Orwell, Whelan, Kafka y el infierno del Wigan

Wigan es la t¨ªpica ciudad industrial del norte de Inglaterra. A caballo entre Liverpool y M¨¢nchester, atravesada por el canal Liverpool-Leeds, prosper¨® con la miner¨ªa y el textil. George Orwell la eligi¨® como punto de llegada en el viaje que hizo en 1937 para estudiar las penurias de la clase obrera tras la Gran Depresi¨®n. En El camino a Wigan Pier retrat¨® ¡°un paisaje monstruoso de montones de escoria, chimeneas, chatarra amontonada, canales inmundos, senderos de barro color ceniza atravesados por huellas de zuecos¡±.

Los locales aborrecen el libro de Orwell, al que acusan de presentar lo peor como si fuera lo normal. Pero puso a Wigan en el mapa y acabaron utiliz¨¢ndolo como un elemento de atracci¨®n tur¨ªstica cuando en los ochenta cerraron minas y telares.

Wigan siempre ha mantenido su orgullo de clase. Su vida musical y nocturna era legendaria en los a?os setenta y all¨ª empez¨® la costumbre muy norte?a de convertir las mesas de los bares en pistas de baile. A Orwell le acusan de haber estado solo una vez en el pub y de no haberse acercado nunca ni al f¨²tbol ni al rugby, tres elementos esenciales para tomar el pulso de la ciudad. Sigue habiendo bares y el rugby goza de muy buena salud (los Wigan Warriors son el equipo m¨¢s galardonado del rugby a trece brit¨¢nico). El f¨²tbol, sin embargo, vive tiempos kafkianos.

El Wigan Athletic nunca ha sido un grande. Fundado en 1932, vivi¨® felizmente en las categor¨ªas regionales hasta 1978, cuando alcanz¨® las ligas nacionales. Todo cambi¨® en febrero de 1995, cuando lo compr¨® Dave Whelan. Whelan fue un delantero del Blackburn Rovers cuya carrera decay¨® tras romperse una pierna en la final de la Copa de Inglaterra de 1960. Tras su retirada, empez¨® a vender ropa en los mercadillos y con el tiempo se har¨ªa multimillonario.

Hombre de car¨¢cter, thatcherista irredento, incapaz de comprender que asimilar a los jud¨ªos con la avaricia o llamar chinks a los chinos es racismo, hizo sonre¨ªr a muchos cuando al comprar el Wigan Athletic en enero de 1995, entonces en la cuarta divisi¨®n, se puso como objetivo llevarlo a la Premier. A trav¨¦s de sus conexiones personales en Espa?a, Whelan fich¨® a Roberto Mart¨ªnez, Isidro D¨ªaz y Jes¨²s Seba, bautizados desde el primer instante como The Three Amigos, pioneros de la amplia camada de futbolistas espa?oles que hoy se ganan la vida en Inglaterra. El Wigan lleg¨® a la Premier en 2005 y toc¨® el cielo el 11 de mayo de 2013 cuando, con Roberto Mart¨ªnez de entrenador, gan¨® la Copa de Inglaterra en Wembley con un gol en el tiempo de descuento (1-0) contra el Manchester City de Roberto Mancini.

A partir de ese d¨ªa, el Wigan Athletic ha vivido en el mundo de Kafka. Una semana despu¨¦s se convirti¨® en el primer campe¨®n de Copa que baja ese mismo a?o a Segunda. Ya mayor y con los negocios a la deriva, Dave Whelan vendi¨® el club en noviembre de 2018 a un consorcio llamado International Entertainment Corporation (IEC), que llegaba con la p¨¢tina de ser una empresa cotizada en la bolsa de Hong Kong¡­ pero registrada en las islas Caim¨¢n y con intereses en hoteles y casinos en Filipinas.

Todo parec¨ªa normal hasta que el 29 de mayo pasado, en plena pandemia, IEC vendi¨® el Wigan Athletic a una empresa creada unos pocos meses antes llamada Next Leader Fund (NFL), que a las pocas semanas declar¨® al club en suspensi¨®n de pagos sin raz¨®n aparente. Los boquiabiertos hinchas del Wigan Athletic sospechan que son v¨ªctimas de una mafia de las apuesta, algo que nunca se ha podido comprobar. La declaraci¨®n de suspensi¨®n de pagos supuso una deducci¨®n de 12 puntos y el descenso irremediable a Segunda B. Ahora, tras frustrarse una oferta de compra presentada en diciembre por Felipe Moreno, propietario del Legan¨¦s, el Wigan sigue buscando comprador e intentando evitar el descenso a Tercera.