El declive de Jos¨¦ Mourinho
Daba un poco de pena ver el otro d¨ªa a Mourinho intentando convencer al mundo de que su equipo, el Tottenham, no mereci¨® perder ante el Chelsea
Daba un poco de pena ver el otro d¨ªa a Mourinho intentando convencer al mundo de que su equipo, el Tottenham, no mereci¨® perder ante el Chelsea (0-1). Que si las dos ocasiones del final, que si el penalti, que si el ¨¢rbitro¡ Jermaine Jenas, exinternacional ingl¨¦s y antiguo jugador de los Spurs, cree que el mensaje estaba dirigido al vestuario: ¡°El Chelsea no tuvo muchas oportunidades pero dominaron el partido y ten¨ªan que haber marcado dos o tres goles m¨¢s. Mourinho ve que el equipo est¨¢ fr¨¢gil y no tiene confianza e intenta mantener la moral de cara al pr¨®ximo partido. A veces tienes que mentir¡±, le justific¨®. Este domingo, los Spurs recibieron al West Bromwich (victoria por 2-0).
Mentir. Es una tarea en la que Jos¨¦ Mourinho ha mostrado una destreza sin par a lo largo de su carrera. Sus mentiras suelen ser en realidad medias verdades. Como explicaba Jenas, el Chelsea no tuvo muchas m¨¢s ocasiones que el Tottenham, pero cualquier neutral sabe que fue muy superior. Mourinho le da la vuelta con medias verdades.
Tradicionalmente, las utiliza para reivindicarse a s¨ª mismo, para desestabilizar al rival o para condicionar a las autoridades. Lo hizo en tiempos del Chelsea en una eliminatoria de Champions frente al Barcelona de Rijkaard en 2005, al declarar tras la ida que el entrenador del Bar?a hab¨ªa entrado en el vestuario del ¨¢rbitro, Anders Frisk, para influenciarle, dando a entender que esa fue la clave de la pol¨¦mica expulsi¨®n de su jugador Drogba. Rijkaard nunca entr¨® en el vestuario del ¨¢rbitro, aunque s¨ª habl¨® con ¨¦l en p¨²blico. Mou sembr¨® la duda y pidi¨®, y consigui¨®, que la vuelta la dirigiera el italiano Collina. El Chelsea pas¨®.
A Mourinho le fue muy bien en tres a?os y un mes en el Chelsea (dos Ligas, una Copa de Inglaterra, dos Copas de la Liga) y todav¨ªa mejor en el Inter, con el que en dos temporadas gan¨® dos Ligas, una Champions y una Copa de Italia.
No tan bien en el Madrid, donde tir¨® como nunca de sus habilidades para calentar la rivalidad Bar?a-Madrid en tiempos de Pep Guardiola. Hay quien cree que le sali¨® bien porque el Madrid rompi¨® la hegemon¨ªa barcelonista al ganar una Liga y una Copa (adem¨¢s de una insignificante Supercopa en el tercer a?o, ya con Tito Vilanova en el banquillo). Pero las cifras dicen otra cosa. Frente a esos tres trofeos, el Bar?a se llev¨® ocho, uno de Tito (la Liga de 2012-13) y el resto de Pep: otra Liga, una Champions, una Copa, dos Mundialitos de clubes y cuatro (igual de insignificantes) Supercopas: dos en Espa?a y dos en Europa.
Pero el tiempo pasa y ahora sus provocaciones apenas generan ruido. Ya no le hacen el caso que le hac¨ªan cuando lleg¨® al Chelsea en 2004 y se present¨® a s¨ª mismo como a special one, alguien especial.
La explicaci¨®n de que Mourinho ya no tiene el tir¨®n de antes quiz¨¢s sea muy simple: es que ya no gana como antes. De los 25 trofeos de su carrera, 19 (14 de ellos de gran calado) los gan¨® en los primeros 10 a?os, cuando se llev¨® siete Ligas (una en Espa?a y dos en Portugal, Inglaterra e Italia), dos Champions (Porto e Inter), cuatro Copas (Portugal, Inglaterra, Italia y Espa?a), una Liga Europa (Porto), adem¨¢s de cinco trofeos menores.
En los ¨²ltimos ocho a?os solo ha ganado una Liga (Chelsea) y una Liga Europa (Manchester United) en mayo de 2017, adem¨¢s de cuatro trofeos de consolaci¨®n. Lleva tres temporadas en blanco y este a?o la Premier es ya una quimera, aunque sigue vivo en la Liga Europa y la Copa de Inglaterra y jugar¨¢ la final de la Copa de la Liga el 25 de abril en Wembley contra el Manchester City, consuelo de tontos, pero consuelo al fin. Mourinho necesita ganar al menos una de esas copas para disimular el declive y seguir teniendo cartel en el f¨²tbol europeo de clubes.
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