Domingo de Pascua: Dios o f¨²tbol
Italia sigue sin disputar encuentros el d¨ªa de la Resurrecci¨®n de Jesucristo, ¨²nica concesi¨®n a la vieja aspiraci¨®n de la Conferencia Episcopal de liberar del bal¨®n los domingos
El cielo y el estadio rivalizaron siempre por la comuni¨®n de sus fieles en domingo. La lucha se construy¨® en el siglo XIX, y ninguno de los dioses escatim¨® en una guerra de la que depender¨ªa su supervivencia en los siguientes 150 a?os. El f¨²tbol, un deporte sostenido por el ocio obrero, encontr¨® en el domingo el ¨²nico momento para congregar a la parroquia y entregarse a los 90 minutos que permit¨ªan olvidar el sabor amargo de la semana. Y gan¨® por goleada. Pero en algunos lugares, como en Italia, el frente religioso no se resign¨®. La Conferencia Episcopal luch¨® hace d¨¦cadas sin gran ¨¦xito por eliminar el f¨²tbol los domingos. Y cuando la Serie A decidi¨® adelantar los partidos a las 12.30 estall¨® la guerra definitiva. ¡°Se trata de una invasi¨®n de campo¡±, proclam¨® encolerizado el obispo de B¨¦rgamo, monse?or Carlo Mazza. Otra cosa era el domingo de Pascua, territorio vetado todav¨ªa al sur de los Alpes para el balompi¨¦.
El domingo de Pascua en Italia se come cordero y la famosa colomba, un panettone revisitado con almendras y esforzada forma de pich¨®n (llegar¨¢ a Espa?a, ver¨¢n). Pero el viejo ayuno de Cuaresma se mantiene para el f¨²tbol. En marzo de 2017, sin embargo, estuvo a punto de jugarse un Roma-Atalanta. Un encuentro retrasado para darle la bendita oportunidad a los giallorossi de descansar tras el encuentro disputado la anterior semana contra el Lyon. Una herej¨ªa de ese tipo no ten¨ªa lugar desde el 26 de marzo de 1978. Y claro, la Iglesia italiana, siempre bajo el severo influjo del Vaticano -el Papa es el obispo de Roma-, no pod¨ªa hacer mucho contra el deseo de la grada. ¡°La ¨²ltima frontera, la del respeto por una festividad religiosa sentida por la mayor¨ªa, est¨¢ a punto de ser derribada¡±, se?al¨® en su cr¨®nica TV2000, el canal de los obispos. Por suerte para el ¨¢nimo general, los giallorossi no lograron darle la vuelta a la derrota sufrida en la ida en el campo del Lyon y no hizo falta llamar a filas para la guerra santa.
Algo parecido hab¨ªa sucedido en 2004, cuando se anunci¨® un decisivo Perugia-Inter para el domingo Pascual. La Conferencia Episcopal Italiana mont¨® en c¨®lera. Y el arzobispo de Perugia (Umbr¨ªa), Monse?or Giuseppe Chiaretti, recio en lo moral y exuberante en adjetivos, se despach¨® a gusto: ¡°Es el ¨²ltimo signo de la degradaci¨®n, humana y moral, hacia el que se ha encaminado cierto deporte y cierto fin de semana. Como ha dicho precisamente hoy el Papa, [el f¨²tbol] encadena a las personas a un horizonte tan estrecho que les impide ver el cielo¡±. Y as¨ª fue como, de repente, la Pascua hizo extra?os compa?eros de cama. Y la Iglesia se sum¨® a aquello de Odio eterno al calcio moderno y proclam¨® que el deporte ya no era lo que hab¨ªa sido hasta entonces. El negocio, los derechos televisivos, se hab¨ªan apoderado de la esencia de todo aquello. Y se quedaron tan anchos.
La historia, sin embargo, es caprichosa. Porque el f¨²tbol, que celebr¨® su primer encuentro oficial un s¨¢bado (el del 19 de diciembre de 1863), fue uno de los motores de los sindicatos en el Reino Unido para que la semana laboral se acortase y los s¨¢bados comenzaran a ser festivos. Ambos fen¨®menos nacieron juntos. Y, en realidad, fue un involuntario aliado de la Iglesia para trasladar el ocio m¨¢s terrenal ¨C¡±recreaci¨®n racional¡±, lo llamaron entonces- a un d¨ªa que no compitiese con la espiritualidad dominical. Justo lo que querr¨ªa todav¨ªa la Conferencia Episcopal Italiana: jugar siempre en s¨¢bado y en lunes, tal y como ha sucedido esta jornada en la Serie A. Hoy, d¨ªa festivo tambi¨¦n (Pasquetta), se enfrentan el Atalanta contra el Verona y el N¨¢poles contra la Roma. Dos encuentros que invitan a pensar en la muerte, la resurrecci¨®n y el para¨ªso a ya solo cuatro jornadas del final del campeonato. Tambi¨¦n en la penitencia de algunas aficiones, como la romana, que sufrir¨¢ de lo lindo para entrar en Europa. Pero tranquilos, el domingo que viene abren de nuevo los estadios. Y las iglesias.
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