Simeone: ¡°Los que tienen un gran l¨¦xico te alaban con un desprecio¡±
El entrenador del Atl¨¦tico lanza mensajes subliminales a Guardiola tras un partido que disgust¨® al t¨¦cnico del City y a sus futbolistas. ¡°Nos olvidamos de jugar¡±, dijo el t¨¦cico espa?ol
Los vagones de la l¨ªnea Siete del Metro de Madrid en direcci¨®n al Hospital del Henares transportaron durante horas a la multitud embargada por la gran inc¨®gnita. ?Y ahora qu¨¦? Se los identificaba por las camisetas a rayas rojiblancas, las miradas anhelantes, las preguntas sin respuestas y las ideas peregrinas. ¡°?Tenemos que aguantar todos metidos atr¨¢s, que alguna meteremos de rebote!¡±, bromeaba un joven que, como la mayor¨ªa de su tribu, no dramatizaba sobre un problema con forma de paradoja. ?C¨®mo hace un equipo construido en el h¨¢bito del contragolpe para transformar su naturaleza de la noche a la ma?ana, solo porque necesita meter dos goles para remontar un 1-0? El r¨ªo humano que llen¨® el Metropolitano mientras ca¨ªa el sol descubri¨® al entrar la noche que no todas las soluciones dependen de uno mismo. A veces los oponentes acuden al rescate cuando menos se los espera. Porque el Manchester City, fuente de todos los problemas de Simeone hace una semana en la ida de los cuartos de la Champions, se transform¨® en un aliado involuntario.
Hubo un cambio radical en el comportamiento que normalmente define los partidos del City. Donde sus jugadores suelen meter pases de riesgo a compa?eros que se desmarcaban en apoyos r¨¢pidos, con balones en el n¨²cleo de la presi¨®n del contrario, entre los centrales y los interiores rivales, esta vez optaron por entregarse la pelota por afuera, lejos de las zonas ocupadas por los defensores del Atl¨¦tico, en un intento por asegurar la pelota y los posicionamientos. La rutina revel¨® el aparente desinter¨¦s de Guardiola por emplear las posesiones para desgastar f¨ªsicamente a su adversario, a cambio de protegerse en defensa. Paulatinamente, las asociaciones entre hombres como Rodri, Bernardo Silva o G¨¹ndogan, revelaron m¨¢s intenciones especulativas que agresivas. En sinton¨ªa con la sopor¨ªfera segunda mitad del partido de Premier que los enfrent¨® al Liverpool el domingo, los jugadores del City salieron al Metropolitano a contemporizar, a bajar el ritmo de la confrontaci¨®n, a cuidar el statu quo del 1-0. Cuidaron el orden, a menos a corto plazo. En el proceso, sin embargo, permitieron al Atl¨¦tico mantenerse f¨ªsicamente fresco. Aliviados porque no los forzaban a desplazarse con brusquedad, Koke, Kondogbia, Felipe y Savic, no solo no flojearon sino que se consolidaron con el transcurso de los minutos. Alrededor de su fort¨ªn comenzaron a prosperar Joao Felix, Griezmann, Lemar y De Paul en ataques cada vez m¨¢s prolongados. Cuando el City quiso reaccionar, ya no pudo cambiar de ritmo. Paso a paso, el equipo ingl¨¦s acab¨® metido en su ¨¢rea.
De negro como un cura, Guardiola contempl¨® las evoluciones de los equipos arrodillado sobre la hierba. El gesto de preocupaci¨®n indicaba que no estaba conforme con lo que ve¨ªa. ¡±Nos hemos olvidado de jugar¡±, dijo en Movistar, cuando acab¨® la refriega. ¡°Hoy hemos celebrado pero podr¨ªamos estar eliminados. Si jugamos as¨ª la semifinal de la Copa [contra el Liverpool, el s¨¢bado] vamos a perder. La gente ha estado bien en la primera parte, en la segunda no es que hemos estado mal, es que el Atl¨¦tico estuvo muy bien. Y cuando este equipo juega as¨ª y te aprietan y llegan por banda y te meten balones... Nosotros pas¨¢bamos la pelota sin pensar en mejorar la situaci¨®n del compa?ero que la recib¨ªa. Hemos resistido. Pero el resultado pudo caer del otro lado¡±.
