Ana Matnadze: ¡°De mi rival lo investigo todo. Qu¨¦ le asusta, qu¨¦ siente, a qu¨¦ tiene miedo, qu¨¦ le gusta. Todo est¨¢ en la forma de jugar¡±
La ajedrecista espa?ola habla de la infancia en su pa¨ªs de nacimiento, Georgia, de las partidas de ni?a contra su madre, de aperturas, de man¨ªas y ego: ¡°No creo que haga falta. En ajedrez no se puede ser el mejor¡±
Ni?a prodigio del ajedrez mundial a los seis a?os, pentacampeona de Europa y campeona del mundo sub-10 y sub-14. Gran Maestra Femenina en 2002 y Maestra Internacional en 2006. Licenciada en Filolog¨ªa Germ¨¢nica, habla espa?ol, catal¨¢n, georgiano, ruso, alem¨¢n, ingl¨¦s y portugu¨¦s. Enganchada a Espa?a desde los veinte a?os, se nacionaliz¨® espa?ola y vive desde 2004 en Barcelona. Se llama Ana Matnadze (Telavi, Georgia, 1983). ¡°Mis problemas¡±, dice en un momento de esta entrevista telef¨®nica, ...
Ni?a prodigio del ajedrez mundial a los seis a?os, pentacampeona de Europa y campeona del mundo sub-10 y sub-14. Gran Maestra Femenina en 2002 y Maestra Internacional en 2006. Licenciada en Filolog¨ªa Germ¨¢nica, habla espa?ol, catal¨¢n, georgiano, ruso, alem¨¢n, ingl¨¦s y portugu¨¦s. Enganchada a Espa?a desde los veinte a?os, se nacionaliz¨® espa?ola y vive desde 2004 en Barcelona. Se llama Ana Matnadze (Telavi, Georgia, 1983). ¡°Mis problemas¡±, dice en un momento de esta entrevista telef¨®nica, ¡°los resuelvo en el tablero¡±.
Pregunta. ¡°Yo no ha tenido dificultades para poder jugar por el hecho de ser mujer sino todo lo contrario¡±, dijo.
Respuesta. No no solo fue un obst¨¢culo, sino que el deporte femenino en Georgia es el deporte predominante, sobre todo el ajedrez femenino. All¨ª las figuras son mujeres.
P. ?A qu¨¦ cree que se debe?
R. Cultural e hist¨®ricamente la mujer en Georgia siempre ha tenido un papel muy activo. Est¨¢ documentado que en el siglo XII ya hab¨ªa una reina. Y esa ¨¦poca fue la edad de oro de Georgia. El poeta de su palacio le dedic¨® un libro donde dice: ¡°Los cachorros de un le¨®n son iguales, sean hembras o machos¡±. Es muy famoso ese libro, lo puedes buscar [Matnadze se refiere a la reina Tamara, de la que cant¨® el poeta: ¡°Sus obras se revelan brillantes, al fin y al cabo los cachorros de un le¨®n son iguales a sus progenitores, ya sean hombres o mujeres¡±].
P. Su madre le ense?¨® a jugar.
R. A los cuatro a?os.
P. Su padre.
R. Mi padre no sabe jugar [se parte de risa]. Es incre¨ªble. O sea, es que no sabe ni colocar las piezas. Me sigue en los torneos, le gusta el ambiente, est¨¢ orgulloso de m¨ª y cuando vemos una partida me dice: ¡°Y ahora qu¨¦ hacen, por d¨®nde se mueven¡±.
P. ?Recuerda la primera vez que le gan¨® a su madre?
R. No, pero s¨ª cuando nos inscribimos las dos por primera vez en un torneo. ?Y me toc¨® con ella! Fue una partida larga. Le gan¨¦, pero no creo que fuera la primera vez. Tampoco s¨¦ si jug¨® concentrada del todo. Yo no creo que una madre pueda jugar contra su hija, ni que se alegre de ganar ella y no su hija.
P. A los diez a?os gan¨® el Campeonato del Mundo por expreso pedido del presidente de su pa¨ªs.
P. El presidente de Georgia entonces era Eduard Shevardnadze, un pol¨ªtico muy famoso. Yo jugaba en sub 10, y me tocaba una rival china. Llevaba tres puntos de tres, y ella tambi¨¦n. Entonces las chinas acababan de aparecer en el horizonte. Eran muy, muy buenas. Y yo ten¨ªa much¨ªsimo miedo en esa partida. As¨ª que me traen el tel¨¦fono y me dicen: ¡°Coge, tienes una llamada¡±. Y yo contesto: ¡°?Qu¨¦ pasa, qui¨¦n es?¡±. Un hombre me dice que lo estamos haciendo muy bien y me pregunta qu¨¦ tal estamos. Me sonaba la voz, pero no sab¨ªa qui¨¦n era. Le respondo que estamos bien, y ¨¦l me dice: ¡°Ya sabes que lo est¨¢s haciendo muy bien, haced lo que mejor sab¨¦is hacer¡±. Despu¨¦s pregunt¨¦ qui¨¦n era y me dijeron que era el presidente Shevarnadze.
