Comienza la semana fant¨¢stica de la Vuelta a Espa?a en las monta?as del norte
Tras 15 d¨ªas de tanteo y calor, Enric Mas encuentra esperanzas de desbloqueo en Lagos, Gamoniteiru, la emboscada de Mos, la contrarreloj de Santiago, el mal tiempo y la lluvia
Llega el segundo d¨ªa de descanso y Enric Mas se levanta cansado en Santander, olor a salitre, brisa fresca, la monta?a a su espalda. Llega as¨ª la esperanza espa?ola a la semana fant¨¢stica de la Vuelta, como el invitado al banquete de bodas que se hincha con aperitivos grasientos y apetitosos para su gula y siente que su est¨®mago no da m¨¢s de s¨ª cuando llegan los platos principales, las verdaderas delicias gastron¨®micas: ya est¨¢n llenos y a¨²n, podr¨ªa decirse, no han empezado a comer.
As¨ª ha devorado el pelot¨®n las primeras dos semanas, de calor y agotamiento, viento en los puertos, velocidad en las salidas, que mira los perfiles de lo que viene la ¨²ltima semana, la del camino directo a Santiago por la cornisa y los montes del Cant¨¢brico, y las previsiones del hombre del tiempo, lluvia y fr¨ªo, y tiembla y se pregunta, con gran pose dram¨¢tica, ?de d¨®nde sacaremos fuerzas no para atacar, solo para sobrevivir?
El mi¨¦rcoles, Lagos; el jueves, el in¨¦dito y ansiado por la afici¨®n Gamoniteiru; el s¨¢bado, la emboscada de montes galaicos preparada por ?scar Pereiro, y, el domingo, jolgorio y jacobeo para el enigma Primoz Roglic, la contrarreloj de Santiago, un colch¨®n de plumas.
Tanto se ha pasado ya -2.500 kil¨®metros, y monta?as de ida y vuelta en Castilla, en Valencia, en Andaluc¨ªa, en Extremadura--, y tan pocas diferencias ha buscado crear Roglic sobre Mas -35s los separan en la general fruto de un pr¨®logo de siete kil¨®metros que se lleva 18s, el 50% m¨¢s o menos, tres bonificaciones y tres sprints en repechos--, que es imposible no recordar el Tour de 2020, cuando la superioridad de Roglic y su Jumbo era tan pl¨¢stica que parec¨ªa mucho m¨¢s grande que los 57s en que aventajaba a Tadej Pogacar antes de la contrarreloj que culminar¨ªa en su apoteosis.
Y todo result¨® ser un trampantojo que desarm¨® su compatriota joven en dos patadas. Roglic no hac¨ªa lo que quer¨ªa, hac¨ªa lo que pod¨ªa. Como todos, porque, como dice Bernal el d¨ªa de descanso, todo es cuesti¨®n de piernas. ¡°No me duele la espalda, me duelen las piernas¡±, recuerda el colombiano, el ciclista esperado, que a¨²n tiene a tiro al esloveno (a 2m 45s) de un ataque eganesco (salvaje) en los Lagos, para ¨¦l desconocidos pero atractivos. ¡°Si tengo piernas, ataco; si no, resisto¡±.
Roglic no habl¨® el d¨ªa de descanso. No se sabe si ha alimentado su experiencia con la memoria de la Planche des Belles Filles, y la ha enriquecido m¨¢s con otro recuerdo, el de Claudio Chiappucci pele¨®n de amarillo en el Tour del 90 gracias a una fuga permitida de 11 minutos al que solo pudo desalojar Greg LeMond el ¨²ltimo d¨ªa, en una contrarreloj, pero ni Breukink ni Perico le adelantaron, y qued¨® segundo.
El l¨ªder, con 1m 36s sobre Roglic, es Odd Eiking, un Chiappucci m¨¢s moderado 30 a?os m¨¢s tarde, ya no son los tiempos de las exageraciones, Noruega no es Italia, gracias a una fuga de 11 minutos hasta alentada por el Jumbo de Roglic que se cae intentando reventarlo en el descenso hacia Rinc¨®n de la Victoria.
Los dos sucesos le conciernen al esloveno y le obligar¨¢n a actuar. Primero para eliminar al l¨ªder vicario de la clasificaci¨®n. Despu¨¦s, para no dejarlo todo fiado a la contrarreloj, pese a que, siendo tambi¨¦n campe¨®n ol¨ªmpico de la especialidad, se siente muy superior.
Digeridos tantos aperitivos y asimiladas tantas premoniciones, ante la visi¨®n de lo que vendr¨¢, suena un coro de lamentaciones y una promesa. A los lamentos de Egan por sus piernas dolorosas, se une el de Eusebio Unzue por una ausencia, la del ca¨ªdo y ya levantado Alejandro Valverde. ¡°Ay, si hubiera estado Alejandro¡¡±, repite el director del Movistar de Enric Mas. ¡°Con Alejandro habr¨ªa sido otra Vuelta, con su capacidad de aceleraci¨®n para dejar al grupo principal en tres o cuatro en los momentos m¨¢s duros de un puerto habr¨ªamos vivido otras etapas en Velefique o, sobre todo, en Extremadura, en Guadalupe, donde el viento de cara hac¨ªa que fuera muy c¨®modo ir a rueda y estaba tan fuerte el Jumbo que era imposible atacarlos¡ Pero si hubiera estado Alejandro¡¡±
Sin Valverde, sin embargo, Mas se ha transformado o, por lo menos, ha encontrado la chispa, el cambio de ritmo, la capacidad de atacar y hacer da?o, no solo la de seguir ruedas, que nunca hab¨ªa perdido, que no hab¨ªa vuelto a mostrar desde su irrupci¨®n hace tres a?os. ¡°Pero no es tanto una recuperaci¨®n as¨ª, zas, instant¨¢nea, sino el fruto de la experiencia que ha ido adquiriendo estos dos a?os con nosotros, en los que ha doblado Tour y Vuelta¡±, dice Unzue. ¡°Y ya ha alcanzado la madurez que le permite actuar¡±.
Ya lo dice Egan sin piernas funciona m¨¢s la cabeza y se mejora m¨¢s. ¡°Con piernas, todo es f¨¢cil, se ataca cuando se quiere y ya est¨¢, pero estoy aprendiendo m¨¢s esta Vuelta sin piernas que en el Giro o en el Tour que gan¨¦¡±, dice el colombiano. ¡°Sin piernas hay que pensar mucho m¨¢s cada movimiento para mantenerse. Todo es mucho m¨¢s complicado, y llegando al autob¨²s hasta me r¨ªo de m¨ª mismo por lo mal que lo he pasado y c¨®mo he podido superarlo¡±.
Mas, tan cansado como Egan y el pelot¨®n, pero m¨¢s introvertido que el colombiano que se divierte, no llega a ese punto de confesi¨®n p¨²blica. Resiste los ataques de los aficionados que le achacan una excesiva parsimonia en los d¨ªas extreme?os y de Gredos, y simplemente promete: ¡°Esta semana se va a ver la batalla que hemos esperado y no ha habido¡±.
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