Koeman y el ejemplo de Cruyff

A Joan Laporta y Ronald Koeman les une m¨¢s la final de Copa que el contrato que el entrenador firm¨® con el Bar?a hasta 2022 con Josep Maria Bartomeu. El presidente y el entrenador necesitan el t¨ªtulo para edificar el proyecto y subrayar mientras sus aspiraciones en LaLiga. El futuro inmediato es m¨¢s f¨¢cil de gestionar con un triunfo que con una derrota en Sevilla. El t¨¦cnico siempre se ha sentido entrenador de club y ciudadano de Barcelona. As¨ª se comport¨® durante la campa?a electoral, cuando asumi¨® que la cr¨ªtica situaci¨®n econ¨®mica de la entidad imped¨ªa cualquier refuerzo invernal, y tambi¨¦n despu¨¦s de la elecci¨®n de Laporta.

El entonces candidato calific¨® de ¡°intachable¡± el comportamiento de Koeman, sost¨¦n en aquellos d¨ªas del Bar?a. ¡°Merece un margen de confianza que marcar¨¢n los resultados y el juego¡±, insisti¨® Laporta. ¡°Es uno de los grandes del Barcelona. Ha sido valiente en su apuesta por los j¨®venes, la plantilla est¨¢ cada vez m¨¢s motivada y esperemos que pueda evolucionar la filosof¨ªa cruyffista como Pep Guardiola y Frank Rijkaard¡±. Laporta, que descart¨® contratar a Koeman en 2003, cuando gan¨® los comicios por vez primera porque no quiso pagar la cl¨¢usula de liberaci¨®n del entonces t¨¦cnico del Ajax, no ha desvelado en su regreso al club cu¨¢l es su apuesta para el banquillo del Camp Nou.

¡±S¨¦ d¨®nde estoy¡±

?nicamente trascendi¨® un posible inter¨¦s por Julian Nagelsmann, del Leipzig, extremo que no ha sido comentado por Laporta ni por Koeman. ¡°?Nagelsmann? Tengo contrato y hay que seguir¡±, respondi¨® el entrenador azulgrana cuando se le pregunt¨® en su d¨ªa. ¡°Hay mucho futuro en el equipo¡±, insisti¨® despu¨¦s de elogiar a los j¨®venes y destacar ¡°la energ¨ªa, calidad y car¨¢cter¡± de los veteranos como Messi. Laporta no deja de mostrar su apoyo al equipo y a los t¨¦cnicos con gestos m¨¢s que con palabras e intenta ganar tiempo despu¨¦s de la derrota en Valdebebas. El cl¨¢sico siempre deja secuelas y alg¨²n directivo ha empezado a murmurar sobre Koeman. Laporta no tiene prisa ni dinero y aguarda a Sevilla.

Koeman nunca fue un t¨¦cnico de autor, sino que se distingue por su pragmatismo y capacidad para aguantar la presi¨®n: ¡°S¨¦ d¨®nde estoy¡±, proclam¨® en Sevilla. No se le conoce m¨¢s enemigo que el VAR en una temporada desquiciante por la salida de Luis Su¨¢rez, el burofax de Messi, la lesi¨®n de Ansu Fati, la dimisi¨®n de Bartomeu, el Bar?agate, una deuda de mil millones o la imposibilidad de fichar a Eric Garc¨ªa y Memphis Depay. Y, sin embargo, no ha habido ni un reproche del entrenador del Bar?a. Aunque el argumentario parecer¨ªa suficiente para respetar su contrato y asegura: ¡°No necesito ninguna ratificaci¨®n del presidente, porque s¨¦ que tengo su confianza¡±. Laporta se mueve con cautela por el Camp Nou. El tacticismo agranda la expectaci¨®n por la final de Copa. Koeman no parece inquieto, nunca se sinti¨® un interino y siempre se distingui¨® por su valent¨ªa desde que abandon¨® la selecci¨®n de Pa¨ªses Bajos para fichar por el Bar?a. El t¨¦cnico aprendi¨® a maniobrar en la adversidad y no parece temer por el cargo si depende de un torneo que le trae buenos recuerdos: la Copa fue el primer t¨ªtulo que gan¨® como jugador con el Bar?a en 1990, cuando Johan Cruyff se jugaba el puesto ante el Madrid de la Quinta del Buitre. Aquel d¨ªa naci¨® el Dream Team. Y tambi¨¦n ha sido el ¨²ltimo trofeo que logr¨® como entrenador, campe¨®n con el Valencia en 2008, despu¨¦s de vencer al Getafe de Michael Laudrup.

La Copa ha marcado el car¨¢cter extremista del Bar?a. Hubo un tiempo en que culmin¨® las mejores etapas del equipo mientras que antes funcion¨® como salvavidas del club: los barcelonistas no olvidan la final de las botellas de 1968 o los goles de Ramon Alfonseda en la de 1971, del Pich¨®n Marcos en 1983 o de Jos¨¦ Ramon Alexanco en 1988 ante la Real Sociedad. Tambi¨¦n una final de Copa fue el partido con el que se despidieron Guardiola entrenador y Diego Maradona. El rival en ambos partidos fue precisamente el Athletic: los azulgrana perdieron en 1984 y ganaron en 2012.

La obsesi¨®n de Laporta, su acto de fe y credo futbol¨ªstico, est¨¢ m¨¢s en el campo que en el banquillo: quiere asegurarse antes que nada la continuidad de Messi. No es que no le interese el entrenador, sino que el 10 acaba el contrato el 30 de junio y no en 2022.

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