El campe¨®n de la agon¨ªa
El Atl¨¦tico remonta el gol de Osasuna en los minutos finales con tantos de Lodi y Luis Su¨¢rez tras haber desperdiciado antes un chorro de ocasiones claras
El Atl¨¦tico es sufrimiento. En la victoria y en la derrota. Cuando el f¨²tbol escrib¨ªa otro episodio traicionero para su historia, Luis Su¨¢rez emboc¨® un gol que culminaba una remontada ag¨®nica. El emocionante triunfo permite a los rojiblancos depender de s¨ª mismos en Valladolid ante un rival que se jugar¨¢ el descenso con la obligaci¨®n de ganar. En Pucela, al l¨ªder le valdr¨¢ con igualar cualquier resultado que coseche el Madrid ante el Villarreal en Valdebebas. Ser¨¢ un mano a mano entre los dos clubes madrile?os, ya con el Bar?a tirado en la cuneta sin posibilidad alguna de darles alcance.
El drama que apuntaba a d¨ªa negro en la historia del Atl¨¦tico se desboc¨® cuando a veinte minutos del final el partido estaba empatado a cero y Nacho acababa de adelantar al Madrid en San Mam¨¦s. La tragedia no se deten¨ªa. Cuando faltaba un cuarto de hora, Budimir reventaba las manos de Oblak con un cabezazo que enterraba las posibilidades del Atl¨¦tico de ser campe¨®n. Contra esa adversidad ya con tintes f¨²nebres se rebelaron los rojiblancos, espoleados por el gol de Lodi tras un globo excelente de Jo?o F¨¦lix para saltarse la defensa de Osasuna. Restaban diez minutos m¨¢s el descuento. Tiempo suficiente para morir matando. Y no hay mayor matador que Su¨¢rez, pese a todas las ocasiones en las que el gol se le neg¨®.
La incertidumbre y la angustia fueron parad¨®jicas para el Atl¨¦tico porque emanaba de las botas de Su¨¢rez, el goleador fichado para acabar con la falta de contundencia que lastraba al equipo en temporadas anteriores. En este final de campeonato, el uruguayo parece contagiado de esa falta de tino hasta que pudo concretar un centro de Carrasco que desat¨® el frenes¨ª. Hasta tres ocasiones claras desperdici¨® el charr¨²a en la primera media hora. O se top¨® con el esplendoroso Herrera o ajust¨® mal el golpeo, como el que estrell¨® en el palo a un metro de la raya de gol con media porter¨ªa libre. Estuvo en las zonas de gol, en eso su actuaci¨®n fue irreprochable. Pero que fallara tanto era desconcertante.
Correa, que estaba inmerso en otro de esos partidos en los que no hay defensa que adivine qu¨¦ va a hacer, tambi¨¦n tuvo su ocasi¨®n. Como Koke. Sa¨²l cerr¨® el caudal de remates rojiblancos antes del descanso con un disparo desde fuera del ¨¢rea que astill¨® la escuadra izquierda de Herrera. Diecis¨¦is remates registr¨® el Atl¨¦tico en la primera parte y ni un tanto que llevarse a la boca. El caldo de cultivo propio para que la ansiedad pudiera hacer acto de presencia. Por encima del buen f¨²tbol desplegado, que Real Madrid y Barcelona tambi¨¦n se fueran al vestuario empatados fue la ¨²nica gran noticia con la que los futbolistas de Simeone se retiraron a la caseta del Wanda.
No cambi¨® el paisaje en la reanudaci¨®n. De nuevo un mon¨®logo rojiblanco en campo contrario, pero ya con la cuenta atr¨¢s en marcha y el progresivo agarrotamiento y estr¨¦s que pod¨ªa generar. No tuvo tantas ocasiones francas el Atl¨¦tico en el arranque del segundo tiempo. Su¨¢rez prefiri¨® rematar a la primera en vez de haber intentado un control tras un pase con ca?o de Trippier que le dejaba mano a mano con Herrera. Correa, el que m¨¢s fresco de cabeza y piernas parec¨ªa estar, se fabric¨® un remate tras otro de sus giros inveros¨ªmiles poco antes de que el VAR anulase un tanto a Savic por fuera de juego a la salida de una falta. Otro tanto anulado a Carrasco por fuera de juego poco antes de que el Real Madrid marcara en San Mam¨¦s desat¨® ya sin remedio la presi¨®n por la necesidad de marcar por parte de los locales.
El Atl¨¦tico ya no depend¨ªa de s¨ª mismo y ten¨ªa 20 minutos y el tiempo a?adido para marcar el gol que se le hab¨ªa negado durante m¨¢s de una hora. En el campo ya estaban Jo?o F¨¦lix y Lodi como primeros recursos de Simeone para tratar de alcanzar como fuese al menos un triunfo ag¨®nico.
Nada. Cinco minutos despu¨¦s, Budimir conect¨® un cabezazo en el segundo palo al que Oblak respondi¨® con un manotazo soberbio, pero con el bal¨®n ya medio palmo por detr¨¢s de la l¨ªnea de gol. Al primer remate entre los tres palos de Osasuna, gol. Otra muesca de mal fario y de la tragedia que se avecinaba para el l¨ªder.
Fue sorprendente el apote¨®sico final que firm¨® el Atl¨¦tico. Se hab¨ªa desplegado con temple desde el primer minuto ante el partido cerrado que le hab¨ªa planteado Osasuna. Le hab¨ªa generado ese chorro de ocasiones en el primer tiempo con un f¨²tbol paciente. Y tampoco perdi¨® el sentido cuando se vio con el marcador por debajo. Fue el momento de Jo?o F¨¦lix para levantar la cabeza y divisar el desmarque de Lodi. Su globo con el exterior plant¨® al lateral brasile?o ante Herrera, ejecutado con un zurriagazo cruzado y por alto.
Faltaban ocho minutos para la gesta y esta vez Su¨¢rez no desperdici¨® la pelota que le cay¨® en las inmediaciones del ¨¢rea peque?a. Coloc¨® el remate, m¨¢s complicado que algunos de los anteriores, en un rinc¨®n. Concretada la remontada, el Atl¨¦tico confirm¨® que es sufrimiento en la victoria y en la derrota. Oblak tuvo que detener un disparo del Chimy ?vila que cort¨® la respiraci¨®n rojiblanca con el tiempo ya cumplido.
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