P. Cuando me dijo que el ajedrez era el deporte rey no imagin¨¦ que al punto de que el presidente del pa¨ªs estuviese pendiente del Campeonato del Mundo sub-10.
R. Cuando ganamos, nos recibi¨® en su residencia. Siempre ten¨ªamos mucha atenci¨®n de los presidentes y ministros, recuerdo much¨ªsimas recepciones.
P. ?La gente sigue las partidas por televisi¨®n?
R. ?S¨ª, s¨ª! As¨ª se aficion¨® mi madre. Tambi¨¦n hay programas dedicados al ajedrez. De hecho mi madre aprendi¨®, ella sola, viendo un programa de televisi¨®n.
Ten¨ªa diez a?os cuando, antes de una partida decisiva, me llam¨® el presidente Shevardnadze: ¡°Haz lo mejor que sabes hacer¡±. El ajedrez es el deporte predominante en Georgia
P. He le¨ªdo que le gustan much¨ªsimo los estilos ¨²nicos que ten¨ªan Capablanca y K¨¢rpov. ?C¨®mo definir¨ªa su estilo?
R. Yo dir¨ªa que vers¨¢til.
P. ?Se adapta al rival?
R. S¨ª, me preparo mucho seg¨²n el rival contra el que juegue.
P. ?Cu¨¢ntas horas puede dedicar a estudiar sus partidas?
R. No son las partidas. No s¨¦ si esto lo he dicho alguna vez, pero ahora te lo digo. No son las partidas: yo me estudio al rival completo. Hay muchos rivales a los que ya conozco desde siempre porque son las ¡®bestias negras¡¯, ese tipo de gente con el que siempre te cruzas y te bates hasta el final. Los estudio obsesivamente. Y contra los que nunca he jugado..., de ellos lo busco todo, no s¨®lo partidas: fotos, v¨ªdeos. Intento saber qu¨¦ tipo de persona es: qu¨¦ le asusta, qu¨¦ siente, a qu¨¦ tiene miedo, qu¨¦ le gusta. Porque una forma de jugar define a la persona y tambi¨¦n su car¨¢cter. Puede que sepas c¨®mo es. Pero los gestos, ?c¨®mo se controlan? Hay jugadores muy expresivos y hay jugadores a los que no se les nota nada. Hay de todo.
P. Dos personas sentadas una delante de la otra. Psicol¨®gicamente es un juego agotador.
R. Mucho.
P. Hay algo de jugadores de p¨®ker
R. Exactamente.
P. Usted tiene la jugada en la cabeza, sabe c¨®mo va a matar al rival. Pero no puede hacer que sospeche nadie, no puede mirar a ciertos sitios.
R. Lo que tienes que adivinar del rival son los gestos que hace adrede y los que realmente le salen de forma natural. Es muy interesante. A m¨ª me ocupa mucho tiempo esto.
P. ?Tiene una apertura concreta favorita?
R. Siempre me han gustado los retos. Hay aperturas que no me salen bien, pero yo estoy dale que dale. No me acaban de salir y aunque le dedico mucho tiempo, no hay manera. Me gusta el proceso de tomar una apertura, si se puede decir as¨ª. Hay gente que dice: ¡°?Por qu¨¦ no haces algo m¨¢s acorde a tu estilo?, ?por qu¨¦ te buscas problemas?¡±. Pero a m¨ª lo que m¨¢s me gusta es la b¨²squeda, el proceso y el camino. Me divierto un poquito m¨¢s. Y hay aperturas que, por muy bien que queden, ni me gustan ni me encuentro c¨®moda con ellas. Un buen ajedrecista o una buena ajedrecista deber¨ªa saber caminar donde por m¨¢s inc¨®modo le resulta.
P. Para aprender.
R. Es lo que m¨¢s me gusta. Donde mejores resultados he tenido no ha sido con mi apertura preferida. Pero, a¨²n as¨ª, la he jugado porque hac¨ªa falta ganar y era necesario puntuar. La apertura que m¨¢s me definir¨ªa, donde he tenido buenos resultados y con la que tambi¨¦n me han dado muchas hostias, es la siciliana. Le he cogido cari?o, pero me ha costado muchos a?os.
P. ?Cu¨¢nto tiempo entrenaba de ni?a?
R. Diez horas al d¨ªa.
P. ?En qu¨¦ consist¨ªan esos entrenamientos?
R. Analizar repertorio. Tener un repertorio muy flexible, analizar cuestiones desconocidas y cuestiones que s¨ª eran conocidas, pero con las que no est¨¢bamos de acuerdo. Buscar agujeros en una posici¨®n y esas cosas. No entren¨¢bamos algo que ya pod¨ªamos hacer por nuestra cuenta. Por ejemplo, jugar una partida que sale en una revista o un libro. Eso lo pod¨ªamos hacer en casa. Cuando hab¨ªa un Mundial, un Europeo, un clasificatorio o alguna partida muy importante, el entrenamiento era algo muy espec¨ªfico. Y consist¨ªa en eso: en analizar.
