No olvidemos a Rod Laver
Aunque Djokovic, Federer y Rafael son los que m¨¢s grandes atesoran, creo que ser¨ªa un grave error no incluir en la c¨²spide de nuestro deporte al m¨ªtico jugador australiano
Incluso a los grandes campeones, a veces, lo nervios les traicionan y les impiden soportar la presi¨®n que en un momento dado deben asumir. Esto es lo que le sucedi¨® en la final del domingo a Novak Djokovic. ?l sab¨ªa que estaba ante el partido m¨¢s crucial de su vida, el encuentro que iba a determinar el debate del que se ha hablado tanto en el ¨¢mbito ten¨ªstico: qui¨¦n es el mejor jugador de la historia de nuestro deporte. El serbio, Roger Federer o Rafael. Es verdad que ellos tres son los que atesoran en sus vitrinas m¨¢s torneos del Grand Slam, 20 cada uno, pero tambi¨¦n lo es que tanto los aficionados como los expertos tenemos la memoria m¨¢s bien corta y tenemos en consideraci¨®n solo a los jugadores actuales. A lo sumo, a los m¨¢s recientes. Pasa en otros deportes, tambi¨¦n.
Yo creo que ser¨ªa un grave error no incluir dentro de los situados en la c¨²spide hist¨®rica del tenis a Rod Laver. Hoy d¨ªa, nadie ha logrado igualarlo en el hecho de completar el Grand Slam en un mismo a?o. ?l lo hizo dos veces, en 1962 y en 1969 y, entre una y la otra, transcurrieron siete a?os en los que no pudo competir porque los profesionales no pod¨ªan participar en los majors.
Es verdad que es muy dif¨ªcil establecer comparaciones de distintas ¨¦pocas, pero hay una cuesti¨®n que, sin duda, nos acerca a poder hacerlas. Determinar qui¨¦n ha conseguido alejarse m¨¢s de sus perseguidores. En este sentido, el m¨ªtico jugador australiano lo logr¨® en la misma medida que los tres actuales jugadores que, a pesar de haber tenido que coexistir, se constituyeron en un tr¨ªo en un estrato superior al resto.
Volviendo a la final, podr¨ªamos argumentar que el break inicial que le hizo Medvedev a Djokovic hizo mella en el jugador serbio, quien vio r¨¢pidamente que la t¨¢ctica que ¨¦l se hab¨ªa planteado con peloteos largos desde atr¨¢s no le iba a funcionar ya que el ruso estaba dispuesto a sufrir. O que el nuevo campe¨®n logr¨® sacar muy bien durante todo el partido y que es merecedor del t¨ªtulo y firme candidato a otros por venir. Pero no podemos obviar esa traici¨®n de la que hablaba, bien patente en esas l¨¢grimas del gran campe¨®n serbio jugando uno de los ¨²ltimos juegos del tercer set. La enorme losa que le supuso todo lo que estaba en juego para ¨¦l le impidi¨® oponer resistencia al implacable juego de Daniil. Y he de reconocer que me sorprendi¨® verlo tan afectado. En los ¨²ltimos tiempos, quiz¨¢s se ha mostrado algo menos resistente, pero de todos es conocida su enorme capacidad para soportar los momentos de m¨¢xima tensi¨®n con fortaleza y concentraci¨®n.
Por mucho que los entrenadores preparemos a nuestros jugadores intentando abarcar todos los aspectos del juego, las distintas estrategias para encarar un partido, mejorar la t¨¦cnica, pulir los golpes y la resistencia f¨ªsica, hay algo que no siempre se puede controlar: el dominio de las emociones en momentos determinados de un partido o, en este caso, en el momento decisivo de toda una trayectoria deportiva.
Yo creo que tanto Roger como Rafael habr¨¢n respirado aliviados (y supongo que Rod Laver tambi¨¦n) y que deben sentirse ahora con algo m¨¢s de fuerza para seguir con la carrera el curso que viene. Djokovic acusar¨¢ un tiempo tan dolorosa derrota pero levantar¨¢ cabeza para afrontar la pr¨®xima temporada. Federer y Rafael ver¨¢n sus ¨¢nimos renovados para luchar por su recuperaci¨®n. Y los tres van a seguir dando motivos a sus millones de seguidores, a¨²n en vilo, para seguirlos y apoyarlos por un tiempo m¨¢s.
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