Vuelve el Bar?a, vuelve el cl¨¢sico
El cuadro azulgrana advirti¨® de que la reconstrucci¨®n va en serio por m¨¢s que sus partidos sean todav¨ªa irregulares e insuficientes para doblegar al impasible Madrid
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El motor del Madrid es la victoria y por tanto se remite al marcador, vencedor por quinta vez consecutiva ante el Bar?a. No tiene por qu¨¦ dar m¨¢s explicaciones que el resultado: 2-3. Nada que ver con el Barcelona. Los azulgrana buscan en cada partido, y especialmente contra los blancos, argumentos que justifiquen su raz¨®n de ser y anunciar su vuelta a la nobleza despu¨¦s de perder la cordura precisamente hace dos a?os en la Supercopa cuando era el l¨ªder de la Liga. Aquel d¨ªa despidi¨® a Valverde y se entreg¨® a un v¨ªa crucis que culmin¨® con el adi¨®s de Messi. La tortura est¨¢ siendo tan dura que un gesto o un detalle han servido para disimular la derrota y encumbrar prematuramente al Bar?a. Hasta la llegada del cl¨¢sico de Riad.
La actuaci¨®n azulgrana result¨® m¨¢s convincente que nunca si se compara con la que protagoniz¨® en unas circunstancias parecidas ante el Bayern de M¨²nich. El Barcelona compiti¨®, tuvo capacidad de reacci¨®n ante la adversidad y advirti¨® de que la reconstrucci¨®n va en serio por m¨¢s que sus partidos sean todav¨ªa irregulares e insuficientes para doblegar al impasible Madrid, un equipo que no tiene cosquillas cuando media un t¨ªtulo, incluso si se trata de la Supercopa.
Nunca se sabe a¨²n qu¨¦ partido le saldr¨¢ al Bar?a y en cambio no hay dudas sobre el f¨²tbol del Madrid. Hay momentos en que cuesta saber a qu¨¦ quiere jugar el equipo azulgrana mientras que al madridista le encanta correr, imparable hasta el 0-1. Los azulgrana se peleaban por entonces con la pelota, todav¨ªa impacientes e imprecisos, mientras los blancos dominaban los espacios, m¨¢s estables y con mejor cuajo, implacables con los errores del rival, que suelen ser abundantes a¨²n en el Barcelona. Las llegadas y las contras madridistas, propiciadas por las p¨¦rdidas o las jugadas mal acabadas de los azulgrana, eran m¨¢s clarividentes que la confusa ofensiva del Bar?a.
El partido era tan apetitoso para el Madrid que se confundi¨® y se acomod¨® hasta el punto de conceder el empate en un bal¨®n mal despejado por Milit?o que rebot¨® en Luuk de Jong. El equipo blanco pierde su gracia cuando se queda parado, no tiene la cintura ni la imprevisibilidad y menos el enga?o del Bar?a, personalizado en Demb¨¦l¨¦. El franc¨¦s percuti¨® por el costado izquierdo y con su perseverancia levant¨® el ¨¢nimo de su equipo a partir del 1-1. El gol alumbr¨® durante un rato a la mejor versi¨®n del Bar?a y a la m¨¢s desajustada del Madrid. Los azulgrana mostraron m¨¢s personalidad y recuperaron su identidad futbol¨ªstica en Arabia Saud¨ª.
Aunque no son perfectos, los partidos del Bar?a empiezan a tener picos desde que Xavi recupera futbolistas, alguno capital como Pedri y Ansu Fati, mucho m¨¢s decisivo que el debutante Ferran Torres. Las apariciones de Ansu Fati siempre anuncian el gol, incluso si el contrario es el Madrid. Ansu emergi¨® para negar moment¨¢neamente la victoria blanca despu¨¦s del tanto del virtuoso Benzema, presente, como solista o como punto final del juego del Madrid, que poco a poco se sobrepuso a los mejores momentos del Bar?a. La pr¨®rroga fue un regalo despu¨¦s de una semifinal preciosa, cambiante y racheada por el debate futbol¨ªstico de Bar?a y Madrid. R¨¢pido y pu?etero el uno y valiente e inconformista el otro, ambos derrengados, protagonistas de un cl¨¢sico tit¨¢nico, la mejor propaganda para la Supercopa.
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