Carlsen pasa a la final con gran ayuda de Ding
Tras remontar tres posiciones perdedoras, el noruego jugar¨¢ la final con Nakamura desde el viernes
![Magnus Carlsen, durante el Mundial de R¨¢pidas de Mosc¨², en la Navidad de 2019](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/L3EIW4EEZNXE5I7TY7IOBY3JPA.jpg?auth=91af563c29c08cc982b9e30408b45f8098f708e9ecb6c619451939a5e13c632c&width=414)
![Leontxo Garc¨ªa](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fcd125f6d-44b3-4c5f-ae95-aa3bc97318b6.png?auth=6d22f2f55024283aaffda86113e8e7d601d19030d56a16b56634508afff5fccc&width=100&height=100&smart=true)
Quiz¨¢ nadie haya podido ganar cuatro veces el mismo d¨ªa a Magnus Carlsen. El chino Liren Ding, 3? del mundo, pudo hacerlo hoy, pero solo aprovech¨® la primera, cedi¨® un empate en las dos siguientes y perdi¨® la decisiva del desempate rel¨¢mpago. El noruego y el estadounidense Hikaru Nakamura disputar¨¢n desde el viernes, al mejor de siete duelos de cuatro partidas, el ¨²ltimo duelo de la Gran Final del circuito Magnus Carlsen de torneos r¨¢pidos por internet (Chess24).
¡°A¨²n no comprendo c¨®mo he logrado escaparme¡±, admiti¨® Carlsen, a¨²n tembloroso, nada m¨¢s ganar una partida que debi¨® perder. Ciertamente, es muy sorprendente que un jugador tan sumamente duro como Ding no aproveche tantas oportunidades de tumbar al campe¨®n del mundo.
La primera partida de esta cuarta manga ilustra muy bien la enormidad de la fuerza de Carlsen, y la diferencia entre ¨¦l y el 3? del mundo. Ding, con negras, hab¨ªa preparado una variante de enorme complejidad, que jug¨® de memoria hasta la jugada 16, cuando logr¨® cinco minutos de ventaja en el reloj. Las blancas ten¨ªan dos peones menos, pero con mejor juego de piezas, y el rey negro pod¨ªa ser d¨¦bil a largo plazo.
Carlsen se sali¨® entonces por primera vez de las jugadas m¨¢s evidentes, pero con una muy l¨®gica, que imped¨ªa el enroque. Ah¨ª qued¨® claro que la preparaci¨®n casera del chino no era suficiente, que no hab¨ªa profundizado lo necesario en las sutilezas de la posici¨®n para poner en apuros al campe¨®n.
Tras quemar sus cinco minutos de ventaja en esa respuesta, Ding no cometi¨® ning¨²n error evidente hasta llegar a un final de torres t¨¦cnicamente perdido. Los an¨¢lisis con amigos inhumanos se?alan que su fallo fue devolver los dos peones de ventaja demasiado pronto. Y tambi¨¦n que el noruego jug¨® desde ah¨ª como una m¨¢quina, implacable. Es muy probable que el excampe¨®n Anatoli K¨¢rpov tenga raz¨®n cuando dice que las probabilidades de tumbar a Carlsen son mayores en posiciones muy complejas. Pero tambi¨¦n parece claro que lograr ese tipo de posiciones es solo el primer paso. Adem¨¢s, hay que conocerlas muy bien y estar en una forma excelente para jugar con gran precisi¨®n.
