La turbia Supercopa de Rubiales y Piqu¨¦
Al fondo aparece la posibilidad de un conflicto de intereses por las dos partes, o bien un contrato legal que invita a leerlo con una pinza en la nariz
Un feo reguero de medias verdades, aspectos soterrados y dudosas actuaciones presiden el contrato de la Supercopa de Espa?a, que desde 2019 se disputa en Arabia Saud¨ª, con la participaci¨®n de cuatro equipos, los dos primeros de la Liga y los finalistas de la Copa del Rey. El acuerdo, de seis a?os de duraci¨®n, lo firmaron la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol y SELA Sports, empresa p¨²blica saud¨ª de m¨¢rketing deportivo. El montante del contrato asciende a 240 millones de euros, 40 por cada edici¨®n.
Seg¨²n establece el documento, existe una tarifa de comisi¨®n. En contra de lo que afirma Luis Rubiales, el presidente de la Federaci¨®n Espa?ola conoc¨ªa y respald¨® el pago de una comisi¨®n de cuatro millones de euros por edici¨®n (24 millones en total) a un tercer actor, cuyo nombre no figura en el contrato. SELA Sports aporta tres millones y uno la Federaci¨®n de Arabia Saud¨ª. Es la comisi¨®n que corresponde al tercer actor, Kosmos Holding, empresa presidida por Gerard Piqu¨¦. En caso de que los sauditas no cumplan con los pagos estipulados a Kosmos, la federaci¨®n queda autorizada a rescindir el contrato de la Supercopa.
Las revelaciones fueron publicadas ayer por El Confidencial en un exhaustivo informe que recoge correos electr¨®nicos internos de la federaci¨®n y varias conversaciones de Luis Rubiales con Piqu¨¦. Aunque la implicaci¨®n de la empresa de Piqu¨¦ en este asunto se destap¨® en 2019, por aquellas fechas Rubiales declar¨® a la Cadena Ser que se trataba de una relaci¨®n estrictamente comercial con Kosmos y no con el jugador del Bar?a.
Presidente y consejero ejecutivo de Kosmos, Piqu¨¦ se revela en las grabaciones como el impulsor del proyecto, tanto en la creaci¨®n del nuevo modelo de competici¨®n, el dinero que deber¨ªan percibir los cuatro equipos participantes, los ingresos correspondientes a la federaci¨®n, la elecci¨®n del escenario y la empresa saudita encargada de cerrar las negociaciones.
En una de las conversaciones, Piqu¨¦ se refiere al dinero de cada club. ¡°A ver, Rubi. Si es un tema de dinero. Si ellos [el Real Madrid], ir¨ªan por ocho, hostia t¨ªo, se paga ocho al Madrid, ocho al Bar?a y a los otros se les paga dos y uno. Os qued¨¢is en la federaci¨®n con seis kilos. Antes de quedaros con nada, os qued¨¢is con seis kilos, t¨ªo. Y apretamos a Arabia Saud¨ª y a lo mejor les sacamos¡ les decimos que si no, el Madrid no va, y les sacamos un palo o dos m¨¢s¡±.
En las conversaciones, mantenidas en un tono de franco colegueo, Piqu¨¦ funciona como el actor activo de propuestas y Rubiales como un pasivo oyente de ideas y sugerencias. Una vez firmado el contrato, no faltaron cr¨ªticas en el seno de la Federaci¨®n. Seg¨²n los correos obtenidos por El Confidencial, Rubiales vet¨® un informe del Comit¨¦ de ?tica de la Federaci¨®n donde se expresaba la oposici¨®n a la disputa del torneo en un pa¨ªs que vulnera derechos humanos fundamentales. El presidente de la Federaci¨®n no ha dudado en elogiar la celebraci¨®n de la Supercopa en Arabia: ¡°Lo que estamos haciendo all¨ª es ayudar al desarrollo de la mujer en el f¨²tbol¡±.
Tanto Rubiales como Kosmos consideran legal la operaci¨®n, con ganancias para las dos partes. El sueldo del presidente establece variables que dependen de los beneficios de los acuerdos comerciales de la Federaci¨®n. El de la Supercopa es jugoso. En cuanto a Piqu¨¦, se trata de futbolista profesional, adscrito a la Federaci¨®n, jugador del Barcelona, equipo participante en la Supercopa, y comisionista (10%) en una operaci¨®n que le reportar¨¢ 24 millones de euros. Al fondo aparece la posibilidad de un conflicto de intereses por las dos partes, o bien un contrato legal que invita a leerlo con una pinza en la nariz.
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