Vinicius revienta al Sevilla
Un golazo del brasile?o en el tramo final permite al Madrid rendir a un rival que tuvo m¨¢s gobierno del juego (2-1)
Un arrechucho final del Madrid le bast¨® a Vinicius para reventar a un Sevilla que se fue al garete cuando el Real se remang¨®. Llegaron Valverde y Camavinga, el Real cogi¨® impulso y punto final. Jugaba el Sevilla, pero gan¨® el Madrid. Hasta los cambios de Ancelotti, tras setenta minutos de gobierno, el cuadro de Lopetegui tuvo por la pechera a su adversario, sobre todo en el primer tiempo. El gol se le hizo alpino, Bono regal¨® el suyo y Vinicius le fundi¨® con un golazo. No fue un disparo, fue un trueno. En un partido de momentos, el Sevilla, que tuvo muchos, no sac¨® provecho. El Madrid, cl¨ªnico como pocos, resisti¨® hasta dar con en el gancho de Vinicius. El chico no tiene techo. Ya gana partidos por su cuenta hasta cuando pasa de puntillas una jornada.
Es f¨²tbol. La l¨®gica de la il¨®gica. El Sevilla bail¨® en Chamart¨ªn durante todo el primer acto. El Madrid era un chasco continuo. Lo mismo dio. En este juego caben muchos minutos para rebobinar y un segundo para el ocaso. Le ocurri¨® a los de Julen Lopetegui, arm¨®nicos con la pelota, firmes en la trinchera, picantes ante Courtois... Pero una pifia de Bono le encapot¨® con todo a favor. Tan borroso estaba el Madrid cuando, ya con 0-1, Milit?o se aventur¨® con un disparo desde 33 metros. Un tiro a la desesperada, un remate que hubiera abrochado un monaguillo. El portero se acost¨® a su izquierda, quiso blocar lo que era bien atajable y la pelota se le escurri¨® contra un poste. Al rebote, Benzema, el m¨¢s cr¨¦dulo: 1-1. Tan seguro suele ser el guardameta marroqu¨ª que ning¨²n camarada intuy¨® semejante borr¨®n. Hasta el trallazo de Vinicius nadie hizo tanto por el Madrid como Bono.
Antes del espanto del meta sevillista, el cuadro andaluz maniobr¨® a su antojo, sin interferencias del Real, siempre a rebufo. Jord¨¢n, Rakitic y Fernando daban hilo al bal¨®n, Kound¨¦ se afiliaba con Montiel para arrestar a Vinicius y en ataque Mir y Ocampos daban la lata. Y, por encima de todos, Acu?a, hacia delante y hacia atr¨¢s. Un pe?azo para Asensio. Curioso el caso del balear, tan lejos del juego como cerca del gol, con dos disparos el¨¦ctricos con su zurda de seda.
Tan pedestre estaba el Madrid que antes del cuarto de hora, de bostezo en bostezo, Acu?a lanz¨® un c¨®rner y Rafa Mir cabece¨® a la red como en el sal¨®n de su casa. A su alrededor todo eran estalactitas en la zaga local. Y no ser¨¢ porque Mir sea un tipo chato. Todo lo contrario, un ariete de talla, cabeceador consagrado. Ni caso le hicieron los brigadas de Ancelotti.
Era la nader¨ªa el Madrid mientras el Sevilla atornillaba el bal¨®n, ya fuera en la retaguardia como en la medular. Ni pisadas de Vinicius, mucho menos de Asensio, relevo de Rodrygo, baja por problemas estomacales. Esta vez, ni la percha de Kroos y Modric, fuera de escena.
Doble ocasi¨®n
En plena efervescencia visitante, una errata may¨²scula de Carvajal en un pase hacia la zona caliente de Courtois deriv¨® en una doble ocasi¨®n de Rafa Mir. Alaba sac¨® la escoba bajo el larguero en su primer remate. Del segundo se ocup¨® Courtois, un parad¨®n. Nadie ped¨ªa paso en el Real, sin chicha, sin libreto. Lo contrario que su adversario, que encontr¨® la ruta de Ocampos. El larguero le escupi¨® un disparo con mala uva y Alaba le hizo un nudo tras un regate dentro del ¨¢rea. El ¨¢rbitro se hizo el lonchas. Lo mismo que los chivatos del VAR.
Vistos los avisos del Sevilla y lo pacato que estaba el Madrid, el cuadro de Ancelotti decidi¨® cerrar filas. Llegado el segundo tiempo, el equipo retrocedi¨® un largo tramo. Todos a resguardo en el andamio propio y a correr si alguien enchufaba a Vinicius. El conjunto de Nervi¨®n mantuvo su palique con la pelota, pero ya no dio con Courtois.
Todo en calma hasta que el t¨¦cnico italiano activ¨® el plan b. Al Madrid le faltaba nervio, piernas. Nada mejor que recurrir a Valverde y Camavinga, dos gregarios con energ¨ªa. Dos sonajeros. Otro Real. Sin alardes, pero con peso suficiente como para que reculara el rival y ya la pelota no solo estuviera a sus pies.
El arrebato final le sirvi¨® al Madrid. La guinda, el golazo de Vinicius. Tanto ha madurado el brasile?o que aparece hasta cuando no est¨¢. De repente, en un d¨ªa gris, nadie fue m¨¢s puntual con el gol que Vinicius. ?l fulmin¨® al Sevilla. Con un control de pecho sac¨® la cadena a su centinela, un eslalon de izquierda hacia el balc¨®n del ¨¢rea y un zapatazo lleno de metralla. Y Courtois, que siempre se gana un meritorio rengl¨®n, frustr¨® a los sevillistas en el tiempo a?adido con una estupenda parada tras un cabezazo de Delaney. De Courtois a Vinicius, en las buenas y en las malas, el Madrid sigue l¨ªder.
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