![Liren Ding, durante la Copa de Europa de Clubes en Antalya (Turqu¨ªa) en 2017](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FHSHFOLROEW2UIFO4CJY6E2FOQ.jpg?auth=1343dd8317ffdeeacd280b819a980c99d30bc7a234e6693162864ba6c9df5a5e&width=414)
Lo que ocurri¨® a continuaci¨®n fue muy llamativo sobre la tremenda confianza en s¨ª mismo del escandinavo, quien plante¨® con negras la Defensa India de Rey, un terreno muy propicio para seguir el consejo de K¨¢rpov. Era como si Carlsen le dijese a Ding: ¡°Aqu¨ª tienes el tipo de posici¨®n que buscas. Ahora, g¨¢name si puedes¡±. ?Por qu¨¦ hac¨ªa eso el multicampe¨®n? ?Era pura arrogancia? Probablemente no: aparte de que la situaci¨®n en el marcador le permit¨ªa ese tipo de alegr¨ªas, era un intento de minar la moral de Ding -a quien Carlsen tiene en gran estima, como jugador y como persona- ante futuros enfrentamientos, que sin duda llegar¨¢n.
Pronto qued¨® claro que Magnus tocaba de o¨ªdo y no dominaba ese tipo de estructura. Su jugada 18 era muy sospechosa, porque ced¨ªa casillas importantes e invitaba a una ruptura inmediata del centro, favorable a las blancas. Ding la hizo, con cuatro minutos de ventaja en el reloj. Y, aunque no jug¨® como una m¨¢quina en el consiguiente intercambio de golpes, s¨ª vio una combinaci¨®n espectacular y letal para castigar una imprecisi¨®n adicional de Carlsen, cuyo experimento psicol¨®gico hab¨ªa fracasado: empate en el marcador e inyecci¨®n de moral para Ding.
Adem¨¢s, el chino tuvo la sangre fr¨ªa para buscar el empate desde la apertura en el tercer asalto; nada de complicar el juego esta vez. Con las damas cambiadas, Carlsen revel¨® que estaba muy molesto consigo mismo por lo ocurrido unos minutos antes, porque no jug¨® con la precisi¨®n debida, y lleg¨® un final muy inferior, al borde del abismo. Era el gran momento de Ding para ganar la cuarta manga (tendr¨ªa las blancas en la partida siguiente con un punto m¨¢s), pero, extra?amente, no vio una maniobra ganadora en la jugada 37.
El chino dispon¨ªa a¨²n de un disparo, con la iniciativa de blancas. Adem¨¢s, Carlsen volvi¨® a cometer la imprudencia de elegir una apertura de riesgo, la Indo-Benoni, y sali¨® de ella en clara desventaja. Ding ten¨ªa una segunda gran oportunidad de tumbar al campe¨®n y forzar una quinta manga. Los an¨¢lisis posteriores demuestran que las jugadas ganadoras no eran dif¨ªciles para ¨¦l. Pero, por alguna raz¨®n no explicada ni l¨®gica, sus decisiones en los movimientos 26 y 31 fueron contrarias al sentido com¨²n. Y Carlsen sobrevivi¨® con un empate bals¨¢mico.
Cuando alguien ha tenido a uno de los mejores jugadores de la historia contra las cuerdas dos veces en una hora y no lo ha rematado, su confianza en s¨ª mismo no debe ser muy grande. Y menos a¨²n a las 02.00 de la madrugada (hora de Pek¨ªn). De hecho, Ding se enred¨® bastante en la primera partida del desempate rel¨¢mpago (cinco minutos m¨¢s tres segundos por jugada) cuando dispon¨ªa de continuaciones muy s¨®lidas, pero luego encontrar el estrecho camino hacia el empate.
De modo que el asi¨¢tico ten¨ªa una tercera oportunidad de llevarse la cuarta manga, con blancas en el segundo asalto rel¨¢mpago. Y todo indicaba que la iba a aprovechar, porque un error t¨¢ctico de Carlsen le dej¨® en posici¨®n claramente ganadora. Pero entonces, como si no pudiera asumir su previsible triunfo, devolvi¨® el favor con un fallo a¨²n mayor, que le dej¨® perdido. Y, por imprecisiones del noruego, despu¨¦s dispuso de al menos de dos posiciones de probable empate, pero tampoco pudo aprovecharlas. No gan¨® Carlsen, perdi¨® Ding.
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