Si he le¨ªdo algo lo leo otra vez para comprobar que lo he le¨ªdo antes; si he mirado el reloj, lo vuelvo a mirar para ver si lo he mirado bien. Es un problema: si no te f¨ªas de ti mismo, no te f¨ªas de nada.
P. ?Se necesita vanidad para jugarse la vida en un tablero?
R. Depende. Tampoco hace falta ser egoc¨¦ntrico. Pero s¨ª es necesario desconectarse del mundo completamente.
P. A Bobby Fischer le preguntaron cuando era ni?o cu¨¢l era el jugador m¨¢s fuerte del mundo. Puso una cara tan alucinada que el reportero le dijo: ¡°Bueno, aparte de ti, claro¡±.
R. En cada jugador debe haber el deseo de ser el mejor en alg¨²n momento. Pero sabiendo que no va a ser as¨ª. Porque en ajedrez no puedes ser el mejor. ?El mejor para qui¨¦n? ¡°El mejor es el que lo ha ganado todo¡±. Si no eres el que lo ha ganado todo, entonces no eres el mejor y ya est¨¢. A efectos pr¨¢cticos es as¨ª. El ajedrez es una superaci¨®n constante. Puede ser feliz cuando te superas cada d¨ªa y no serlo cuando ganaste un torneo determinado. O sea: dura muy poco. Ganaste un Mundial y al d¨ªa siguiente te tienes que preparar para otro. As¨ª que mucho ego no hace falta. Lo que s¨ª que hace falta es tener esa hambre de superarte a ti misma, d¨ªa tras d¨ªa.
P. ?Tiene mucho impacto el ajedrez en tu vida? No me refiero al juego, sino a un cierto sentido de conducirse fuera del tablero.
R. Totalmente. Yo en cada ¨¢mbito de mi vida estoy calculando igual. Obviamente no con f¨®rmulas de ajedrez pero, por ejemplo, no me gusta perder el tiempo y me gusta siempre estar muy bien informada sobre todo lo que me rodea. Veo que tambi¨¦n, en la vida diaria, utilizo muchas cosas que utilizo en el juego, como la disciplina. Hay muchos estilos de juego. Y tambi¨¦n hay buen¨ªsimos jugadores que son muy poco disciplinados. Pero yo personalmente me considero una jugadora muy disciplinada, porque as¨ª me siento m¨¢s segura. Pero hay jugadores que pueden no dormir e ir perfectamente a jugar. Al final la disciplina la tienes que encontrar, aunque sea una disciplina propia, tuya, muy sui generis.
P. Kasp¨¢rov escribi¨® un ensayo, C¨®mo la vida imita al ajedrez. En ¨¦l hablaba de varias fobias que con el tiempo fueron contrayendo leyendas de ese deporte. Por ejemplo, Akiba Rubinstein. Empez¨® a ser v¨ªctima de una timidez patol¨®gica y despu¨¦s de hacer un movimiento corr¨ªa a esconderse en un rinc¨®n de la sala para esperar a la r¨¦plica del adversario.
R. Cada uno tiene lo suyo [r¨ªe]. Igual habr¨¢ gente que lo niegue. Pero yo s¨ª que tengo varias man¨ªas.
P. ?Por ejemplo?
R. El double check, o sea, comprobar dos veces algo. Todos los que me conocen se r¨ªen porque tengo la man¨ªa de no fiarme de nada. A veces es muy c¨®mico. Si he le¨ªdo algo lo leo otra vez para comprobar que lo he le¨ªdo antes; si he mirado el reloj, lo vuelvo a mirar para ver si lo he mirado bien. Me he pillado muchas veces en esas cosas, y es un problema: si no te f¨ªas de ti mismo, no te f¨ªas de nada.
P. ?Qu¨¦ pieza le gusta m¨¢s mover? ?Tiene alguna preferida?
R. Mi favorita es el caballo, pero he ido cambiando. Al principio era la m¨¢s fuerte. Luego dices: no, las diagonales, o pensaba que la torre. Ahora mismo es el caballo.
P. Es su mejor asesino.
R. Estoy descubriendo cosas de ¨¦l a las que antes no le prestaba mucha atenci¨®n. Maniobras interesantes, pero no las que todo el mundo conoce. Algo m¨¢s profundo, supongo.
P. ?Qu¨¦ le ha pasado en Espa?a para quedarse aqu¨ª primero y nacionalizarse despu¨¦s?
R. Vamos a dejarlo en una frase: fue un amor a primera vista. Ya est¨¢. No voy a especificar.
P. No va a especificar si paisaje, comida o ser humano, por ejemplo.
R. Exactamente. Fue un conjunto: Espa?a para m¨ª fue un flechazo, fue un amor a primera vista. Dej¨¦moslo ah¨ª [r¨ªe].
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.