Djokovic, el fen¨®meno que solo buscaba cari?o
Se?alado por la gira que ha originado una serie de contagios, el n¨²mero uno arrastra un controvertido pasado en la pista y lucha por igualar la enquistada comparativa con Nadal y Federer, los otros gigantes
Ya es de madrugada en Melbourne y Novak Djokovic (Belgrado, 33 a?os) estrecha sonriente la mano de los periodistas, correspondi¨¦ndole a cada uno con un agradecimiento en su lengua materna. ¡°?Gracias, t¨ªo!¡±, le dice a uno espa?ol. Acaba de conquistar el Open de Australia y el campe¨®n ofrece un discurso a flor de piel, con el coraz¨®n en la mano. ¡°Me eduqu¨¦ en Serbia, en medio de varias guerras durante los noventa. Fue un momento duro, con mi pa¨ªs embargado. Ten¨ªamos que hacer cola para conseguir pan, leche y otros productos b¨¢sicos¡¡±, rebobina hacia sus or¨ªgenes, hacia aquel Belgrado en el que llov¨ªan a diario las bombas; ¡°y este tipo de cosas te hacen m¨¢s fuerte y que tengas m¨¢s hambre de ¨¦xito en aquello que haces¡±.
Era febrero, un siglo ya, y Nole hab¨ªa ganado su 17? grande y estrechaba la gran carrera hist¨®rica con Roger Federer (20) y Rafael Nadal (19). Reflexionaba el balc¨¢nico sobre c¨®mo hab¨ªa sido capaz de sacar adelante una final que por momentos tuvo perdida y que la gran mayor¨ªa, cualquier otro, seguramente hubiera cedido. Sin embargo, ¨¦l, el ganador rob¨®tico al que todos los rivales temen, est¨¢ hecho de otra pasta. No hay tenista, dicen los entendidos, m¨¢s completo ni m¨¢s cercano a la perfecci¨®n. No hay rev¨¦s como el suyo. ¡°Cuando ¨¦l cae, siempre supone un alivio¡±, deslizan desde el c¨ªrculo de Nadal. Lo tiene todo Djokovic. Software y hardware. La m¨¢quina ideal. Alma de titanio, cuerpo de chicle y un elenco t¨¦cnico de golpes fastuoso.
Sin embargo, hay algo que todav¨ªa se le escapa y le hiere: el cari?o. ¡°En los primeros a?os sent¨ªa que era yo contra el mundo. Ya no¡±, le dec¨ªa al tenista Stan Wawrinka en abril durante una charla en Instagram. ¡°Cuando eras m¨¢s joven eras un poco diferente. En una pel¨ªcula no puede haber tres buenos¡¡±, continuaba el suizo, en referencia a la disputa febril con Nadal y Federer. ¡°Posiblemente Roger sea el mejor de la historia. No espero que el p¨²blico est¨¦ de mi lado y lo entiendo. Ocurre algo similar con Rafa. Creo que se debe m¨¢s a su grandeza como personas que a que yo est¨¦ haciendo algo mal¡±, prolongaba Nole, admirado y rechazado a dosis iguales.
Al n¨²mero uno le persigue su pasado, esos locos a?os de juventud, cuando actuaba sin freno y lo mismo imitaba burlonamente a sus adversarios que enredaba los partidos en su punto ¨¢lgido con alguna artima?a. Pero eso era el pasado. La herida a¨²n abierta. Cicatrices como aquel episodio en la Caja M¨¢gica de Madrid, 2013, cuando la grada le abuche¨® y le silb¨® sin cesar hasta las dos de la madrugada, cuando Grigor Dimitrov finalmente le bati¨®. Djokovic no regresar¨ªa all¨ª hasta tres a?os m¨¢s tarde.
Cuando era m¨¢s joven sent¨ªa que era yo contra el mundo. Ya no...
¡°Cuando tienes a la gente de tu lado, eso ayuda, y cuando no la tienes entonces debes encontrar la energ¨ªa dentro. Cuando gritan ?Roger, Roger!... Yo escucho ?Novak, Novak! Suena tonto, pero es as¨ª. Trato de convencerme de que es as¨ª¡±, explicaba resignado en julio del a?o pasado, cuando La Catedral de Wimbledon se posicion¨® descaradamente a favor del suizo, pese a que ¨¦l hubiera volteado incre¨ªblemente esa final y levantara por quinta vez el trofeo del grande londinense, donde su ritual victorioso incluye ingerir unas briznas de hierba como deferencia hacia el torneo y sus aficionados.
