Armand Duplantis bate el r¨¦cord del mundo de salto con p¨¦rtiga con una marca de 6,20 metros
El atleta sueco, de 22 a?os, ya hab¨ªa logrado una mejor marca de 6,19 m durante un mitin en Belgrado el 7 de marzo
El salto con p¨¦rtiga, dicen los f¨ªsicos, parece complejo, pero no, una simple ecuaci¨®n f¨ªsica puede predecir con exactitud la altura que sobre el list¨®n alcance cualquier atleta, incluso uno tan extraordinario como Mondo Duplantis, el prodigio sueco, oro en los Mundiales de Belgrado con un vuelo de 6,20m, r¨¦cord del mundo. Y los f¨ªsicos, mostrando sus grandes conocimientos, se sueltan a hablar de la conversi¨®n de la energ¨ªa cin¨¦tica en energ¨ªa potencial y de nuevo cin¨¦tica y finalmente potencial, el¨¢stica y gravitatoria¡ Y no hablan inteligiblemente para los legos m¨¢s que, reconociendo tambi¨¦n sus l¨ªmites, los l¨ªmites de la f¨ªsica, a?aden, vale, pero claro, para ejecutar bien un salto y tantas transferencias de energ¨ªa, que ni se crea ni se destruye, solo se transforma, y le medimos en kilojulios, para todo ello, necesitamos que el atleta que salte debe tener la velocidad de un sprinter de primer nivel, la fuerza en las piernas de un saltador de longitud, la agilidad de un gimnasta y la flexibilidad de una bailarina.
Acab¨¢ramos. Piden un imposible. O no. Piden un Mondo.
Duplantis, se sabe, y lo aprecia desde las gradas, absorto, el italiano Marcell Jacobs, campe¨®n ol¨ªmpico de los 100m y mundial de los 60m y saltador de longitud hasta hace nada, corre los 100m en 10,50s, y salta m¨¢s de 7,20m. Dos condiciones las cumple. De sus habilidades gimn¨¢sticas hablan sus piruetas cuando sale catapultado pies por delante, cabeza abajo, un proyectil hacia el list¨®n, su giro en L, bien bajo el centro de gravedad sobre la barra, su descenso, y lo aplaude, tambi¨¦n en las gradas, la campeona de altura, Yaroslava Mahuchikh. Y sus dotes de bailar¨ªn las exhibe feliz antes de sus ¨²ltimos saltos, improvisando unos pasos de una danza t¨ªpica serbia, algo parecida al sirtaki que invent¨® Teodorakis, ante la hilaridad y los aplausos del p¨²blico feliz.
¡°No es el modelo Bubka, que era un coloso f¨ªsico supermusculado¡±, explica Adri¨¢n Vall¨¦s, pertiguista espa?ol de 5,70m que trabaja con las tecnolog¨ªas del futuro en el centro de bigdata de Telef¨®nica. ¡°El ucranio era m¨¢s estructurado. Un saltador hecho tras un aprendizaje laborioso. Mondo es como si llevara la p¨¦rtiga en los genes, lo hace todo innato, como los genios. Bubka era, sencillamente, mucho m¨¢s fuerte¡±.
Mondo es clavado al perfil que exigen los f¨ªsicos, el de un muchachito sueco que, en el ambiente sobrecargado y chill¨®n del pabell¨®n que acogi¨® un festival de Eurovisi¨®n, el evento m¨¢s recordado en un Belgrado de posguerra, sonr¨ªe angelical, charla ausente, y espera, de pie, con una p¨¦rtiga de 5,20 metros de largo apoyada por la base en el suelo, a que los jueces del Mundial ajusten el list¨®n a 6,20 metros, la altura nunca antes intentada por nadie, ni por los m¨¢s grandes de la historia, ni por Bubka siquiera ni por Renaud Lavillenie. Y solo el franc¨¦s intent¨® una altura superior. Fue hace ocho a?os, cuando despu¨¦s de batir con 6,16m el ¨²ltimo r¨¦cord de Bubka, exaltado, intent¨® 6,21m, y se lesion¨® en el intento. Hace ya casi cinco horas que su vida gira en un espacio de 50 metros por cuatro, una lista de moqueta azul de 45 metros cuidadosamente aspirada al mediod¨ªa de la arena del foso vecino que salta de las suelas de las saltadoras de longitud y triple. Est¨¢ en su casa, en la misma pista, el mismo saltadero y cajet¨ªn en el que hace dos lunes consigui¨®, al 51? intento, dejar en 6,19m el r¨¦cord del mundo que ¨¦l pose¨ªa ya desde hace dos a?os, cent¨ªmetro a cent¨ªmetro, 6,17m, 6,18m¡
Hace ya unos cuantos minutos que se ha proclamado, por fin, el t¨ªtulo que no ten¨ªa, campe¨®n del mundo. Ha necesitado para ello solo cuatro saltos, sobre 5,60m, 5,85m, 5,95m y 6,05m, uno m¨¢s de lo esperado y de lo habitual en sus concursos pues el brasile?o Thiago Braz, el campe¨®n ol¨ªmpico de R¨ªo, ha logrado saltar a la tercera los 5,95m y ha forzado un desempate en 6,05m, con los que no pudo. Ya ha dejado el terreno libre al sueco volador, como antes lo hab¨ªa hecho el norteamericano Christopher Nilsen, que no pas¨® de 5,90m.
Como para Yulimar Rojas, por la ma?ana, el oro es solo la mitad de su objetivo; la otra mitad, la de la b¨²squeda constante, el desaf¨ªo siempre a sus l¨ªmites, la ten¨ªa delante. Arriba. En el primer intento y en el segundo entra lento, no dobla la p¨¦rtiga, aborta sus vuelos, pasa por debajo del list¨®n y cae de pie. ?Ser¨ªa este el comienzo de otra obsesi¨®n como la que padeci¨®, dos a?os enteros, con los 6,19m? El temor se borra r¨¢pido. Menos de cinco segundos tarda Mondo, 20 pasos, en recorrer los 45 metros con los dos kilos de la pesa, y su desequilibrio correspondiente, antes de clavarla seguro en el cajet¨ªn, empezar a doblarla antes de despegar los pies del suelo, un despegue suave, fluido, y salir disparado para responder a las exigencias de la f¨ªsica, y demostrar a los ateos eso de la transformaci¨®n din¨¢mica de la energ¨ªa. Pasa por encima del list¨®n, que tiembla en su descenso, y resiste. Y as¨ª, al tercer intento, se convierte en la primera persona que supera los 6,20m. Un cent¨ªmetro m¨¢s para ¨¦l, un vuelo infinito para el atletismo.
¡°A veces pasan cosas que no se pueden explicar. Cada vez que estoy en Belgrado tengo esta sensaci¨®n de que voy a hacer algo especial¡±, dice. ¡°No hay l¨ªmites. El cielo es el l¨ªmite¡±.
Pero el presentador que le interroga le encuentra un l¨ªmite. ?Sabes decir gracias en serbio?, le pregunta. ¡°No, responde, pero s¨¦ bailar la danza serbia¡¡± Y levanta los brazos en abrazo y mueve los pies ligeros de bailarina.
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