El escribano centenario de Messi
Un argentino de 100 a?os ha apuntado a mano todos los goles del futbolista como una forma de uni¨®n con su nieto
Las estad¨ªsticas en el f¨²tbol informan de goles anotados, porcentaje de posesi¨®n y kil¨®metros recorridos por cada jugador, pero no de c¨®mo los clubes o los ¨ªdolos fortalecen v¨ªnculos familiares. Los goles de Lionel Messi fueron durante a?os una forma de comunicaci¨®n entre un abuelo y un nieto distanciados por 9.959 kil¨®metros, uno en Buenos Aires y el otro en Noia, A Coru?a. En 2007, cuando ten¨ªa 86 a?os, Hern¨¢n Mastr¨¢ngelo comenz¨® a anotar a mano, en una p¨¢gina tras otra, cada tanto del capit¨¢n de Argentina y del Barcelona para tender un puente sentimental con Juli¨¢n, su nieto que adora a Messi, sin saber que estaba creando un registro personal que todav¨ªa actualiza y cuya existencia lleg¨® la semana pasada a o¨ªdos del futbolista. El mi¨¦rcoles pasado, tres d¨ªas despu¨¦s de que su notario m¨¢s inesperado cumpliera 100 a?os, el reciente campe¨®n de la Copa Am¨¦rica le envi¨® un v¨ªdeo de agradecimiento.
¡°Yo no s¨¦ qu¨¦ hice que Messi me mand¨® un mensaje¡±, se r¨ªe Don Hern¨¢n en su casa de Carapachay, un barrio de clase media en la periferia de Buenos Aires, y entre sus dedos centenarios sujeta los papeles, unidos por un clip, en los que contin¨²a asentando cada gol del ¨ªdolo. Su ¨²ltima anotaci¨®n corresponde a la definici¨®n en la tanda de penaltis ante Colombia, en la Copa Am¨¦rica, el martes 6, un zurdazo que los estadistas oficiales no suman a los 748 impactos de Messi (672 con el Barcelona y 76 con Argentina; el primero frente al Albacete en Liga en mayo de 2005) pero que s¨ª vale para la bit¨¢cora afectiva de Mastr¨¢ngelo. ¡°Escribe el equipo rival, la fecha y la cantidad de goles. Antes tardaba cinco minutos y ahora puede demorar media hora pero siempre lo hace, es su forma de mantenerse activo¡±, dice Juli¨¢n, uno de sus tres nietos, por quien empez¨® el h¨¢bito.
As¨ª como Messi viaj¨® a Barcelona en septiembre de 2000, Eduardo Mastr¨¢ngelo (arquitecto, hijo de Hern¨¢n y padre de Juli¨¢n) se traslad¨® a Galicia al a?o siguiente en plena crisis argentina. Su mujer, Patricia, y su hijo, entonces de cuatro a?os, se sumaron en 2002 y los tres vivieron en las R¨ªas Baixas hasta su regreso a Argentina en 2012. En esa d¨¦cada en Espa?a, la relaci¨®n a distancia entre Hern¨¢n y Juli¨¢n, que no guardaba recuerdos de su abuelo, comenz¨® gracias a Messi. Si el f¨²tbol ayuda a encastrar relaciones entre padres e hijos, en este caso fue entre abuelo y nieto.
¡°Me hice hincha del Barcelona por Ronaldinho y, justo en la ¨¦poca en que empezaba a hablar por tel¨¦fono con mi abuelo, debut¨® Messi. Fue nuestra conexi¨®n¡±, explica Juli¨¢n, de 23 a?os, todav¨ªa m¨¢s con acento espa?ol que argentino. ¡°Soy de River pero no tan futbolero, mi ¨²nica locura fue Messi. Vi una criatura que se les pintaba a los rivales y empec¨¦ el seguimiento en mis p¨¢ginas¡±, dice Don Hern¨¢n, de impecable lucidez. Retoma Juli¨¢n: ¡°Llamaba a mi abuelo y le preguntaba: ¡®Abu, ?viste el partido?¡¯. Y me dec¨ªa: ¡®S¨ª, y anot¨¦ los goles¡±. Acompa?ado por ?ngela, de 92 a?os, su esposa desde hace siete d¨¦cadas, Hern¨¢n agrega: ¡°De ah¨ª hasta ahora, unos cuantos a?itos me pas¨¦ con Messi. ?l de m¨ª no sab¨ªa nada, pero yo de ¨¦l algo sab¨ªa¡±.
Mientras Argentina avanzaba en la Copa Am¨¦rica, Juli¨¢n public¨® en sus redes un v¨ªdeo del certificado notarial de su abuelo que pronto tendr¨ªa miles de reproducciones. Un familiar del crack contact¨® el mi¨¦rcoles pasado con Juli¨¢n para enviarle una respuesta del 10: ¡°Hola Hern¨¢n: me lleg¨® tu historia. Me parece una locura, ni yo tengo anotados los goles. Quer¨ªa agradecerte por eso que haces¡±. Don Hern¨¢n, que tambi¨¦n habla con orgullo de sus 40 a?os de trabajo en una chocolater¨ªa local, F¨¦nix, desconoce que su caso lleg¨® hasta India, pero ante el ingreso de la primera fot¨®grafa en su casa muestra sentido del humor. ¡°P¨¦iname los rulos¡±, le dice a ?ngela. Su tesoro sirvi¨® para encauzar una conexi¨®n a distancia, y todav¨ªa sigue con ello.
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