El peor enemigo es el vecino
El Athletic es una ¡®Galia¡¯ que sobrevive con orgullo a los nuevos tiempos; la Real tampoco olvida las ra¨ªces
La b¨²squeda
Seg¨²n leamos el peri¨®dico el lunes o el viernes, Espa?a ser¨¢ ¨²ltima en la pr¨®xima Eurocopa, o primera. As¨ª son las cosas en el apresurado primer mundo futbol¨ªstico. A la selecci¨®n le falt¨® a?adir unas gotas de aceite a la maquinaria de ataque, pero hay un problema mayor. Desde Sud¨¢frica, todo lo que no sea ganar es sospechoso. Grecia se plant¨® con diez en su propio campo, sac¨® un empate milagroso y dej¨® a Espa?a con dudas trascendentales: ?no se habr¨¢n hecho viejos los veteranos? ?No ser¨¢n muy ni?os los j¨®venes? Lo cl¨¢sico cuando se est¨¢ atravesando una transici¨®n, que no es m¨¢s que ir encontrando un encaje entre los que est¨¢n llegando y los que se est¨¢n yendo. Por suerte, lleg¨® el jueves con buenos goles y una lluvia de oportunidades para que los ni?os volvieran a ser j¨®venes, los veteranos expertos, y Espa?a optimista.
Dos vascos en Sevilla
El dinero le da poder competitivo a la aristocracia futbol¨ªstica que tendr¨¢ esta semana, en la Champions, su espacio natural. Pero hay otros escenarios donde mostrar grandeza. Todo buen aficionado mirar¨¢ con admiraci¨®n la demorada final de Copa que nos pone ante otro poder: el de las cosas bien hechas. La Real y el Athletic homenajear¨¢n al f¨²tbol vasco de la manera m¨¢s sencilla, siendo como son. Durante mucho tiempo, los dos clubes estuvieron esperando para la ocasi¨®n a su gran raz¨®n de ser: la gente. Esfuerzo vano, porque un a?o despu¨¦s ni la voluntad ni el m¨¦rito ni la paciencia han podido con la covid. Sin gente que los anime, pero conscientes de que el honor no se regala, aqu¨ª llegan dos orgullosos vascos discutiendo a muerte en Sevilla. Equipos vitales, amables y de fuerte car¨¢cter que nos demostrar¨¢n que, en f¨²tbol, no hay enemigo m¨¢s temible que el vecino.
Otra forma de ser
Desde la Ley Bosman hacia aqu¨ª, los futbolistas llegan desde lejos para jugar en clubes que pertenecen a propietarios millonarios y remotos. El f¨²tbol funciona igual y hasta se ha fortalecido econ¨®micamente, pero es inevitable que, en el camino, haya perdido fuerza representativa. Hay una Galia que sobrevive con orgullo a los nuevos tiempos. Si el f¨²tbol es una historia que las comunidades se cuentan a s¨ª mismas sobre s¨ª mismas, el Athletic es el ejemplo supremo. Lo mirar¨¦ desde mi lugar. Desde que llegu¨¦ a Espa?a observ¨¦ que el Real Madrid era el modelo al que la mayor¨ªa de los clubes quer¨ªan parecerse. El Athletic, no. Si el Madrid es el que adivina el futuro y marca tendencia, ser del Athletic es intentar no ser como el Madrid. Y as¨ª se ha convertido en una historia de ¨¦xito comunitario que trasciende sus fronteras, causando admiraci¨®n en el mundo. Nutrirse de identidad para generar identidad, es el gran secreto de su energ¨ªa competitiva.
Grandes y discretos
La pol¨ªtica de la Real Sociedad ha sido m¨¢s laxa, pero no hasta el punto de olvidar sus ra¨ªces y el compromiso social. La propiedad, que es local, est¨¢ construyendo un club en permanente evoluci¨®n que sabe diferenciar el plano institucional del deportivo. Hay inteligencia empresarial para hacer un club serio (estadio maravilloso, instalaciones deportivas modernas, solidez econ¨®mica) y otra inteligencia, m¨¢s espec¨ªfica, con profesionales muy capaces que llevan adelante un proyecto deportivo exitoso. La cantera, trabajada con rigor y sensibilidad, es el epicentro de un modelo que ha provocado una gran identificaci¨®n entre los aficionados de todas las edades. Haciendo buena la m¨¢xima africana de que a un ni?o lo cr¨ªa la tribu, San Sebasti¨¢n favorece, por su discreta personalidad, el crecimiento sano de los j¨®venes jugadores que funcionan, como en el Athletic, como cuadrilla antes que como estrellas. En Sevilla, las dos cuadrillas se desaf¨ªan por el honor.
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