Conchita, el ¨¢ngel de la guarda de Muguruza
El impulso de la preparadora ha sido fundamental para la campeona, a la que conoce desde los 6 a?os y que ha levantado a una tenista que encontr¨® perdida
Detr¨¢s del ¨¦xito de Garbi?e Muguruza hay una sombra, la que proyecta la dilatada experiencia de Conchita Mart¨ªnez: preparadora, amiga y confidente. Una especie de ¨¢ngel de la guarda para la tenista, que encuentra no solo a la consejera y la t¨¦cnica, sino tambi¨¦n la hoja de ruta. Hace dos a?os, cuando la campeona de la Copa de Maestros se hab¨ªa enredado, hab¨ªa ca¨ªdo al puesto 29 del ranking y su carrera hab¨ªa adoptado una deriva peligrosa tras dos cursos perdida en un laberinto y a la gresca con el franc¨¦s Sam Sumyk, predecesor en el banquillo, los responsables de la multinacional IMG qu...
Detr¨¢s del ¨¦xito de Garbi?e Muguruza hay una sombra, la que proyecta la dilatada experiencia de Conchita Mart¨ªnez: preparadora, amiga y confidente. Una especie de ¨¢ngel de la guarda para la tenista, que encuentra no solo a la consejera y la t¨¦cnica, sino tambi¨¦n la hoja de ruta. Hace dos a?os, cuando la campeona de la Copa de Maestros se hab¨ªa enredado, hab¨ªa ca¨ªdo al puesto 29 del ranking y su carrera hab¨ªa adoptado una deriva peligrosa tras dos cursos perdida en un laberinto y a la gresca con el franc¨¦s Sam Sumyk, predecesor en el banquillo, los responsables de la multinacional IMG que gestionan el trazado profesional de la jugadora se reunieron y decidieron. Golpe de tim¨®n: punto final al galo, llamada a la aragonesa. Y lleg¨® el giro.
Ante la emergencia, ¡°qui¨¦n mejor que ella¡±, 49 a?os, figura en los noventa y referencia para Muguruza, a la que conoci¨® nada m¨¢s dejar su hogar y trasladarse a Barcelona, con 6 a?os. All¨ª creci¨® la ni?a, se desarroll¨® la adolescente y se forj¨® la mujer, la campeona de estos d¨ªas. A su lado, siempre de alguna manera, Mart¨ªnez, que conoce como pocos las fortalezas y los Aquiles, los entresijos de una tenista dif¨ªcil de descifrar, inclasificable seguramente. Tras un breve ensayo con Anabel Medina en Nueva York, a modo de transici¨®n, la aragonesa ¨Ccampeona de Wimbledon en 1994 y n¨²mero dos en 1995¨C descolg¨® el tel¨¦fono, escuch¨® el nombre y no lo dud¨®: si es Garbi?e, adelante. Eso s¨ª, con condiciones. Su libreto, sus reglas. Y a partir de ah¨ª, manos a la obra.
M¨¢s trabajo, mejor dise?ado y altas dosis de empat¨ªa. Una reconstrucci¨®n piedra a piedra. Feeling, sencillamente. Ya lo dice la maestra: ¡°En muchas ocasiones no necesitamos hablar, con un peque?o gesto o una mirada nos basta¡±.
El primer paso para reflotar a la n¨²mero tres del mundo fue el di¨¢logo, sin excederse pero necesario; recuperar el apetito y la convicci¨®n, el deseo de volver a hacer algo grande. Despu¨¦s vino la fase t¨¦cnica, el refuerzo de lo bueno (que es variado y mucho) y el pulido de aquellos campos que necesitaban andamiaje, caso de la movilidad o la volea. Posteriormente la remodelaci¨®n progresiva del equipo, nuevos rostros con la incorporaci¨®n de los argentinos Adriana Forti (fisioterapeuta) y Santiago de Martino (preparador f¨ªsico), y de la catalana Gemma Bes, nutricionista que trabaja tambi¨¦n para la academia de Rafael Nadal. Y para cerrar el c¨ªrculo, un ejercicio de paciencia y fe, porque el plan se proyectaba a medio plazo y los resultados no eran lo prioritario. La voluntad por delante.
¡°Ladrillos bien puestos¡±
¡°S¨¦ lo que siente la tenista, y eso es un extra¡±, expon¨ªa Conchita a comienzos del a?o pasado, cuando el repunte ya era apreciable y la actitud y la confianza de su chica eran bien diferentes. As¨ª, Muguruza alcanz¨® la final del Open de Australia, frente a Sofia Kenin, pero luego lleg¨® el freno de la pandemia. ¡°Al volver intent¨¦ mantener la misma din¨¢mica¡±, explica la vencedora en el Masters de Guadalajara, que en su d¨ªa, 2017, tambi¨¦n tuvo que echar mano de Mart¨ªnez para abordar Wimbledon y de la mano triunfaron en la hierba sacra de Londres, segundo grande en el expediente. El nexo fue cat¨¢rtico.
Aun as¨ª, continu¨® el rudo Sumyk, pero ambas se reencontraron en 2018 durante mes y medio en una fugaz alianza que no cristaliz¨® porque el franc¨¦s interpretaba como una injerencia la intervenci¨®n de la aragonesa, y esta quer¨ªa en realidad moldear a Muguruza estrictamente bajo sus c¨®digos. Apeado el franc¨¦s, su llegada depur¨® la atm¨®sfera del equipo y reimpuls¨® a la tenista, tan c¨®moda en el d¨ªa a d¨ªa como exigida.
¡°El camino va a ser largo, hay que poner ladrillos desde abajo y construir bien¡±, insist¨ªa la entrenadora, confiada de que tarde o temprano se producir¨ªa otra explosi¨®n, localizada en tierras mexicanas y en un a?o en el que Muguruza ha disfrutado ¡°m¨¢s que nunca¡±, en el ¡°mejor momento¡± de su carrera, sinti¨¦ndose competitiva siempre y segura tambi¨¦n de que acabar¨ªa atrapando la recompensa. Primero se liber¨® en Dub¨¢i (WTA 500), luego celebr¨® Chicago (500) y en Guadalajara son¨® la hist¨®rica campanada maestra.
¡°Al fin y al cabo, ella ha pasado por todo esto y es la mejor opci¨®n¡±, valora Garbi?e. ¡°Si la tenista es buena, basta con ordenarla¡±, comentaba Mart¨ªnez en una entrevista concedida a este peri¨®dico. ¡°Garbi es el sue?o para cualquier entrenador¡±, afirm¨® en otra. ¡°Las tenistas dan pocas oportunidades a que las entrene una mujer¡±, ampliaba en la primera charla la preparadora cuando tutelaba a la checa Karolina Pliskova, la misma que enturbi¨® el despegue de la espa?ola en este Masters y que al final no logr¨® franquear la fase de grupos, s¨ª Muguruza. Conchita, no hay duda, escogi¨® la carta ganadora.
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