La frustraci¨®n de Cristiano Ronaldo en el Manchester United
El portugu¨¦s no termina de encajar en el juego del equipo ni Rangnick de ver c¨®mo aprovechar su talento goleador, ahora en sus peores cifras
Aparte de en la zona de las camisetas de la tienda de Old Trafford, uno de los primeros lugares donde se sinti¨® la influencia del regreso de Cristiano Ronaldo al Manchester United fue en el rinc¨®n de la reposter¨ªa del comedor de la ciudad deportiva, el Aon Training Complex. El portugu¨¦s aprovechaba la hora del almuerzo para instruir sobre la importancia de la nutrici¨®n y las desventajas del az¨²car, que ¨¦l esquivaba con la misma vehemencia con la que hablaba. Despu¨¦s de estos sermones, pocos se lanzaban a por un pedazo de tarta. En particular, los jugadores m¨¢s j¨®venes.
No porque Cristiano les dijera directamente que no deb¨ªan comerlo, sino por la seriedad con la que les explicaba lo que ¨¦l hac¨ªa y por qu¨¦. El aterrizaje del portugu¨¦s en un vestuario siempre supone una sacudida de exigencia, que comienza siempre por ¨¦l mismo y suele tener un efecto como de descarga el¨¦ctrica sobre gran parte de quienes le rodean. David de Gea explicaba el fen¨®meno en una entrevista en EL PA?S: ¡°Solo con verle entrar por la puerta ya te entran ganas de hacerlo bien, de demostrar que est¨¢s al nivel. El t¨ªo se cuida mucho, trabaja mucho, es muy exigente consigo mismo. Eso es bueno para todos los chavales, que ven c¨®mo tienes que cuidarte si quieres estar muchos a?os al m¨¢ximo nivel¡±. Sin tarta.
Por supuesto, con eso no basta. El regreso de Cristiano a Old Trafford est¨¢ resultando frustrante tanto para ¨¦l como para los aficionados, que vieron c¨®mo el despido de Solskjaer en noviembre y la contrataci¨®n del alem¨¢n Ralf Rangnick para el banquillo no sirvieron para que el juego del equipo cogiera cuerpo. A principios de este mes cayeron eliminados en la FA Cup por el Middlesbrough, de Segunda, y en la Premier aguantan el cuarto puesto por los pelos, con se?ales de que se encuentran m¨¢s cerca de quedar fuera de los puestos de Champions que de asaltar los primeros lugares del campeonato.
Han crecido las tensiones en el vestuario, se ha abierto el debate p¨²blico sobre si Maguire debe seguir llevando el brazalete de capit¨¢n y hace semanas que se duda abiertamente si de verdad ten¨ªa sentido contratar a Cristiano.
No ha sido as¨ª todo el tiempo. Su vuelta supuso un chute emocional para la hinchada del United, temerosa durante el verano de que su viejo ¨ªdolo recalara en el City de Guardiola. El anuncio del fichaje, el 31 de agosto, en las ¨²ltimas horas del mercado, fue una sorpresa hasta para Solskjaer. Enseguida se integr¨® en el grupo de los portugueses y los hispanohablantes, algunos de los cuales se refieren en privado a ¨¦l como El Bicho.
Despu¨¦s, su presencia ha funcionado como un enigma nunca del todo resuelto, primero para Solskjaer y luego para Rangnick. El plan no termina de acomodarse a ¨¦l, ni ¨¦l de encontrar acomodo en el plan que necesita el equipo. En la Premier registra sus peores datos goleadores en 17 a?os: 0,46 tantos cada 90 minutos. El baj¨®n no parece solo atribuible a que acabe de cumplir 37 a?os, ya que la temporada pasada con la Juventus su promedio era de 0,93 y la anterior, de 0,96.
El United no termina de ajustarse arriba y tampoco abajo: David de Gea no recib¨ªa tantos tiros a puerta por partido (4,81) desde su ¨²ltima temporada en el Atl¨¦tico, hace m¨¢s de 10 a?os.
Mensaje de descontento
El panorama frustra al ambicioso Cristiano. Tanto que en enero concedi¨® una entrevista en la que juzg¨® el momento con dureza. No es que no escondiera su descontento, sino que precisamente pretend¨ªa que su descontento se conociera: ¡°Seamos sinceros. En los ¨²ltimos cinco o seis partidos, ?crees que el United ha jugado bien? No, todo el mundo lo sabe¡±, dijo. ¡°Debe ganar la liga, quedar segundo o tercero. No concibo otra posici¨®n para el Manchester United. No acepto que nuestra mentalidad sea menos que quedar entre los tres primeros de la Premier¡±.
Tambi¨¦n lanz¨® un mensaje que pareci¨® dirigido al banquillo: ¡°Tenemos que meternos en la cabeza que somos capaces de cambiar las cosas ahora. S¨¦ la manera pero no voy a decirla porque no ser¨ªa ¨¦tico por mi parte¡±. Unos d¨ªas despu¨¦s, varios futbolistas se reunieron con Rangnick para manifestarle su desilusi¨®n.
El portugu¨¦s tambi¨¦n le ha mostrado su desacuerdo en p¨²blico, como cuando en el partido contra el Brentford, con 0-2 a favor, lo cambi¨® en el minuto 71. Cristiano sali¨® maldiciendo. Rangnick se sent¨® a su lado, le agarr¨® de la manga y le habl¨® al o¨ªdo: ¡°Cuando seas entrenador, lo ver¨¢s de otro modo¡±, cont¨® luego que le hab¨ªa dicho.
No es entrenador, ni preparador f¨ªsico, ni nutricionista, pero muchas veces tanto lo que dice como su ejemplo surten incluso m¨¢s efecto. Como con el carro de los postres.
En cualquier caso, lo que se juega esta noche en el Metropolitano es la Champions, y ah¨ª ha encontrando cierto consuelo: est¨¢ en su mejor promedio anotador (1,26) desde la temporada 2015-16, en el Madrid, y ha marcado dos goles de ¨²ltimo instante (contra el Villarreal y el Atalanta) de los que, en plena explosi¨®n, disipan dudas y reconcilian con la hinchada unos cuantos d¨ªas.
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