Sin quererlo, el City suministr¨® combustible a su rival al tiempo que sacaba del partido a algunos de sus propios futbolistas. Hubo jugadores que comenzaron a dar muestras de desconexi¨®n desde los primeros minutos de acci¨®n. El primero fue Kevin de Bruyne. El autor del ¨²nico gol de la eliminatoria se mostr¨® pesado en Madrid. Suele ocurrirle en los partidos trascendentales.
De Bruyne dio la impresi¨®n de encontrarse fuera de forma. Cada vez que hizo un giro, sufri¨®. Cada vez que hizo un movimiento lateral se mostr¨® lento. Sus desplazamientos se limitaron a las conducciones con mucho espacio. Cuando los marcadores del Atl¨¦tico se le arrimaron prefiri¨® que no le dieran la pelota. Si el City perdi¨® la pelota, fue el ¨²ltimo en presionar.
Rodri: ¡°Sab¨ªamos que ven¨ªamos a una batalla¡±
Convertido en un lastre para el City a la hora de presionar, De Bruyne tambi¨¦n fue una r¨¦mora en los momentos en que su equipo procur¨® circular la pelota. En el minuto 64 Guardiola lo convirti¨® en el primer sustituido. Lo quit¨® por Sterling y el belga se retir¨® del campo con una cojera ostensible. El rostro enrojecido y el gesto contrariado recordaron a su accidentada salida de la ¨²ltima final de Champions, donde le lesionaron mientras completaba un mal partido.
Dijo Julian Nagelsmann, el entrenador del Bayern, que hay partidos que se ¡°emocionalizan¡±, y as¨ª escapan al control intelectual de entrenadores y futbolistas. Si la emocionalizaci¨®n, adem¨¢s de un neologismo, pudiera jerarquizarse, los ¨²ltimos minutos del Metropolitano romper¨ªan el r¨¢nking. El repliegue del equipo visitante coincidi¨® con el estallido. Se alternaron las llegadas del Atl¨¦tico con las peleas entre futbolistas y hasta que no intervino la Polic¨ªa Nacional no se acabaron las hostilidades, redobladas en el t¨²nel de vestuarios entre Savic y Grealish, protagonistas de un litigio singular despu¨¦s de que el montenegrino le tirase del pelo al ingl¨¦s.
¡°Ya sab¨ªamos que ven¨ªamos a una batalla, a una guerra¡±, dijo Rodri al terminar la faena. ¡°Nos ha costado. No ha sido nuestro mejor partido. Acusamos la tralla de partidos que llevamos. El equipo est¨¢ un poco cansado y ellos se han encontrado f¨ªsicamente m¨¢s enteros, sobre todo en segundos balones¡±.
Diego Simeone, el t¨¦cnico del Atl¨¦tico, articul¨® un discurso sereno y punzante a la vez. ¡°El resultado sirve¡±, zanj¨®, cuando le sugirieron que el 0-0 se quedaba en un esfuerzo vano ya que no clasificaba al Atl¨¦tico. ¡°Sirve para nuestro orgullo y el de nuestra gente, que ha visto un equipo que compite como competimos. La gente estuvo enorme. Esa comuni¨®n es muy dif¨ªcil de ver en un estadio¡±.
¡°Muchas veces, aquellos que tienen un gran l¨¦xico son muy inteligentes y te alaban con un desprecio¡±, dijo Simeone, tal vez en relaci¨®n a las palabras de Guardiola refieri¨¦ndose al f¨²tbol del Atl¨¦tico como algo ¡°prehist¨®rico¡±. El t¨¦cnico argentino sonri¨®: ¡°Nosotros no somos tan tontos; es solo que quiz¨¢s tengamos menos l¨¦xico. Lo que tengo claro es que estamos orgullosos de lo que somos y de c¨®mo competimos. Y me encanta ver a los que festejan cuando las cosas salen bien porque eso demuestra que lo que importa siempre es ganar¡±.
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