Gundogan, goleador de repente

Jos¨¦ Mourinho somatiza el f¨²tbol. Su cuerpo, su mirada, los m¨²sculos de su rostro, reaccionan a cada uno de los est¨ªmulos que se producen en el terreno de juego. Especialmente cuando se trata de jugadas del equipo contrario en su propio campo. La sensaci¨®n de peligro le solivianta. Si ve que sus jugadores no responden con la energ¨ªa equivalente, los testigos directos aseguran que experimenta verdaderos arrebatos espasm¨®dicos. Algo as¨ª debi¨® ocurrirle este s¨¢bado en el Etihad, cuando Sterling atr...

Jos¨¦ Mourinho somatiza el f¨²tbol. Su cuerpo, su mirada, los m¨²sculos de su rostro, reaccionan a cada uno de los est¨ªmulos que se producen en el terreno de juego. Especialmente cuando se trata de jugadas del equipo contrario en su propio campo. La sensaci¨®n de peligro le solivianta. Si ve que sus jugadores no responden con la energ¨ªa equivalente, los testigos directos aseguran que experimenta verdaderos arrebatos espasm¨®dicos. Algo as¨ª debi¨® ocurrirle este s¨¢bado en el Etihad, cuando Sterling atraves¨® el ¨¢rea del Tottenham en diagonal conduciendo la pelota sin que Davies, ni Dier, ni S¨¢nchez, ni Lloris, pudieran hacer nada por detenerle en medio del revuelo. Hecha la proeza sin perder la pelota, Sterling se la dio a Foden y esper¨® en la raya lateral a que se la devolviera. Cuando la volvi¨® a tener, el tiempo se detuvo. Y con el tiempo, la montonera de futbolistas del Tottenham expectantes, aturdidos, hartos de persecuciones est¨¦riles. En medio de todos ellos, como el gato que espera inm¨®vil con los ojos bien abiertos, Ilkay Gundogan mir¨® a Sterling y se compuso su propia sinfon¨ªa. Midi¨® los tiempos, ley¨® las notas, y salt¨®. El pase de Sterling y el demarraje de Gundogan fueron arm¨®nicos. Un golpe fugaz. Cuando Hojberg quiso reaccionar ya era tarde. Lloris dio un manotazo al aire sin efecto y la pelota estaba en el fondo de la red, obra de un punterazo mal¨¦fico de Gundogan, autor de ese gol y uno m¨¢s en el 3-0 que elev¨® al Manchester City hacia alturas pr¨¢cticamente inalcanzables en esta Premier.

A sus 30 a?os, este alem¨¢n madurado en el N¨¹remberg en 2009 y lanzado por J¨¹rgen Klopp en el Dortmund en 2011, un volante interior de toda la vida, demuestra que adem¨¢s de saber dictar los tiempos del pase llevaba incorporado en su naturaleza el sentido del desmarque. No todos los jugadores lo tienen y muy pocos lo tienen tan fino. Si lo conoc¨ªa, Guardiola decidi¨® explotarlo en alg¨²n punto entre el verano y el invierno de 2020. En diciembre, le relev¨® de algunas tareas administrativas vinculadas al mediocampo para dejarle que viva de la fabricaci¨®n de emboscadas.

¡°Cuando dec¨ªa que Ilkay pod¨ªa jugar de nueve la gente se re¨ªa¡±, dijo Guardiola en la conferencia de prensa, tras el 3-0; ¡°¨¦l sabe leer el gol. Sabe medir los tiempos para entrar al ¨¢rea de penalti a recibir y rematar. Lo vimos en los goles y en el penalti que le hizo Hojberg [Rodri meti¨® el 1-0]. Ahora est¨¢ haciendo goles porque no juega como centrocampista defensivo sino cerca del ¨¢rea. Y ah¨ª sabe hacer las dos cosas que necesita un goleador: desmarcarse con un sentido incre¨ªble y finalizar. Est¨¢ en forma y tenemos que aprovecharlo¡±.

En cuatro temporadas y media en el City, entre agosto de 2016 y diciembre de 2020, Gundogan meti¨® 23 goles en 173 partidos. Desde el 15 de diciembre pasado, d¨ªa en que le marc¨® al West Brom, suma 11 goles en 17 partidos. En este periodo nadie en Inglaterra ha marcado m¨¢s goles que ¨¦l. Su actuaci¨®n ante el Tottenham fue presenciada en vivo por la figura encapuchada del Kun Ag¨¹ero, que sigue sin jugar. El argentino, m¨¢ximo goleador hist¨®rico del club, nunca dio la impresi¨®n de formar parte del plan maestro de Guardiola. Esta temporada menos que nunca.

Gundogan fue la figura m¨¢s visible del equipo que desactiv¨® al Tottenham y que brind¨® al City su 16? victoria sucesiva en todos los torneos. La cifra es un r¨¦cord absoluto del f¨²tbol brit¨¢nico y consolida la racha de 22 partidos sin perder del equipo desde que cayera precisamente contra el Tottenham en la ida, en White Hart Lane (2-0). Fue hace menos de tres meses. Pero parece mucho m¨¢s, despu¨¦s de los hundimientos del Liverpool y el Chelsea y, especialmente, despu¨¦s del cambio que oper¨® Guardiola en su modo de estructurar al equipo. Si a la ida acudi¨® con Cancelo emparejado junto a Rodri para amortiguar los temidos contragolpes de Son y Kane, este s¨¢bado Rodri jug¨® mucho m¨¢s solo en el v¨¦rtice de las maniobras mientras que Cancelo apareci¨® en el mediocampo de forma puntual y generalmente en planos m¨¢s avanzados. Bast¨® el despliegue de los dos interiores, Gundogan y Silva, para desmadejar al Tottenham.

Sin recuperaci¨®n no hay contragolpe

El Tottenham no logr¨® contragolpear en la medida en que no consigui¨® robar una pelota sin hacer falta o sin perderla inmediatamente. Kane y Son vagaron por el campo progresivamente agotados ante la impresi¨®n de que acomet¨ªan una empresa imposible. Si hay jugadores preparados para bascular sin des¨¢nimo durante dos horas seguidas, que los hay, no son Kane, ni Son, ni tampoco Ndombel¨¦, ni mucho menos Delle Ali o Bale.

Corr¨ªa el minuto 66 y se deshac¨ªa desmoralizado el Tottenham, sin presionar ni marcar ni cubrir con el ¨¦nfasis caracter¨ªstico de los equipos de Mourinho, cuando Ederson sac¨® de porter¨ªa con un env¨ªo de 70 metros. Cualquier defensa m¨ªnimamente profesional deber¨ªa neutralizar f¨¢cilmente este tipo de pelotas. A la defensa del Tottenham, para desesperaci¨®n de Mourinho, le result¨® imposible. Acompasando su carrera para interceptar el pase sin dar tiempo de respuesta a sus marcadores, Gundogan arranc¨®, control¨® con un toque, se acomod¨® el bal¨®n con otro para irse de Davinson S¨¢nchez, y defini¨® con la zurda. Su celebraci¨®n fue la fiesta del l¨ªder. El City manda en la clasificaci¨®n con 53 puntos y un partido menos, seguido de lejos por el Leicester (46), el United (45), el Liverpool (40) y el Chelsea (39).