Carlsen vence a Giri con apuros en la 1? manga de la final
El noruego supera al neerland¨¦s (3,5-2,5) en la 2? partida del desempate tras salvarse por poco en la 1?
Esta vez el campe¨®n sufri¨® mucho para cumplir como favorito, pero sali¨® triunfante. Magnus Carlsen dio la impresi¨®n de que no juega c¨®modo frente al neerland¨¦s Anish Giri, a quien no hab¨ªa ganado a¨²n en sus cinco partidas de 2020. Hoy lo hizo en dos de seis, pero hubo que llegar al desempate rel¨¢mpago para que el noruego se apuntase la 1? manga de la final del torneo r¨¢pido Chessable Masters (Chess24). Se juega al mejor de tres; la 2? se disputa este s¨¢bado.
De sus cinco enfrentamientos de este a?o, solo uno, en la ronda inicial del torneo de Wijk aan Zee (Pa¨ªses Bajos), fue en partida lenta, que termin¨® en tablas tras solo 25 movimientos. Las otras cuatro partidas fueron en el torneo r¨¢pido por internet Magnus Carlsen Invitacional, el inaugural del circuito que lleva el nombre del campe¨®n del mundo. Hasta ese d¨ªa (5? ronda), Giri no hab¨ªa ganado un duelo a nadie, pero tumb¨® al campe¨®n del mundo por 2,5-1,5. Y a continuaci¨®n dijo: ¡°Casi nadie cree hoy en m¨ª. Pero, curiosamente, Magnus es una de las pocas excepciones, y por eso me invit¨® a este torneo. He demostrado que no se equivoc¨®¡±,
Cabe deducir que Giri se siente confiado cuando se enfrenta a Carlsen. De hecho, el duelo de hoy comenz¨® de forma harto prometedora: ambos invirtieron en la apertura mucho m¨¢s tiempo del habitual, y Giri, con blancas, se lanz¨® en su decimocuarta jugada a un ataque muy peligroso, que requer¨ªa un contrajuego preciso. El campe¨®n lo encontr¨®; de hecho, fue el neerland¨¦s quien pec¨® de inexactitud, lo que por otra parte es l¨®gico porque ambos se quedaron con menos de tres minutos para manejarse en una posici¨®n de tremendas complicaciones. El escandinavo lleg¨® a tener un par de oportunidades para lograr posiciones ganadoras, pero nos record¨® que es humano, y no las vio. Entonces s¨ª, Giri hizo gala de su virtuosismo t¨¦cnico y se mantuvo en el estrecho camino que conduc¨ªa al empate.
Carlsen luci¨® en el segundo asalto su versi¨®n m¨¢s cl¨¢sica, la anterior a 2019, para hacer lo que mejor sabe -aunque todo lo hace bien-, lo que le convirti¨® en campe¨®n del mundo a los 22 a?os (en 2013), lo que le ha permitido martirizar a sus rivales durante casi una d¨¦cada: trabajar posiciones de ventaja microsc¨®pica con la paciencia y precisi¨®n de un orfebre, al estilo de Anatoli K¨¢rpov pero con m¨¢s tenacidad todav¨ªa, hasta convertirlas en victoria. Es probable que si el noruego intenta ganar esa posici¨®n frente a una computadora, esta logre arrancar el empate. Pero Giri es humano, ten¨ªa muy poco tiempo y se enfrentaba al humano que m¨¢s se parece a los ajedrecistas de silicio. Y perdi¨®.
El foco se movi¨® hacia la fortaleza psicol¨®gica del neerland¨¦s. Dado que la derrota no hab¨ªa sido de las que m¨¢s duelen -no cometi¨® errores evidentes-, cab¨ªa suponer que estar¨ªa con buen ¨¢nimo para atacar otra vez con blancas en el tercer asalto. Pero eso no ocurri¨®: Giri eligi¨® una variante posicional, sin arriesgar nada, y Carlsen igual¨® en solo quince movimientos.
Tras algunas maniobras muy cuidadosas, y m¨¢s bien aburridas, Giri logr¨® una ventaja muy peque?a, por su mejor estructura de peones y control de la ¨²nica columna abierta. Pero Giri no es Carlsen, no pudo pasar de ah¨ª, y la pelea termin¨® en tablas sin mucha historia, aunque fue larga.
Cab¨ªa preguntarse entonces si ese empate, y el mucho tiempo consumido para firmarlo habr¨ªan sido bals¨¢micos para Giri, obligado a ganar con negras el cuarto asalto. Ciertamente, su posici¨®n tras la apertura incitaba a sus admiradores a so?ar con una proeza, porque era ligeramente favorable para ¨¦l y, sobre todo, hab¨ªa muchas piezas en el tablero.
Y entonces ocurri¨® lo totalmente inesperado. Tras una larga reflexi¨®n para calcular las complicaciones que le planteaba su rival, Carlsen no quiso sacrificar un pe¨®n para sacudirse la presi¨®n, y prefiri¨® jugar con fuego, con tan mala fortuna que omiti¨® un sencillo golpe t¨¢ctico y qued¨® perdido de inmediato. Y se rindi¨® ah¨ª mismo.
Giri ten¨ªa las blancas en la primera partida de las dos rel¨¢mpago (cinco minutos, m¨¢s tres segundos por movimiento), y repiti¨® el mismo tipo de esquema que en la 3?, con un pe¨®n aislado de Carlsen en d5. Harto de defenderlo, el campe¨®n tom¨® una decisi¨®n muy pr¨¢ctica en partidas lentas: entregarlo, a cambio de situar sus piezas en casillas muy activas. Pero el neerland¨¦s le demostr¨® que ese recurso es muy peligroso en partidas tan r¨¢pidas, cuando apenas hay tiempo para calcular y ser preciso, maniobr¨® con virtuosismo y logr¨® incluso una posici¨®n claramente ganadora, en el movimiento 67, pero la vor¨¢gine del juego le impidi¨® verlo, y el noruego arranc¨® medio punto en ¨²ltima instancia.
Tener a Carlsen contra las cuerdas y no aprovecharlo suele salir caro. Y m¨¢s a¨²n si le dejas atacar en la siguiente partida, como hizo Giri. Esta vez el noruego s¨ª jug¨® a su habitual nivel alt¨ªsimo en una partida muy espectacular, haciendo muchas jugadas al toque hasta la rendici¨®n del neerland¨¦s, quien tal vez sue?e esta noche con ese final de torres que debi¨® ganar en la quinta partida: ¡°Hubiera ganado a Magnus con negras, algo que muy pocos pueden decir¡±, reconoci¨® despu¨¦s. Tambi¨¦n revel¨® algo sorprendente, que alimenta el debate sobre el principal inconveniente de los torneos de ¨¦lite por internet: ¡°En la ¨²ltima partida, Magnus perdi¨® la conexi¨®n a internet en plena apertura durante dos minutos. Eso me desconcentr¨® mucho, y luego he jugado muy mal¡±.
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