Una Superliga hasta el final
El Madrid, que lleg¨® a estar l¨ªder durante varios minutos, cumple en San Mam¨¦s ante el Athletic con un gol inesperado de Nacho y pelear¨¢ por el t¨ªtulo en la ¨²ltima jornada
La Superliga espa?ola tendr¨¢ cuerda y suspense hasta el final tras una jornada palpitante. Tan turbadora en el Metropolitano como en San Mam¨¦s. En ambos dominios se jugaron muchos partidos, con la gente en vilo, con sudores fr¨ªos, por aqu¨ª y por all¨¢. Durante veinte minutos el Real Madrid se vio con el trono en el bote. Se lo neg¨® el ag¨®nico Atl¨¦tico, pero el Real llegar¨¢ con pulso a la ¨²ltima cita. Le visitar¨¢ el Villarreal, que tres d¨ªas despu¨¦s se pondr¨¢ el frac para la primera final de su historia, frente al Manchester United. A su vecino, el cuadro de Simeone, le tocar¨¢ desplazarse a Valladolid, donde a los locales les apremia el drama del descenso. Nada est¨¢ cerrado. Y menos en esta Liga donde cada victoria requiere de tonelaje, nada de familiaridades para los grandes, para los ricos.
Nadie puede perder el paso. No lo hizo el Madrid tras un duelo con muchas curvas. Al menos cuando las sucesivas emociones provocaron que el campeonato entrara en combusti¨®n. De inicio, en San Mam¨¦s falt¨® chicha, al menos en un primer acto tan err¨¢tico como plomizo por ambos bandos. Con dos porteros en la hamaca, no tecleaba el Madrid, falto de desborde, de profundidad, de gancho, de fusileros. Y hasta de mala uva con el posible tesoro en juego. Tambi¨¦n estaba varado el Athletic, al que nada clasificatorio le iba en la partida, pero ante el Madrid siempre hay un bot¨ªn de prestigio por el que remangarse. Fue otro Athletic de trazo simple: el refugio en las cuerdas tras la pelota y poner en tr¨¢nsito a Williams o Sancet a la carrera. Sin m¨¢s vectores. No se lo permiti¨® el equipo de Zidane. Y bien se encapsul¨® el de Marcelino, solo amenazado por uno de sus muchachos.
Ante un centro de Odriozola, Morcillo sac¨® el codo derecho. Otro fregado arbitral con las dichosas manos. El codazo pareci¨® penalti, pero lo ¨²nico evidente en estos tiempos es que el f¨²tbol precisa con m¨¢xima urgencia un simposio universal al respecto. Los sainetes se perpet¨²an jornada a jornada. Un sindi¨®s para la gente, actores profesionales y espectadores.
Tampoco son sencillos los quebraderos de Zidane cada semana. Apa?a las alineaciones como puede. Unos enferman, otros se agotan, algunos no despegan, caso de Asensio y Hazard. Los hay que fluyen solo de forma epis¨®dica, caso de Rodrygo y Vinicius. Algunas respuestas no son del todo firmes y constantes. Se suceden los contratiempos, muchas situaciones llagadas. El curso ha supuesto un paisaje lunar para el preparador franc¨¦s, una temporada muy bacheada para el Real.
Con todo, los de Zidane sobreviven, por m¨¢s que como en tantas ocasiones el Madrid no se explique. Es el Madrid. Y punto. Ese es su estribillo. En Bilbao, tras el descanso, el equipo tuvo otro volumen. Ya un Real descamisado, volcado sobre el territorio de Unai Sim¨®n, acorralado a bal¨®n parado. La ecuaci¨®n era sencilla: la zona de Courtois abierta casi de par en par y todo el regimiento a por la red de Sim¨®n, crucial en un disparo de Modric.
A la hora lleg¨® el gol no gol de Savic en el Wanda. Mientras lo juzgaba el VAR, Casemiro cabece¨® al travesa?o. Le sali¨® cruz al Atl¨¦tico y el Madrid se vio con un gol de lo m¨¢s inesperado. Pero es el Madrid. Ese Madrid tan enrevesado de descifrar que se ve¨ªa como cabecilla del torneo.
Con el Real de por medio, no hay pizarras ni otras gaitas que valgan. Y hasta en ocasiones su l¨®gica es la m¨¢s pura il¨®gica. Veamos. Tras el en¨¦simo c¨®rner a favor, Casemiro ejecut¨® un centro que tanto pareci¨® un centro como quiz¨¢ un remate. La pelota le pas¨® de largo a Benzema, en fuera de juego posicional, y a Nacho le rebot¨® en la rodilla derecha. Una carambola de Nacho, impagable por muchas cosas, no por el gol: no marcaba desde el 6 de febrero de 2020 (en Copa del Rey ante la Real Sociedad). Nacho, en la l¨ªnea de otros goleadores puntuales: Milit?o, Mendy, Carvajal...
Villalibre y Vesga casi cazan el empate para los de Marcelino cuando el eco del Metropolitano era a¨²n m¨¢s favorable para el Madrid, ya por entonces blindado ante el inconsistente remar de su rival. El Atl¨¦tico remont¨® con la lengua fuera, en esos trances finales que tantas veces le han condenado en su vida. Pero llegada la gran traca del pr¨®ximo fin de semana, Atl¨¦tico y Real gritar¨¢n con aplomo: ?Presentes! As¨ª es esta Superliga.
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