El Barcelona, ni con el viento a favor
El conjunto de Xavi se adelanta ante Osasuna con los goles de Nico y Abde, pero renuncia a la pelota, se refugia en el ¨¢rea y cede un empate en El Sadar
Acostumbrado a perder por no saber marcar un gol, el Bar?a tampoco pudo ganar el d¨ªa en que meti¨® dos en el cuadril¨¢tero de El Sadar. No tuvo personalidad ni autoridad para cerrar un partido que de forma reiterativa se puso de su parte, empe?ado en rechazar su suerte y dispuesto a abrazar su infortunio despu¨¦s de que Xavi anunciara el inicio de una nueva etapa en M¨²nich. Los azulgrana se espantaron con el 0-1 y el 1-2 y se vencieron al final como es costumbre en la Liga y antes en la Champions. No supieron tener la pelota y se condenaron ante un rival m¨¢s fuerte como Osasuna. Tuvieron miedo a perder y empataron un encuentro que ten¨ªan ganado pese a jugar sin delantero centro porque nadie supo constatar la presencia de Luuk de Jong.
Aunque sorprendi¨® con la elecci¨®n de los futbolistas, y especialmente por la apuesta de Umtiti, in¨¦dito desde mayo, Xavi fue consecuente con el ideario de Cruyff y el ejemplo del Dream Team, que invita al entrenador del Bar?a a responder a las situaciones l¨ªmite con una alineaci¨®n valiente dispuesta en 3-4-3. La presencia de los tres centrales es tan inexcusable como la de los dos extremos mientras que los cuatro centrocampistas forman en rombo y por tanto no hay sitio para el doble pivote ni los laterales, ausencia justificada adem¨¢s por la lesi¨®n de Alba y el mal papel de Dest.
Nadie tiene m¨¢s interiorizado el plan que los volantes de la Masia, protagonistas del 0-1 despu¨¦s de un pase profundo de Gavi y del desmarque, control y remate preciso de Nico. El atrevimiento de los j¨®venes contrastaba con la pasividad de los veteranos zagueros, est¨¢ticos en la defensa de una falta lateral que David Garc¨ªa cabece¨® sin oposici¨®n al fondo de la red de Ter Stegen un minuto despu¨¦s del gol de Nico: 1-1. Los centrales emborronaban las ayudas de los interiores y al Bar?a le costaba tanto cerrar como salir con el bal¨®n desde el ¨¢rea.
No hab¨ªa t¨¦rmino medio en la formaci¨®n de Xavi. Hab¨ªa jugadores sorprendentemente err¨¢ticos, como Busquets, y tambi¨¦n se contaban los intrascendentes, tarea en la que repite Frenkie de Jong y se sumaban Luuk de Jong y Demb¨¦l¨¦. Nadie daba continuidad al f¨²tbol desequilibrante de Abde ni acompa?aba al despliegue tremendo de Gavi. El extremo regateaba sin parar, osado y vertical, indescifrable para Osasuna. Abde encara y confunde a sus marcadores ante el asombro del p¨²blico porque su aspecto contrahecho y encorvado, tal que fuera un jorobado, disimula su capacidad para culebrear y sortear, omnipresente en el apretado El Sadar.
El Bar?a se subi¨® a la chepa de Abde y aguard¨® a que se venciera Osasuna. Los navarros guardaban su marco sin dificultad, solidarios y expectantes, confiados en la estrategia y en la generosidad de los azulgrana, protagonistas de errores groseros en cada partido sin necesidad de que ning¨²n rival les incomode, a veces despistados y en ocasiones asustados, faltos de liderazgo y jerarqu¨ªa, ya acostumbrados a las jugadas epis¨®dicas, como la del 1-2. El ¨¢rbitro consider¨® involuntaria una mano de Busquets despu¨¦s de un rechazo de Gavi y la contra acab¨® en gol de Abde.
Los muchachos de Arrasate se quedaron parados, convencidos de que el colegiado acabar¨ªa por pitar penalti, sin advertir que Mart¨ªnez Munuera hab¨ªa dado continuidad al juego, convencido de que no hab¨ªa infracci¨®n, y el bal¨®n acab¨® en el portal de Herrera. Demb¨¦l¨¦ centr¨® desde la banda derecha y Abde remat¨® con la derecha en el segundo palo, de extremo a extremo, imposible para el meta de Osasuna. El tanto enrabiet¨® a los navarros, que se fueron a por el remonte con su f¨²tbol intenso y vigoroso, dif¨ªcil de combatir para un equipo pusil¨¢nime como el Barcelona.
Cuatro centrales
Las faltas se sucedieron y empezaron a volar los centros por delante de Ter Stegen. Al portero le costaba salir, met¨ªa los pu?os como pod¨ªa, desquiciado con y sin bal¨®n, empotrado por el f¨ªsico de Osasuna. El guion demandaba control y fluidez por parte del Bar?a. Xavi no encontr¨® la manera de salir del ring a pesar de la combatividad de Gavi y acab¨® por juntar a cuatro centrales con la entrada de Mingueza. Iban los azulgrana a remolque del equipo de Arrasate. No sab¨ªan descansar con el bal¨®n, diezmados por las lesiones y sin referentes como Ansu y Memphis, y les faltaba mando y sapiencia para gobernar El Sadar.
El ¨ªmpetu navarro se acab¨® por imponer ante la montonera azulgrana en una segunda jugada, despu¨¦s de un saque de esquina, cuando Chimi ?vila enganch¨® el cuero a la entrada del ¨¢rea y la puso al poste derecho de Ter Stegen. El empate pareci¨® irremediable por el retroceso propiciado por los cambios y la actitud de los azulgrana, fr¨¢giles mental y f¨ªsicamente y tambi¨¦n desconfiados, sabedores de que su sufrimiento acabar¨ªa de mala manera, como tantas veces, como as¨ª fue: 2-2. No tiene el Bar?a equipo ni jugadores sino que vive del recuerdo, de su estilo y de la Masia. Abde evoc¨® a los mejores extremos mientras Gavi y Nico reportaron a los grandes interiores la jornada en que Xavi dispuso el 3-4-3 de Cruyff.
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