De alguna manera, Djokovic emprendi¨® desde hace tiempo la b¨²squeda de un perd¨®n y un reconocimiento que se le niegan, y que ahora se ha alejado incluso con la gira que mont¨®, liquidada entre contagios de coronavirus y que ha puesto en jaque el regreso del tenis. ¡°Las ratas salieron del hoyo, Novak¡±, le apoy¨® desde M¨¢nchester su amigo Nemanja Matic, futbolista del United. ¡°Van contra ¨¦l porque eligi¨® el amor¡±, le defend¨ªa en este peri¨®dico su gur¨² espiritual, el riojano Pepe Imaz, con el que comparte largas horas de conversaci¨®n en Marbella, donde reside su hermano Marko. ¡°Nuestro deseo es que mueras de eso [covid-19]. Saludos desde Split¡±, le dedicaba estos d¨ªas una pintada callejera.
Poco tiene que ver Djokovic con ese ganador que buscaba la victoria a cualquier precio. Casado con Jelena Ristic y padre de dos ni?os, Stefan y Tara, ha ido madurando y sigue reclamando el perd¨®n. Con el Adria Tour pretend¨ªa ayudar, el fondo era bueno. Pero fallaron la forma y el momento. De poco sirve que se haya corregido en la pista o que en su condici¨®n de presidente del Consejo de Jugadores pelee por la clase trabajadora del circuito como ninguno, o su discreta solidaridad ¨Ccolabor¨® con el proyecto impulsado por Nadal y la Cruz Roja, don¨® un mill¨®n de euros a Serbia para la compra de ventiladores y equipos m¨¦dicos durante la crisis e hizo ¡°una importante donaci¨®n¡± a un hospital de B¨¦rgamo (Italia)¨C o que env¨ªe un permanente mensaje de paz y respeto por el pr¨®jimo, motivo esto ¨²ltimo incluso de mofas y chanzas.
¡°Se?alar a alguien es un error porque todos siguieron las instrucciones de las autoridades¡±, le defiende su preparador, Marian Vajda. ¡°Solo ten¨ªa buena intenci¨®n¡±, expone la jugadora Donna Vekic, que particip¨® en la exhibici¨®n. ¡°Mi hijo no est¨¢ bien an¨ªmicamente, pero saldremos de esta con m¨¢s fuerza¡±, dec¨ªa su padre esta semana. ¡°Ha faltado al respeto al tenis¡±, le recriminaba el argentino Guido Pella. ¡°Es terrible lo que se est¨¢ diciendo de Novak¡±, apunta su madre. ¡°Hay gente que disfruta debilit¨¢ndole, y es muy dif¨ªcil luchar contra eso¡±, lamenta el veterano franc¨¦s Gilles Simon, mientras sigue el ruido en torno al n¨²mero uno de la raqueta.
Por la raz¨®n que sea, Djokovic siempre est¨¢ bajo sospecha y no consigue generar consenso. En cualquier caso, ¨¦l tan solo desea sentirse querido.
Espiritual y contrario a la vacuna
Cristiano ortodoxo, Nole practica con asiduidad el yoga y la meditaci¨®n. Desde hace casi una d¨¦cada es vegetariano y domina, aparte del serbio, el ingl¨¦s, italiano y alem¨¢n, adem¨¢s de desenvolverse correctamente en franc¨¦s y espa?ol, y de estar estudiando chino.
A los 12 a?os se traslad¨® a Alemania e ingres¨® en una academia de tenis, y su familia tiene un estrecho v¨ªnculo sentimental con Italia porque sus padres (Srdjan, jugador de tenis de mesa serbio, y Dijana, de origen croata) regentaban una pizzer¨ªa a pie de pista en la estaci¨®n de Kopaonik, localizada en los Alpes Din¨¢ricos, de ah¨ª que en su infancia practicara el esqu¨ª.
Durante una ¨¦poca tambi¨¦n viajaba varias veces al a?o a Milan para acompa?ar a su esposa, becada por la Universidad Bocconi, y de ah¨ª se explica que sea hincha rossonero.
Tiene dos hermanos menores, Marko y Djordje, y la sombra de su carrera es Marian Vajda, su t¨¦cnico de toda la vida pese a que hiciera un par¨¦ntesis de a?o y medio con Boris Becker. Las alergias le apartaron del gluten y practica el ayuno intermitente, de hasta 16 horas sin comer.
Es un apasionado de la filosof¨ªa oriental y tiene una estrecha relaci¨®n con Chrevin Jafarieh, fundador de la inmobiliaria Blaqk Diamond Group, con el que mantuvo en mayo una pol¨¦mica charla sobre medicina hol¨ªstica (alternativa, sin base cient¨ªfica) tras declararse contrario a la vacuna contra la covid-19 para poder viajar.
En el cara a cara supera tanto a Federer (27-23) como a Nadal (29-26), y es el ¨²nico tenista que ha sido capaz de ganar los nueve Masters 1000 de la ATP.
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