El Bar?a vive de Messi
El argentino es decisivo con dos goles para desequilibrar un encuentro desesperante de los azulgrana y controlado hasta el descanso por el Elche
El Bar?a es un vagabundo que vive pendiente de un jugador sin destino llamado Messi. Al equipo le cuesta jugar al f¨²tbol si no se activa el 10, antes decisivo para ganar la Champions y ahora imprescindible para abatir a contrarios como el Elche. Necesitaron los azulgrana de su capit¨¢n para ganar al equipo de Fran Escrib¨¢ despu¨¦s de descarrilar ante el C¨¢diz. El impacto emocional de la derrota contra el PSG result¨® tan brutal que por momentos pareci¨® que el Barcelona se hab¨ªa ido del Camp Nou. Hasta que compareci¨® Messi y resolvi¨® la cita con tres jugadas despu¨¦s de asociarse con Braithwaite, De Jong y Jordi Alba. A falta de rumbo colectivo, sostenido el equipo por el esfuerzo de Pedri, no hay m¨¢s certeza que el pichichi de Messi (18): marc¨® dos tantos y particip¨® en el tercero antes de dar paso a un carrusel de fallos de Griezmann.
Aunque no resulta f¨¢cil descifrar las alineaciones cuando el equipo est¨¢ en tierra de nadie, Koeman mezcl¨® a titulares con suplentes contra el Elche despu¨¦s de apostar por la misma formaci¨®n contra el PSG y el C¨¢diz, dos partidos que acabaron de muy mala manera en el Camp Nou. Necesitaba el t¨¦cnico oxigenar al equipo y el ambiente barcelonista sin olvidar que le aguardan dos envites con el Sevilla, el segundo decisivo en la Copa. No se cuestiona a Pedri, tampoco a De Jong, y a veteranos como Piqu¨¦ y Alba les tocaba asumir la responsabilidad a petici¨®n del entrenador, indignado por la falta de contundencia en las ¨¢reas de un equipo capitaneado curiosamente por el m¨¢ximo goleador del torneo: Messi.
El 10 es el que m¨¢s goles marca, tambi¨¦n el que m¨¢s remata e incluso el que m¨¢s balones pierde, para que quede constancia de su implicaci¨®n en el juego del Bar?a. Messi no se toca sino que var¨ªan sus acompa?antes: Griezmann y Demb¨¦l¨¦ pasaron a ser suplentes en beneficio de Braithwaite y Trinc?o. Hab¨ªa que atacar mejor por las bandas, m¨¢s estiradas con Trinc?o y Alba, y tambi¨¦n defender m¨¢s fuerte, circunstancia que dej¨® en el banquillo a Dest y Lenglet, sustituidos por Mingueza y Umtiti. Los cambios, sin embargo, no alteraron el paisaje habitual al inicio del encuentro: Trinc?o remat¨® al cuerpo de Edgar Bad¨ªa en el minuto uno y acto seguido Lucas Boy¨¦ fall¨® solo ante Ter Stegen.
Aparenta mucho el Bar?a. No es lo que parece: aunque presume de disparar constantemente, pocos de sus tiros cogen porter¨ªa, de la misma manera que a los rivales les alcanza con llegar al ¨¢rea para generar una ocasi¨®n por m¨¢s que se hable de su efectividad frente a Ter Stegen. Los adversarios se tapan y aguardan pacientemente a que los azulgrana se equivoquen para tirar la contra y enfocar el arco del Barcelona. Muy alargado, al equipo de Koeman le cost¨® encontrar espacios y por contra concedi¨® mucha cancha porque los centrales recularon y las l¨ªneas se partieron: hab¨ªa un oc¨¦ano entre Piqu¨¦ y Messi. ?nicamente Trinc?o regateaba para despu¨¦s fallar ante Edgar Bad¨ªa.
La pelota quema
El partido no ten¨ªa ritmo, tampoco hab¨ªa presi¨®n ni control y no desequilibraba todav¨ªa Messi. El ¨²nico que aguantaba era Pedri. A falta de figuras, tampoco funcionaba el colectivo, desincronizado y desconfiado, sin recursos ofensivos y reiterativo con las p¨¦rdidas de bal¨®n para suerte del Elche. El cuero le quemaba al Bar?a. La desaparici¨®n azulgrana fue tan manifiesta que los muchachos de Fran Escrib¨¢ empezaron a tocar, a dominar y a gobernar el Camp Nou. El aburrimiento resultaba insoportable, resumido el equipo en Trinc?o, y a Koeman no le qued¨® m¨¢s remedio que recurrir al siempre desconcertante Demb¨¦l¨¦ y prescindir de Pjanic para desplegar al equipo a partir de un doble pivote: Pedri-De Jong.
La soluci¨®n, sin embargo, lleg¨® por la v¨ªa convencional y pr¨¢cticamente la ¨²nica: Messi. El capit¨¢n tom¨® la pelota, la condujo un poco y se apoy¨® en un taconazo de Braithwaite para rematar a gol el 1-0. Abierta la cancha con Trinc?o y Demb¨¦l¨¦, Braithwaite se ofreci¨® como el mejor socio de Messi. La contienda se anim¨® un poco porque el Bar?a se puso a caminar m¨¢s que a correr, despu¨¦s de estar largo rato parado, y se oxigen¨® con los cambios el Elche. Nadie se olvidaba en cualquier caso del partido del domingo ante el C¨¢diz. El guion se pod¨ªa repetir si no mediaba un segundo gol del Bar?a. Koeman estaba especialmente intranquilo y a favor de marcador recuper¨® la figura del mediocentro con Busquets.
El encuentro rompi¨® entonces definitivamente a favor del Bar?a con De Jong. El volante, expansivo despu¨¦s del descanso, se arranc¨® de campo a campo y su jugada fue rematada por Messi. El rosarino tambi¨¦n intervino en el tercero, que transform¨® Alba. Una vez cerrado el partido, compareci¨® Griezmann para agrandar la actuaci¨®n de un esforzado como Braithwaite. Los fallos en el remate del franc¨¦s contrastaron con el f¨²tbol servicial del dan¨¦s, generoso con Messi.
El acierto del 10 salv¨® para el Barcelona un partido futbol¨ªsticamente muy parecido al del C¨¢diz. No crece el Bar?a como equipo y no queda m¨¢s remedio que buscar a los mejores compa?eros para Messi. La mayor¨ªa de las versiones del 10 siguen siendo mejores a cualquiera que pueda proponer el Barcelona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.