El anticl¨ªmax de Djokovic
Tras un demoledor despegue en Australia y el aceler¨®n de la primavera, cuando igual¨® a Nadal y Federer, el serbio se descomprime en su peor verano: del borr¨®n ol¨ªmpico al golpe en Nueva York
Gira la historia, pero no como lo pretend¨ªa Novak Djokovic, sino en sentido inverso. Al n¨²mero uno, el hombre que va camino de devorar casi todos los r¨¦cords de su deporte, le falla el plan y se refugia bajo la toalla, donde toda la tensi¨®n y toda la presi¨®n acumulada se derrama en forma de l¨¢grimas. Al n¨²mero uno se le escapa el llanto y pelotea durante los ¨²ltimos puntos de la final contra Dannil Medvedev entre lloros, profundamente...
Gira la historia, pero no como lo pretend¨ªa Novak Djokovic, sino en sentido inverso. Al n¨²mero uno, el hombre que va camino de devorar casi todos los r¨¦cords de su deporte, le falla el plan y se refugia bajo la toalla, donde toda la tensi¨®n y toda la presi¨®n acumulada se derrama en forma de l¨¢grimas. Al n¨²mero uno se le escapa el llanto y pelotea durante los ¨²ltimos puntos de la final contra Dannil Medvedev entre lloros, profundamente dolido y enrabietado, impotente porque el ruso se adjudica el t¨ªtulo de Nueva York y ¨¦l pierde un tren que tal vez no vuelva a pasar. Lo tiene ah¨ª, pero se le escapa. No puede, no llega. Sencillamente no le alcanza. Adi¨®s al Grand Slam. Y un mes antes, adi¨®s al oro ol¨ªmpico. El doble impacto es brutal.
Curiosamente, mientras se esfuma el sue?o se produce la paradoja: la grada neoyorquina, esa misma que le puso en duda hace un par de a?os silb¨¢ndole mientras se retiraba lesionado y que un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n le ha vuelto la espalda en esta ¨²ltima edici¨®n del US Open, animando a quien estuviera enfrente de ¨¦l, le arropa y se entrega. ¡°Esa es la raz¨®n por la que he llorado. La emoci¨®n, la energ¨ªa que he sentido es tan fuerte como ganar 21 grandes. Ellos [la gente] me han tocado el coraz¨®n¡±, dice el serbio de 34 a?os, que antes de abandonar las instalaciones del complejo Billie Jean King se abre de par en par, emocionado durante la charla con los periodistas serbios.
¡±Cuando observo la vida en su conjunto, tengo prioridades diferentes a esta. Quiero pasar m¨¢s tiempo con mis ni?os [tiene dos, de 6 y 4 a?os], me lo he prometido a m¨ª mismo. Me duele mucho mi ausencia¡ Lo siento¡±, cierra antes de levantarse y cerrar el episodio m¨¢s duro de su carrera, con 85 t¨ªtulos, una retah¨ªla de marcas y 1.176 batallas a las espaldas; mucha gloria atr¨¢s, pero la posibilidad de emular a Rod Laver y Steffi Graf, el ¨²ltimo tenista masculino (1962 y 1969) y la ¨²ltima jugadora (1988) que lograron ganar los cuatro grandes en la misma temporada, vuela, y el que pod¨ªa ser un curso de ensue?o deriva en una obra inacabada, imperfecta. Tal es su exigencia.
Pese a haber perdido ¨²nicamente seis partidos en todo el a?o y haber alcanzado el registro de 20 grandes que defend¨ªan Rafael Nadal y Roger Federer, al balc¨¢nico le puede la desaz¨®n. De Tokio a Nueva York, la recuperaci¨®n fue incompleta. ¡°Me siento mental y f¨ªsicamente vac¨ªo¡±, admit¨ªa despu¨¦s de ceder en el duelo por el bronce ol¨ªmpico ante Pablo Carre?o, hace un mes. Pero el gran rev¨¦s se produjo la noche anterior, cuando se desplom¨® ante Alexander Zverev en las semifinales y se rompi¨® su racha de 22 triunfos consecutivos: ¡°Me siento fatal¡±. Regres¨® sin el oro que se le niega y mellado an¨ªmicamente, sin competir en ning¨²n torneo antes de abordar el US Open. Despu¨¦s, en el trazado hacia la final, resolvi¨® con oficio cada ronda y se exhibi¨® ante el alem¨¢n hasta que le consumi¨® la presi¨®n y las bolas al centro de Medvedev le desmontaron t¨¢cticamente.
Dos topetazos en apenas mes y medio. Una tara que le impide redondear un ejercicio en el que comenz¨® como un tiro en Melbourne y en el que cuando menos se preve¨ªa, tal vez, asest¨® un golpe de efecto en Roland Garros, donde rindi¨® a Nadal en las semifinales. Despu¨¦s atrap¨® al espa?ol y a Federer con su sexto trofeo en Wimbledon y mientras algunas voces le desaconsejaban acudir a Jap¨®n, 37 partidos entonces en las piernas, ¨¦l atendi¨® a su ambici¨®n. ¡°He ganado los tres Grand Slams y tengo una buena sensaci¨®n, la historia est¨¢ en juego. Estoy muy motivado¡±, expres¨® a su llegada al lejano Oriente, de donde sali¨® trasquilado y con bastantes m¨¢s dudas de las que hubiera deseado.
¡°Alivio¡± y calendario en el aire
Blindado y sin dejarse ver, renunciando a la gira previa sobre cemento, desembarc¨® en Flushing Meadows con tanta hambre como pies de plomo. Los hechos le invitaban a ello: de las ocho finales que hab¨ªa disputado all¨ª, hab¨ªa ca¨ªdo en cinco. Son ya seis. ¡°Siento alivio¡±, reconoci¨® tras la ca¨ªda ante Medvedev, dos del mundo. ¡°Me alegro de que esto haya terminado porque la preparaci¨®n de este torneo, de todo lo que ha supuesto mental y emocionalmente, ha sido demasiado dif¨ªcil de manejar¡±, pronunci¨® Nole, que no quiso confirmar qu¨¦ planes tiene ni cu¨¢l ser¨¢ su ruta de aqu¨ª a final de 2021.
El calendario se?ala otros dos Masters 1000 (Indian Wells y Par¨ªs-Bercy), as¨ª como la Copa de Maestros y la Copa Davis, pero el rey del circuito precisa de una pausa para reponerse. ¡°Honestamente, no hay un plan, absolutamente nada. No s¨¦ si jugar¨¦ algo. Ahora mismo, mi mente est¨¢ solo aqu¨ª, en Nueva York¡±, indic¨®. ¡°Pero a¨²n amo el tenis y quiero seguir ganando t¨ªtulos. Esto es duro, pero quiero continuar¡±, concluy¨® el de Belgrado mientras su ¨²ltimo verdugo, Medvedev, adelantaba que la noche iba a ser larga despu¨¦s de haber levantado su primer grande: ¡°S¨¦ c¨®mo celebrarlo, los rusos saben c¨®mo celebrar las cosas¡ y conf¨ªo en no aparecer en las noticias¡±.
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