El ¨²ltimo viaje del Atalanta
El peque?o equipo de B¨¦rgamo, asiduo a las competiciones europeas en los ¨²ltimos a?os con su f¨²tbol total, encadena su peor racha y abre la hip¨®tesis de un fin de ciclo
![Marten de Roon, del Atalanta, el s¨¢bado contra el Venecia.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SUZXADWOHKZ552TAOHVYBCMURU.jpg?auth=a58f018383e401fe8d2a3dac7dd329abae097004b02a418393120dc212c49450&width=414)
La tragedia suele ser m¨¢s generosa en adjetivos que la comedia, especialmente en un pa¨ªs dado a la hip¨¦rbole como Italia. Giampiero Gasperini, entrenador del Atalanta, el hombre que transform¨® un equipo de pueblo en una m¨¢quina de f¨²tbol, quiso subrayarlo hace unos d¨ªas describiendo su destino. ¡°Estamos ante una ca¨ªda moral¡±, proclam¨® ya sin remedio a solo tres jornadas del final del campeonato. El precipicio ¨¦tico al que se refer¨ªa era la median¨ªa de la tabla de clasificaci¨®n de la Serie A. Y el abismo, verse fuera de la zona Champions despu¨¦s de un lustro tumbando gigantes por las canchas de Europa. El equipo de B¨¦rgamo gan¨® el s¨¢bado al Venecia (1-3), pero sigue octavo en la tabla. Y lo peor es que hoy, como aquel barco de la pel¨ªcula que dirigi¨® Jean Vigo con el mismo nombre, no sabe a qu¨¦ juega ni tampoco ya a d¨®nde se dirige.
La contagiosa alegr¨ªa del Atalanta, gestionado hasta hace poco de una forma familiar, permiti¨® sonre¨ªr a la zona m¨¢s golpeada de Italia por la covid durante los d¨ªas m¨¢s duros de la pandemia. Se plantaron en unos cuartos de Champions en Lisboa contra el PSG y desplegaron un juego poderoso. Pero ha habido cambios: en el campo y en los despachos. Los propietarios, un fondo estadounidense, ya no hablan bergamasco por primera vez en la historia. Tampoco la mayor¨ªa de los jugadores, que honraron a una de las mejores canteras de Italia. El equipo ha perdido cuatro de los ¨²ltimos seis partidos y ha quedado fuera de los puestos para disputar la pr¨®xima Europa League. En 2022 ha puntuado pr¨¢cticamente lo mismo que la Salernitana, colista de la Serie A. Todo ello en un tramo de la temporada en el que normalmente arrasaba gracias a su cuidada preparaci¨®n f¨ªsica.
Gasperini, que aterriz¨® en B¨¦rgamo en 2016, es el padre del milagro. Maestro de los banquillos y algo complicado en el trato personal -acab¨® a palos con el Papu G¨®mez-, transform¨® el equipo peque?o de una rica provincia en una especie de Liverpool lombardo que ahogaba a sus rivales con presi¨®n en todo el campo y velocidad. Lo clasific¨® para la Champions y fue el m¨¢ximo goleador de la Serie A. Pero para algunos fue solo un espejismo. El Atalanta de siempre era un equipo peque?o que vivi¨® siempre entre Primera y Segunda Divisi¨®n y al que apodaban la Reina de las provinciales. Era dif¨ªcil seguirle en los ¨¢lbumes de cromos. Un a?o era finalista de la Copa Italia, al siguiente bajaba a la Serie B. El mejor recuerdo, de hecho, fue aquella semifinal de la Recopa contra el Malines jugada en el 88 (y perdida) que el club disput¨® sin estar en la m¨¢xima categor¨ªa. Fue tan importante que a?os m¨¢s tarde volvieron a repetir el partido con los mismos jugadores.
El club ha pasado hoy a manos de un fondo estadounidense y deber¨¢ empezar un nuevo ciclo. Si se marcha Gasperini, creen muchos, Roberto de Zerbi podr¨ªa volver a Italia despu¨¦s de una dram¨¢tica aventura en el Shaktar Donetsk. El entrenador que revolucion¨® el Sassuolo, convirti¨¦ndolo en el equipo que mejor jugaba de la Serie A, ser¨ªa el elegido para iniciar una nueva era. Pero De Zerbi es de Brescia, la provincia que linda con B¨¦rgamo. Y eso, en las decisivas cuestiones de odio entre territorios lombardos, no es un asunto menor. Se la tienen jurada. Todo el mundo recuerda c¨®mo les fastidi¨® en el partido decisivo para el Atalanta el primer a?o que iban a jugar en Europa. Y tambi¨¦n las pol¨¦micas que protagoniz¨® entonces. El tifoso bergamasco tendr¨ªa dudas a la hora de entregarle el banquillo. Pero en medio de su particular tragedia, quiz¨¢ no sea tan complicado para la nueva propiedad encontrar un par de adjetivos que ayuden a suavizar el trago.
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