El ¡®calciomercato¡¯ como estado de ¨¢nimo
Italia es la meca de este bazar de fantas¨ªas donde los ¡®tifosi¡¯ abandonan voluntariamente su raciocinio a cambio de la promesa de un nuevo cromo
La frontera entre la realidad y el deseo en el f¨²tbol se encuentra en un lugar llamado calciomercato. Una clasificaci¨®n de rumorolog¨ªa sustancialmente imaginaria en la mayor¨ªa de pa¨ªses, que colma el vac¨ªo interior de tantos aficionados durante los parones vacacionales y alcanza la categor¨ªa de estado de ¨¢nimo. Es tan adictivo que, en ocasiones, la temporada se convierte en ese relleno que los clubes se empe?an en colocar entre un mercato y otro. Es ilusi¨®n. O ilusionismo. Los aficionados abandonan voluntariamente su raciocinio a cambio de la promesa de un nuevo cromo. Todos conocemos a gente culta, personas sofisticadas descifrando el mundo capaces de creer ciegamente en una portada confirmando que el Dios del f¨²tbol llega a su equipo. Un buen amigo romanista, padre de dos hijos y de apariencia adulta, me confes¨® hace poco que pide cada a?o fiesta en la oficina el ¨²ltimo d¨ªa de mercato para disfrutarlo. Italia es la meca de este bazar de fantas¨ªas que empez¨® el d¨ªa 4 y se prolonga hasta el 1 de febrero.
El mercato es adrenalina, se juega hasta el ¨²ltimo segundo. El agente de Diego Milito ¡ªhoy es el de Lukaku¡ª lanz¨® su contrato por encima de la puerta de la oficina cuando quedaban dos segundos para el cierre. En Espa?a est¨¢ lo del fax y De Gea. O lo de Rivaldo con el Bar?a. Pero, fundamentalmente, se trata de dinero. Y como todo en Italia en este campo, la puesta en escena tiene lugar en Mil¨¢n.
El fen¨®meno naci¨® en los a?os cincuenta. Futbolistas como Gigi Riva fueron objeto de especulaci¨®n cada verano. La negociaci¨®n de Maradona, a?os m¨¢s tarde, fue ya retransmitida por la prensa y el pase de Baggio a la Juve en 1990 provoc¨® disturbios en Florencia. Pero formalmente podr¨ªa decirse que este circo se lo invent¨® un se?or al que le gustaban mucho las se?oras y los coches r¨¢pidos. Se llamaba Raimondo Lanza di Trabia, fue noble bastardo y presidente del Palermo. Sol¨ªa encontrarse en el lujoso hotel Gallia de Mil¨¢n con otros dirigentes para hablar de la vida y de sus negocios. El hall se convirti¨® en sede de todo tipo de transacciones de jugadores e instaur¨® la tradici¨®n de cerrar estas operaciones en los lobbies de la capital lombarda. Siempre cerca de la estaci¨®n central, de plaza de la Rep¨²blica o de la zona Monte Napoleone. Seis o siete hoteles donde es f¨¢cil encontrar directores deportivos tomando caf¨¦ con un agente. Firmar y coger el siguiente tren. Una feria.
El negocio es extraordinario y su dimensi¨®n la dan los medios. Sky Italia tiene un canal de deportes 24 horas cuyo programa de m¨¢xima audiencia estos d¨ªas se llama Speciale Calciomercato. Lo protagoniza Gianluca Di Marzio, hijo de un viejo entrenador del N¨¢poles, convertido hoy en emperador de este fen¨®meno. Los peri¨®dicos esperan su veredicto cada noche para cerrar la edici¨®n. Casi nunca falla. A diferencia de la mayor¨ªa de pa¨ªses, el periodismo en Italia alrededor de este fen¨®meno se esmera en contar lo que sucede realmente. Las audiencias, tambi¨¦n en webs como Tuttomercatoweb.com, capaz de competir en estos periodos con los principales diarios deportivos, confirman la profec¨ªa funeral del f¨²tbol moderno. El mercato, la disciplina futbol¨ªstica que se ocupa de los sue?os, interesa tanto a los tifosi como lo que sucede el resto del a?o sobre la hierba.
El periodo invernal se conoce en Italia como el mercato di riparazione. Se tratar¨ªa de arreglar retazos del equipo, subsanar solo un error o dos cometidos en verano. Pero la mayor¨ªa de veces, como sucede en el kintsugi japon¨¦s, el arte milenario de reparar alg¨²n objeto roto con oro o metales preciosos, el zurcido queda a la vista ¡ªno por esa voluntad tan oriental de mostrar el honor y el dolor que entra?a la p¨¦rdida¡ª sino por la chapuza del director deportivo de turno que compr¨® en verano a un centrocampista cojo o a un lateral que vuela pero no defiende. Este a?o de pandemia todos quieren vender: la Juve a Bernardeschi o el Inter a Eriksen. Tambi¨¦n comprar banquillo a precio de derribo. El ¨²nico unicornio ser¨¢ el Papu G¨®mez, capit¨¢n del Atalanta, por el que los bergamascos piden ocho millones. El resto ser¨¢ m¨¢s bien un mercato de las pulgas.
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