La doble mutaci¨®n de Guardiola
El t¨¦cnico da una vuelta de tuerca al Manchester City, l¨ªder de la Premier, y redefine el 4-3-3 tras un periodo de experimentaci¨®n que le llev¨® a cuestionar sus propios preceptos
Guardiola dirig¨ªa al Bar?a cuando en 2011 reconoci¨® que le daba verg¨¹enza exigir algo tan vulgar: ¡°Yo jam¨¢s pido a mis jugadores que ganen; ?les pido que jueguen bien!¡±.
A lo largo de sus primeros 11 temporadas en los banquillos, el t¨¦cnico espa?ol nunca debi¨® regenerar un equipo desgastado tras un ciclo de ¨¦xito. Hasta esta temporada en el Manchester City, nunca super¨® la barrera de los cuatro a?os en un mismo cargo ni contrast¨® su discurso con futbolistas que comenzaban a dar muestras de incredulidad ante la amenaza del fracaso. El 21 de noviembre visit¨® White Hart Lane y toc¨® fondo. La derrota ante el Tottenham (2-0) le coloc¨® noveno en la clasificaci¨®n de la Premier con el peor promedio goleador de todos sus equipos: 1,5 goles por partido. Al salir del campo sus palabras evocaron el denostado t¨®pico: ¡°?Tenemos que empezar a ganar partidos!¡±.
Desde entonces, el City sum¨® 19 partidos sin perder. Los 12 ¨²ltimos se cuentan por victorias y le convierten en el equipo que mejor juega en Europa. Ha regresado a la cabeza de la Premier despu¨¦s de que Guardiola embarcara a la plantilla en el viaje experimental m¨¢s raro de su carrera en una secuencia que comenz¨® con el doble pivote veraniego.
Del doble pivote al nueve tanque. Dicen en el Manchester City que la pertinaz apuesta de Guardiola por un veh¨ªculo tan poco adecuado a su filosof¨ªa como el doble pivote fue producto de la b¨²squeda desesperada de soluciones que protegieran al equipo ante la avalancha de contingencias adversas: ausencia de pretemporada, calendario sobrecargado, agotamiento f¨ªsico y m¨²ltiples casos de covid-19. El doble pivote Rodri-Fernandinho expuso una deformidad. El 27 de septiembre los jugadores saltaron a medirse al Leicester convencidos de que lo que hac¨ªan era lo opuesto a lo que hab¨ªan practicado durante cuatro a?os bajo la pr¨¦dica del jefe m¨¢s exquisito del cat¨¢logo. El abatimiento fue tal que en el descanso Guardiola intent¨® convencerlos de que pensaran al rev¨¦s. ¡°Los jugadores comenzaron a pensar que no est¨¢bamos jugando bien¡±, cont¨® el entrenador. ¡°Y yo les dije que estaban jugando bien pero que ten¨ªan que tener paciencia¡±. Como quiera que la ansiedad aument¨®, en el minuto 51 meti¨® a Liam Delap, el t¨ªpico nueve brit¨¢nico. ¡°Quer¨ªa poner un jugador de ¨¢rea con gran presencia, buen juego a¨¦reo, y que se quedara ah¨ª con los dos centrales¡±. El Leicester se impuso por 2-5.
Contra la anticipaci¨®n. Pep Guardiola alcanz¨® el nivel de los mejores mediocentros de la historia y no fue por su capacidad de reacci¨®n sino porque ley¨® la jugada antes que nadie. Como entrenador hizo lo mismo: elegir jugadores por su talento para ver las cosas antes de que ocurrieran. Tras la derrota ante el Tottenham del 21 de noviembre, sin embargo, pareci¨® refutarse a s¨ª mismo al reprender a Laporte y Rub¨¦n Dias por intentar anticiparse a Son y Kane. ¡°Un defensa no puede moverse antes de que su oponente tome una decisi¨®n¡±, dijo Guardiola. ¡°Cuando quieres anticipar bajo la suposici¨®n de que el oponente tomar¨¢ una decisi¨®n, est¨¢s en problemas. Los defensas siempre tienen que esperar a ver qu¨¦ pasa. Son, Man¨¦ o Salah, hacen siempre lo mismo: atacan los espacios entre los centrales y los pivotes y los centrales deben defender su zona¡±. Probablemente, aquella fuera la declaraci¨®n m¨¢s extra?a que haya hecho el t¨¦cnico hasta la fecha. Prueba de una fiebre experimental que en las Navidades lleg¨® a su fin.
