jugadas y obligar a Carlsen a un desempate en la modalidad rel¨¢mpago (cinco minutos, m¨¢s tres segundos por jugada). Sin embargo, ya fuera por su car¨¢cter ind¨®mito, porque consideraba que el ritmo m¨¢s acelerado iba a favorecer a su rival o por ambas cosas a la vez, Ding se lanz¨® a ganar, con tal infortunio que en el consiguiente intercambio de golpes qued¨® perdido. Y Carlsen sali¨® triunfante de uno de los momentos m¨¢s exigentes de su intensa y gloriosa carrera. No ser¨ªa extra?o que Nakamura le lleve a tensiones de la misma altura en la final del domingo.