Recuperaci¨®n del 4-3-3. Guardiola abandon¨® el doble pivote seg¨²n se aproximaba el invierno para retomar su viejo 4-3-3. ¡°No me gustaba mucho c¨®mo est¨¢bamos jugando, as¨ª que volvimos a lo que hac¨ªamos en temporadas anteriores¡±, dijo; ¡°con los extremos m¨¢s abiertos y m¨¢s altos; volvimos a nuestros principios haciendo que los jugadores se quedasen en su posici¨®n esperando que la pelota les llegue. As¨ª la circulaci¨®n es m¨¢s r¨¢pida y cuando perdemos la posesi¨®n estamos mejor colocados para hacer la transici¨®n. Nos ha funcionado cuando gan¨¢bamos t¨ªtulos y es lo que mejor se ajusta a las cualidades de la plantilla¡±.
Joao Cancelo, Lahm por la fuerza. Guardiola liber¨® a sus interiores del deber de ocupar la misma l¨ªnea de Rodri en la matriz de la salida del bal¨®n. Pero, obsesionado con ¡°evitar contragolpes¡±, como dec¨ªa, recuper¨® la f¨®rmula que populariz¨® en el Bayern y protegi¨® a su pivote con los laterales. Jo?o Cancelo fue designado para reproducir lo que hac¨ªa Lahm. Sin tener ni la mitad de la lucidez de su predecesor, contra el Newcastle, el West Brom o el Villa, cuando el City sali¨® jugando Cancelo abandon¨® la zaga para escoltar al mediocentro; si la jugada se desbord¨® al ¨²ltimo tercio del campo rival, el portugu¨¦s se sum¨® a la acci¨®n como un interior m¨¢s y el que subi¨® a proteger a Rodri fue Zinchenko, el lateral zurdo. La maniobra amortiza a Cancelo, que cost¨® 60 millones, al tiempo que levanta una pantalla de seguridad que libera dos volantes en ataque y alimenta a los extremos. Si con el doble pivote en las primeras 12 jornadas de Premier el City encaj¨® un promedio de un gol por partido y meti¨® 1,5, en las ¨²ltimas ocho jornadas recibi¨® un solo gol y meti¨® una media de 2,3.
Bernardo Silva, rey de los cinco carriles. Guardiola culmin¨® redescubrimiento del 4-3-3 con el desarrollo de cinco calles de ataque posicional en el ¨²ltimo tercio del campo. A falta de Kevin de Bruyne, lesionado, nombr¨® a Bernardo Silva como director. ¡°Bernardo es uno de los jugadores m¨¢s inteligentes que he visto¡±, se?al¨®. ¡°Sabe jugar en todas las posiciones y tambi¨¦n tiene gol¡±. Inexplicablemente orillado la temporada pasada (15 suplencias en liga), el portugu¨¦s adquiri¨® m¨¢s competencias que nadie para moverse en los cinco carriles del ataque partiendo del interior derecha mientras que Gundogan, m¨¢s liberado de tareas administrativas, se dedicaba a llegar al remate. Con libertad para subir y bajar por su calle, Mahrez ejerci¨® de falso nueve sin ser el m¨¢s despierto en el desmarque, mientras que Sterling se esforz¨® por interpretar los saltos de posici¨®n del extremo derecha sin ser el m¨¢s perspicaz de los t¨¢cticos, con Foden haciendo lo mismo en la izquierda. Si el modelo tuvo puntos d¨¦biles, se disimularon bien. Entre otras cosas, porque con Bernardo Silva de por medio todos los caminos se iluminaron. Incluso para el esforzado Cancelo, m¨¢s sufrido que Zinchenko en zona de volantes.
Reafirmaci¨®n del falso nueve. Guardiola pas¨® de instrumentalizar a Delap como nueve tanque, objetivo de una lluvia de centros, a dejar al Kun Ag¨¹ero en el banquillo hasta en la Copa Carabao. Como si estuviera convencido de que no hay nada que estorbe m¨¢s que un delantero, acab¨® aferrado a los falsos nueves: Mahrez, Ferran Torres o Sterling han jugado desde entonces en el centro del remolino que saca de quicio a las defensas m¨¢s cerradas de la Premier. ¡°No tenemos un jugador que pueda ganar los partidos por s¨ª mismo; o meter tres goles cada jornada¡±, advierte el t¨¦cnico. ¡°Al gol tenemos que llegar en equipo. Nuestros m¨¢ximos goleadores no est¨¢n en el top-10¡±.
Decimotercero en la tabla de artilleros de la liga, Gundogan, un volante, es el m¨¢ximo anotador del City con siete tantos.
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